Opinión
Tolima y un arranque esperanzador en cancha y tribuna
Por: Jhonny Alexander Lozano - Docente Unibagué
¿Por qué la lesión de un jugador de buen desempeño puede ser una noticia positiva? ¿Es Juan Manuel Valencia el nuevo Tchouameni? ¿Puede William Cuesta salir del arco sin poner al borde del colapso nervioso a los hinchas? ¿Por qué el profe Hernán Torres pone cara de purgante cuando el Tolima hace gol? ¿Cómo pueden ponerse de acuerdo 11 jugadores del América para meterse en su propia área a dormir una siesta al minuto 86? ¿Por qué el Tolima casi llena la cancha en su primera fecha? ¿Por qué todavía se va la luz en el Murillo Toro en pleno 2023?
Estos interrogantes quedarán para otros debates. Los cafés de Ibagué se llenarán de entusiastas contertulios que darán respuesta a estos enigmas. Por ahora, intentemos analizar desde esta tribuna el buen triunfo del Tolima 2-1 sobre el América de Cali.
El partido arrancó parejito. Guimaraes construyó una muralla ancha para impedir el desborde de Estéfano Arango y Lucumí. Tolima se repitió mucho por el centro. Yeison Guzmán no encontró sociedades dúctiles para inquietar el arco americano. En los visitantes, Iago Falque y Carlos Darwin Quintero tejían con criterio insinuaciones para que el argentino Suárez llevara peligro al arco de Cuesta. En el mediocampo tolimense Juan Manuel Valencia estuvo descomunal.
En el primer tiempo Tolima tuvo dos llegadas muy claras que no concretó. Toque rápido de Guzmán para Estéfano Arango, centro atrás y Brayan Gil anticipó, pero no alcanzó a vencer a Novoa. Después, el propio Estéfano tuvo un mano a mano que resolvió con desidia y el grito de gol quedó pospuesto en las tribunas.
El apagón de 20 minutos en la torre sur de iluminación no le quitó ritmo al partido. El primer tiempo estaba por terminar cuando la lesión de Nicolás Giraldo le quitaba al Tolima una de sus piezas más interesantes. Noticia mala que se convirtió pronto en buena. El costeño Chaverra entró a reemplazarlo y al poco tiempo de entrar puso una pelota hermosa de 40 metros a espalda de la defensa roja. Brayan Cruz, de gran partido, la bajó como Dennis Bergkamp en Francia 98 contra los argentinos y definió rápido para batir a Novoa.
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En el segundo tiempo el andar del América fue más rítmico y fluido. Con decisión y armonía Falque, Quintero y Suárez musicalizaron una jugada memorable para que Sarmiento doblegara a Cuesta. 1-1 y el trámite justificaba el resultado. La igualdad escarlata difuminó el mediocampo. Los equipos buscaron la victoria con valentía y desorden por igual. La incertidumbre gobernó los últimos minutos en el Murillo Toro.
Faltaba poco para el final cuando Lucumí acarició la pelota en un tiro libre y “Chaparral” Rentería cabeceó en una soledad sorpresiva en el área visitante. Novoa no pudo hacer nada y “el Topo” se reencontró con el gol. Ojalá esta nueva oportunidad nos dé a un Rentería de más cancha y menos carretera.
El partido tuvo buen ritmo. Las tribunas estaban hermosas. Eso sí, es ridículo que los visitantes no puedan usar los colores de su equipo. Ayer los aficionados del América parecían estar en un Jean Day y no en un partido de fútbol. La fiesta fue para el Vinotinto y oro. Ojalá nos acostumbremos a los buenos partidos y a las tribunas llenas. Fue un buen arranque, en cancha y tribuna, para el equipo de nuestra tierra en el semestre A.
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