Opinión

Una concesión vestida de convenio

Una concesión vestida de convenio

Por Gustavo Tolosa Santos


Bienvenida la adecuación de la carretera Líbano- Manizales, claro está con la responsabilidad con que deben actuar la Concesionaria, la ANI y la administración Municipal, responsabilidad esta que se encuentra enmarcada en la protección del medio ambiente y de la población, acatando los parámetros de urbanismo y construcción de vías, así como lo ordenado en la Constitución Política y las leyes.

Resolvió la Alcaldía del Líbano efectuar la cesión de las calles 3 y 4 entre carreras 8 y 16, mediante un mal llamado convenio interadministrativo, que no es otra cosa que una concesión de dichas vías urbanas a Alternativas Viales, sin el lleno de los requisitos legales que para tal evento se requieren.

Tales como la autorización del Concejo Municipal como lo ordena el artículo 313 de la carta política y las leyes 1336 de 1986; ley 136 de 1994; 1551 de 2012 por enumerar algunas de ellas. La consulta social, es decir, la consulta a los habitantes del Líbano y en especial los que residen dentro del marco de esa concesión y los comerciantes. No dio aplicación a la exigencia legal de solicitar autorización al Concejo Municipal para efectuar la concesión de las vías urbanas.

La solicitud a Cortolima sobre la afectación ambiental que generará el paso vehicular a gran escala por dicho sector urbano. Que se sepa la Administración Municipal no ha realizado ninguna de esas premisas legales, sin lo cual no podría efectuar el mal llamado convenio interinstitucional.

Todo esto sucede tan solo dos (2) días de posesionado el nuevo gobierno Nacional y antes de que fuere nombrado un nuevo director de Invías, lo que nos lleva a pensar sobre las razones por lo que este se firmó.

Reiteramos que saludamos la adecuación de la vía Líbano – Manizales, como también consideramos que esta debe tener un paso alternativo por los linderos del casco urbano, como sucede en todos los municipios hoy día, y, se deberá construir de acuerdo con lo planificado en el proyecto de construcción inicialmente aprobado.

Dicho lo anterior, el ciudadano de a pie del Líbano, sigue esperando el pronunciamiento de los políticos libanenses sobre tan absurda decisión administrativa. Aún no escuchamos las voces de la representa Martha Alfonso, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, Mauricio Jaramillo Martínez,  Carlos Reyes, Diego Padilla y tantos otros que esperan el favor en las urnas y que se encuentran divorciados de las necesidades y anhelos de los líbanenses.

Sentamos nuestra voz de reproche y llamamos a todos y cada uno de los pobladores afectados a protestar vehementemente contra este atropello institucional.

*Abogado

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