Opinión
Aduladores e ignorantes
Por: Ct. Roberto Ortiz Villa
Entre expertos del futbol: Cuando nazca como quiere llamar al niño ?/// Se llamara “Yerry” ///
Y si es niña? /// Pues “Yerrymina “ .
En el colegio existían unos serviles, que andabas detrás del profesor aplaudiendo todos sus chistes flojos, pero que nunca se distinguieron por su capacidad intelectual, a ellos los llamaban “Chupas“. Creíamos que esta lambonería se les calmaba con el tiempo. Pero no, parece que más bien se les acrecentó.
El estadio de Ibagué, inicialmente se llamó “Cancha Serrano de Ávila” nombre del propietario del terreno .
Por iniciativa del gobernador Coronel Cesar Augusto Cuellar Velandía se construyeron las tribunas que se inauguraron el 13 de Junio de 1954 para conmemorar el primer año de gobierno del General Rojas Pinilla. Como es de suponer se le llamo “Estadio Rojas Pinilla”.
Con la caída del General el 10 de Mayo de 1957, se le denomino solo por unos meses “Estadio Libertad “.
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Luego con lógica y sentido ibaguereño se le nombró “Estadio San Bonifacio de Ibagué “. Finalmente se le dio el nombre del egregio tolimense “Manuel Murillo Toro”.
Un grupo de “Lambericas“ pretenden cambiarle el nombre por el de un señor Camargo, esto más parece un chiste de mal gusto que pone en burlesco al mismo señor Camargo del cual solo sabemos que es un avezado comerciante que encontró en el Deportes Tolima un jugoso negocio.
Al respecto cabría preguntar: ¿Cuántas escuelas de futbol ha patrocinado o creado el señor Camargo?
¿Cuántos balones ha repartido a los niños aficionados?
Por el contrario ha pelechado la exoneración de impuestos, privando en esta forma a la juventud tolimense de medios oficiales que patrocinen sus aspiraciones deportivas.
Emular al señor Camargo con el médico, escritor, humanista y dos veces presidente de la república Dr. Manuel Murillo Toro, es un contrasentido.
Además llevar a la práctica su postulación, se constituye prácticamente en un delito que contraviene los Decretos 1678 de 1958 y 2759 de 1997 que prohíben la designación con el nombre de personas vivas en monumentos u obras públicas.
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Esto es un signo de ignorancia absoluta que deja mal parados a los sabiondos “Chupas” del futbol.
OTRO MAS: La manía de rebautizar las poblaciones ha hecho que se cometan increíbles injusticias, que las generaciones actuales desconocen: La simpática población de Alvarado ahora en la mismas puertas de Ibagué, deja ver las huellas de la parálisis generada por la violencia que de tiempo atrás azotaba esta región, cuna de los valerosos “Calucaymas” que presentaron a los Españoles invasores las más reñida resistencia.
En 1540 el Capitán Pedro de Alvarado, por orden de Sebastián de Benalcázar adelantó una campaña pacificadora, que no fue otra cosa que el aniquilamiento de los “Panches“ con el saqueo de sus riquezas e incendio de toda la región llegando hasta el Salado.
El Capitán Alvarado se apodera del caserío “La Caima” quedando esta como sede municipal. En 1989 otro incendio destruye totalmente la población.
El 22 de Junio de 1904 la ordenanza Nº 6 dispone como cabecera municipal el sitio conocido como “Caima arriba “ con el nombre de Caldas hoy Caldas Viejo .
Años más tarde la Asamblea del Tolima según la ordenanza Nº 47 del 22 de Mayo de 1.930 dispone cambiar el nombre del municipio de Caldas y cuando todos esperaban que se restituyera el hermoso nombre de La Caima, se le denomina Alvarado para perpetuar el nombre del Capitán Alvarado que no fue otra cosa que un genocida , violador, invasor y depredador que saqueo e incendio toda la zona , olvidando a los heroicos y verdaderos dueños de la región:
Los Caimas y su cacique Cay, estos si merecedores del reconocimiento y fidelidad a una raza digna de la grandeza “Pitao “.
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