Por: Carlos Eduardo Cano Martínez

Emocionado, conmovido, esperanzado; este es mi sentir después de ver que el parque Manuel Murillo Toro de Ibagué se colmó de ese Tolima profundo, ese Tolima de campesinos, artesanos, artistas, estudiantes, profesionales, amas de casa, jóvenes etc.

Todos ellos estaban allí por convicción, estaban allí porque se sienten representados en la visión de la Colombia Humana, estaban allí para hacerse sentir, y sacudir este terruño que, contra su historia, se ha conservatizado.

No existía una esperanza tan grande, desde cuando el maestro Carlos Gaviria Díaz fuese candidato en las elecciones presidenciales del 2006; el siempre conciliador y amante al diálogo, logró representar a esa porción de la población que añoraba un cambio; así, conquistó una votación histórica, más de dos millones de colombianos dieron respaldo a lo que su discurso representaba; en una época en que el gobierno de Álvaro Uribe no daba espacio a la crítica, en donde todo lo que representaba la alternativa a su discurso, era señalado, callado, censurado. Carlos Gaviria logró dar voz a quienes pensaban diferente.

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Y esa voz a la que hago alusión, hoy Gustavo Petro la está resucitando, es la esperanza que resopla en este Tolima profundo, en esta Ibagué musical; son los violines con notas de anhelo los que señalan el camino del cambio. Petro se fajó un discurso imponente, dio cátedra de la historia de este Tolima liberal, recordó los pensamientos de los chaparralunos Manuel Murillo Toro y José María Melo, pasando por el reformista liberal Alfonso López Pumarejo y rememorando la gesta del caudillo asesinado, Jorge Eliécer Gaitán. Expuso desde lo general, hasta lo específico, el por qué la existencia de violencia y desigualdad en este país. Violencia a la que el tolimense no es ajeno, y mucho menos le es ajena la desigualdad y la pobreza existente. Además, habló de fortalecer el campo, empoderar al campesino con tierras y asistencia técnica e industrial; de hacer de la universidad, un espacio de conocimiento para todos, una universidad gratuita y de excelencia.

Asimismo, enunció un pasaje bíblico que señala: “Te ganaras el pan con el sudor de tu frente” haciendo alusión a que se brindarán las herramientas intelectuales, materiales y crediticias para que, en la Colombia Humana, todos podamos construir la riqueza que esta nación merece.

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Este pasaje bíblico me invita a citar un fragmento de un gran poema de Pablo Neruda, Oda al pan “Todos los seres tendrán derecho a la tierra y a la vida, y así será el pan de mañana, el pan de cada boca, sagrado, consagrado, porque será el producto de la más larga y dura lucha humana. No tiene alas la victoria terrestre: tiene pan en sus hombros, y vuela valerosa liberando la tierra como una panadera conducida en el viento.”

Hay esperanza, hay una sociedad despertando, hay un espíritu pijao rebelde que está brotando de esta tierra bañada por el Magdalena.

¡Me llamo Carlos Eduardo Cano y quiero que Gustavo Petro sea mi presidente!