Editoriales
Pavimentar una calle o tapar un hueco, no pueden seguir siendo las grandes obras de Ibagué
Jamás será un tema menor lo que acontece en Ibagué con el estado lamentable de la malla vial. Aparte de proporcionar una imagen de ciudad descuidada y en el más absoluto rezago, se trata de una situación que afecta de manera ostensible la calidad de vida de sus habitantes. Ibagué, infortunadamente hoy es una ciudad impresentable, así a algunos este calificativo les puede resultar molesto.
Lo cierto, es que este pavoroso deterioro de las vías en toda la ciudad no es de ahora, se trata de un acumulado de por lo menos tres décadas. Lo que ha ocurrido en esta ocasión, es que la Alcaldesa no se dio por enterada que en su administración esta situación le iba a explotar de una manera descomunal.
Es tan grave el panorama, que con los 100 o 150 mil millones de pesos que se han anunciado para el arreglo de vías por parte de la Alcaldía en el presente cuatrienio, no van a alcanzar para hacer mayor cosa, porque simplemente el avance del deterioro es de ribetes insospechados.
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Debemos estar preparados para ver cómo se repite el reparcheo mediocre que ha sido la práctica de las últimas seis administraciones, seguramente vamos a observar muchas vías ‘recuperadas’, que indudablemente van a ser utilizadas para inauguraciones pomposas, pero a los tres o seis meses, debido a la mala calidad de las obras, los huecos volverán a emerger. Más durarán los actos de cortada de cinta de inauguración, que los huecos en reaparecer.
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Si la Alcaldesa se niega a asumir una intervención seria y responsable frente a esta problemática, serán muchos los dolores de cabeza que padecerá en los tres años de gobierno restantes.
La solución de fondo de la malla vial de Ibagué no soporta más aplazamientos. Acabar con los paños de agua tibia, no más el destino de altas cifras de dinero que se pierden en arreglos que duran máximo seis meses debido a la mala calidad de los trabajos, sumado a ello que nunca ha operado un plan serio de mantenimiento vial. Las famosas cuadrillas ‘tapahuecos’ funcionan más como populismo, que como un ejercicio serio de un gobierno responsable.
Si se suma la inversión de los últimos seis alcaldes, 24 años, en el arreglo de la malla vial, la cifra podría estar entre los 600 y 700 mil millones de pesos. Entonces, vale la pregunta, ¿Por qué entonces hoy todas calles y avenidas de Ibagué lucen un deterioro abismal? Si por lo menos los principales corredores viales lucieran en buen estado, pero ni eso.
Un buen aporte que el Concejo Municipal le haría a la ciudad, sería el de un debate profundo sobre el particular, pero claro, la mayoría de concejales se verían impedidos moralmente, pues ha sido tradición que en el arreglo de vías se les entreguen calles para que hagan politiquería. Esperaría la ciudad que concejales que hoy guardan abierta independencia del ejecutivo como Jorge Bolívar o Andrés Zambrano, cumplan con ese trabajo de desnudar la realidad de cómo durante tantos años se han dilapidado los recursos en una maratón de mal tapar huecos y reparchar calles.
Por último, y a manera de ejemplo, para demostrar que nunca ha existido una política de mantenimiento vial o preventivo desde la Alcaldía sobre las vías, se evidencia con la avenida que conduce al aeropuerto. Allí, ya hay tramos que empiezan a presentar deterioro. ¿Esperarán que se dañe por completo?
¡Que en Ibagué, pavimentar una calle o tapar un hueco no sigan convirtiéndose en las grandes obras de la ciudad!
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