El Cronista, es el medio periodístico del Tolima con más historia, tradición de verdad, independencia y pluralismo. También el nombre más atractivo y llamativo en el campo de las noticias.

Corrían tiempos difíciles de la hegemonía conservadora del pasado siglo, cuando un grupo de dirigentes liberales de Ibagué y el Tolima, encabezados por Segundo Santofimio Mejía, Alberto Castilla, Enrique Caicedo, Aníbal Quijano y Enrique Vélez, fundaron como diario El Cronista en 1911, para hacerle oposición al régimen. Nació este diario el mismo año en el que fue fundado El Tiempo, de Bogotá.

Siendo el único diario escrito del Tolima, desapareció por razones económicas y por la muerte de sus fundadores.

El Cronista, de la época, fue faro de las ideas liberales y tribuna libre, objetiva y veraz de un periodismo de insobornable independencia.

Con estos mismos derroteros periodísticos, El Cronista renació como vocero de la democracia, la libertad y la independencia, defendiendo la reconciliación entre los partidos en 1962, por gestión de los dirigentes liberales Rafael Parga Cortés, Rafael Caicedo Espinosa, Pablo Casas Santofimio, Alberto Santofimio Botero, Diego Castilla Durán, sus primeros directores en esta segunda etapa de existencia.

El periódico llegó a ser el más importante, influyente y el de mayor circulación en el Tolima y centro del país.

También, por razones económicas, desapareció en la parte final de la década de 1970 a 1980.

Mantuvo siempre su tradición de pluralismo, independencia, objetividad y respeto por la verdad.

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El Cronista hoy

Después de este receso, El Cronista, hace 10 años, surge nuevamente en su tercer periodo, como un medio digital, y bajo nuestra responsabilidad y dirección, hemos mantenido y honrado los derroteros fundacionales de esta publicación, hoy con el dominio de www.elcronista.co y nuestras redes sociales El Cronista.co.

En esta nueva etapa, como portal digital, y transcurrido más de un siglo de su fundación, con los avances sociales, políticos, científicos y tecnológicos registrados en este periodo, ya no cumplimos la misión de ser voceros de un partido determinado, los hechos históricos nos han ubicado en esta etapa de transformación y cambios en todos los estadios del pensamiento, del desarrollo regional, nacional y universal.

Ahora somos un medio que sigue las escuelas del Nuevo Periodismo, donde se cuentan las historias matizadas de emoción y creatividad literaria en la mayoría de los casos, sin que la narración de los hechos deje de ser verdad. En ese sentido, nos identificamos con maestros e íconos del periodismo como Tom Wolfe, Truman Capote, Ernest Hemingway, John Reed, Jon Lee Anderson, y en Latinoamérica personajes como García Márquez, Rodolfo Walsh, German Castro Caicedo, Alfredo Molano, Antonio Caballero y nuestro paisano Germán Santamaría, para solo citar estos nombres.

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Igualmente nos identificamos con el periodismo del contrapoder que nos lleva a convertirnos en vigilantes celosos del bien público, críticos del poder político, económico, tecnológico y en unos implacables fiscales de la corrupción en todos los ámbitos.

Esto nos conduce a actuar con transparencia en nuestras acciones públicas y privadas, sin llegar a convertimos en monjes o anacoretas de monasterio medieval obviamente.

Nuestra financiación es exclusivamente de la pauta publicitaria que aceptamos sin comprometer nuestra independencia y autonomía, y que se puede reflejar y constatar públicamente, tal y como lo hemos hecho para obtener la certificación de Reporteros Sin Fronteras (RSF) Journalism Trust Initiative (JTI), una norma internacional para establecer metas de transparencia y credibilidad de los medios, y por ende, construir un periodismo de confianza.

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Hechas estas precisiones, entramos en materia. Ahora que se agita el proceso político y electoral, aclaramos que nuestro medio no depende ni tiene compromisos con partidos o movimientos políticos, gremios económicos o empresas privadas. Somos categóricamente independientes y no obedecemos consignas que tiendan a manipular a la opinión bajo ningún caso ni a presentar bajo el nombre de inocentes noticias, verdaderos editoriales cargados de orientación ideológica o partidista.

Manifestamos que, en nuestra información, no estamos casados con ninguna corriente política, que no defendemos intereses particulares, y que quienes pretendan matricularnos en uno u otro bando están equivocados. Esta es una tribuna abierta a la opinión crítica de las distintas vertientes del pensamiento del Tolima, la nación y el universo.

Pese a todas las consideraciones que hemos expuesto, aclaramos que no somos neutrales, no nos escondemos en cómodas posiciones políticas o de cualquier otra índole para quedar bien en todo el mundo. Nos comprometemos con las causas justas y tomamos partido en defensa de la democracia, las libertades públicas e individuales y en todo aquello que implique avances sociales, culturales y desarrollo para el pueblo. Somos el ágora de las comunidades y ciudadanías libres.

Consideramos a los extremismos políticos nocivos y dañinos para el desarrollo social, y no actuamos como vocero de ninguno.    

Ejercemos la profesión o el oficio más bello del mundo, parafraseando a Albert Camus, nos sentimos orgullosamente periodistas libres, objetivos, pluralistas y totalmente independientes. Así hemos sido y así nos mantendremos y nada ni nadie podrá modificar nuestra irrevocable y digna posición.

Para finalizar, como en el poema Soy el amo de mi destino de William Ernest Henley, escrito a finales del siglo xix, uno de los preferidos de Nelson Maldela, diremos:

“Soy el amo de mi destino,

Soy el capitán de mi alma”.