Por: Rubén D. Garay T. - Prof. S.O. Esp. Prevención, Reducción del Riesgo de Desastres.

El mundo viene haciendo alusión sobre una recuperación económica del COVID-19, esta pandemia asumió el riesgo de ahondar en las divisiones planetarias a las cuales hacemos frente y que a su vez se le ha pretendido una colaboración urgente para así abordar los desafíos globales que se aproximan.

Sin embargo, a pesar del duro aprendizaje no asimilamos las lecciones sobre la inter-dependencia de los riesgos globales. Pocos o quizás nadie anticipó el alcance del desequilibrio que de manera veloz se ha venido desarrollando, esta vez impulsada por una nueva confrontación bélica en Europa.

Amenazas y cizaña  armamentistas de potencias económicas y militares; un terremoto que hasta el momento es uno de los más devastadores de la historia en este lado del mundo; el fortalecimiento de ojivas nucleares que destina el fin de nuestra propia especie, dando sentido al escrito del Nobel de Literatura,  Gabriel García Márquez ”El Cataclismo de Damocles”; tecnologías que permiten el espionaje a gran escala, la disminución en la población planetaria, supuestos clarividentes que profetizan el fin de los tiempos con insistencia, proporcionando desasosiego, incertidumbre y terror.

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Impactos ambientales que aceleran el calentamiento global, emisiones de carbono que muestran un aumento significativo a medida que la economía mundial se reactiva pos-pandemia.

Las condiciones sanitarias, económicas y culturales de la pandemia se han convertido rápidamente en crisis que evidencian una falta de planeación global y que en ninguna forma han contribuido a garantizar el soporte alimentario, el suministro de agua potable, la infraestructura médico asistencial de calidad, vivienda digna, inclusión social, entre otras, pero si se han convertido en armas que elevan la inflación a niveles no vistos en décadas, una crisis global frente al  costo de vida que alimenta el malestar social que más tarde que nunca estallará.

El cambio resultante de la corrupción y no la aplicación de las políticas públicas  en la política monetaria, marca el final de un periodo histórico en la  economía definida,  llevándonos  al abismo de una amplia desigualdad dentro de todos los procesos humanos globales.

Las hoy deterioradas relaciones internacionales y la de comunidades que no se logran recuperar fácilmente de los  constantes  comportamientos frente a los riesgos globales, avecinan una  crisis a gran escala  con la capacidad de rediseñar  el mundo, marcando el camino de nuevas amenazas que nacieron en la antigüedad, sin un verdadero impulso constante para lograr comunidades más  resilientes,  y que, aunque sin ser resilientes solo algunas grandes economías del mundo podrían soportar, ´!pero allí surgiría una pregunta¡  ¿hasta cuándo o qué tanto lograrían soportar?    Sumado a ellas las decisiones y las dinámicas geopolíticas que crean cortinas  en contra de la cooperación y que  actúa como un muro de contención sin disipadores, para estos riesgos a los que nos enfrentamos de manera global.

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“La 18ª edición del Informe Global de Riesgos considera este telón de fondo de tensiones geopolíticas latentes y confluencia de riesgos socioeconómicos. Identifica los riesgos percibidos más graves para las economías y sociedades en los próximos dos años”. Entonces ahora solo nos queda prepararnos para la   "supervivencia" de las nuevas amenazas que nacieron en la antigüedad.

“La edición 2023 del Informe Global de Riesgos destaca las múltiples áreas donde se encuentra el mundo en un punto crítico de inflexión. Es un llamado a la acción, a prepararse colectivamente para la próxima crisis que el mundo pueda encarar y dar forma a un camino hacia un mundo más estable y Resiliente”.