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Opinión

La ambigüedad del sector ‘jaramillista’ frente a la Administración Hurtado

La ambigüedad del sector ‘jaramillista’ frente a la Administración Hurtado

Por Humberto Leyton


Un trino del diputado Liberal Carlos Reyes, es el pretexto para el análisis de la conducta política del sector liberal que orienta el exsenador Mauricio Jaramillo frente a la inepta, improvisada e incapaz administración del alcalde Andrés Hurtado.

En efecto, Reyes crítica la decisión del sector barretista del conservatismo de romper cobijas con el mandatario local, pese a haberlo ungido para ese cargo en las elecciones de 2019. Dice el tuit del diputado Liberal: “Los mismos creadores, promotores y financiadores del Alcalde de las obras, hoy son los que lo critican y lo quieren acabar. Como cambian los conceptos por falta de mermelada”

Este mensaje, es un tácito apoyo, así sea soterrado, al nefasto alcalde de Ibagué. No obstante, consultado el diputado Reyes sobre el verdadero alcance de ese mensaje, negó que se tratara de un respaldo al funcionario, y señaló que simplemente se trataba de un enunciado sobre la doble moral del senador Óscar Barreto; pero Reyes olvidó que la misma situación vivió su grupo político cuando faltando escasos meses para terminar su periodo, le quitaron el apoyo al otro nefasto y corrupto alcalde Luis H. Rodríguez (2012-2015).

Y para colmo de males, las circunstancias de estos dos personajes (Hurtado y Luis H.), son similares dentro de la pintoresca política local. El primero dio el giro de Liberal a Conservador para ser alcalde y el segundo de Conservador a Liberal por los mismos motivos.

Pero el problema del sector Liberal que orienta el exsenador Mauricio Jaramillo es más de fondo. Este grupo ha mantenido un silencio sepulcral frente a la terrible situación que vive Ibagué en diferentes aspectos: escasez de agua, (nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato en esta calamitosa situación), el desempleo, la destrozada malla vial, la caótica movilidad, el incremento de la pobreza, el retraso en la entrega de  los escenarios deportivos con serias denuncias sobre la calidad en la construcción, los sobrecostos en la contratación y la forma sospechosa como esta se ‘licita’, son, entre otros,  elementos más que suficientes para que ese sector que se dice de oposición, fije posiciones claras frente a esta hecatombe.

Pero la noria de la historia parece ir al revés. A su concejal Javier Mora, solo le alcanzó la gasolina para hacer oposición los primeros meses de esta fallida administración. Muy pronto fue silenciado y cayó en las dulces mieles de la mermelada que lo prodigo de contratos, puestos y prebendas comunes en estas componendas palaciegas. Mora pasó a ser otro más de la coalición mayoritaria del desprestigiado gobierno municipal.

Entretanto, consultados sobre este tema la Representante a la Cámara Olga Beatriz González y el diputado Carlos Reyes, coincidieron en manifestar a este portal (El Cronista.co) que el liberalismo no comparte nada con la actual administración por lo “desprestigiada y cuestionada por la opinión pública”, pero Reyes, dio a entender que Mora es una especie de rueda suelta y recordó que en la pasada campaña para el Congreso este apoyó a otro candidato distinto a José Luis Correa que era el respaldado por el grupo jaramillista.

Sin embargo, en política uno no debe ser tan ingenuo para pensar que un concejal haga lo que quiera sin que las directivas de su partido o movimiento, guarden silencio frente a sus actos, máxime cuando la transparencia y honestidad de la administración pública están en juego.

Los únicos que han guardado distancia frente a la gestión de Hurtado y que han denunciado sus oscuros procederes, son los candidatos a la alcaldía Camilo Delgado y César Picón.

Se agrega a todo este panorama, los insistentes rumores de conversaciones entre delegados o familiares del alcalde Hurtado con altos dirigentes del sector jaramillista del liberalismo con miras a acuerdos políticos para las elecciones regionales del 2023, en lo que atañe a gobernación y alcaldías municipales.

De ser ciertas estas afirmaciones, sería una aberración política que dejaría por fuera los vientos de cambio y renovación que siente el país y el Tolima con la llegada de Petro, el Pacto Histórico y demás fuerzas progresistas a dirigir los destinos del país.

No creemos que el liberalismo quiera seguir siendo recua de los vicios que por 214 años han hundido a la nación en la más grave crisis, y que en el Tolima, se quiera urdir una alianza con los responsables del descalabro que afronta la capital del Tolima.

Ante estas circunstancias, el sector liberal jaramillista debe ser lo suficientemente claro y diáfano en fijar posiciones públicas frente a lo que está pasando en Ibagué. No puede pasar de agache.   

Esa ambigüedad de su dirigencia no convence a nadie, solo siembra dudas, sospechas, y por supuesto deja profundos sinsabores de lo que se cierne sobre nuestra región.

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