Opinión

De polarización y populismo

De polarización y populismo

Por: Carlos Eduardo Cano Martínez

Eduardo Galeano, en su ensayo titulado Las venas abiertas de América Latina, escribe lo siguiente: “En cierto modo, la derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta. Si el futuro se transforma en una caja de sorpresas, el conservador grita, con toda razón: «Me han traicionado». Y los ideólogos de la impotencia, los esclavos que se miran a sí mismos con los ojos del amo, no demoran en hacer escuchar sus clamores”

(Puede leer: Porro de libertad)

Lo anterior toma sentido cuando la derecha de este país -y ese “centro puritano” que no es más que una diestra solapada-  están llamando al orden, a no polarizar: Que no diga esto, que no diga lo otro, que hable con un tono más bajo, que no prometa grandes cambios sociales.  En realidad, lo que estos representan, es la perpetuación de lo establecido, la conservación del sistema; porque en el fondo, el sistema les beneficia, con todo su entramado de inveteradas injusticias y desigualdades.

Usted no puede llamar a no polarizar, cuando el país ya está polarizado; ¿o les parece poco que el país ocupe el octavo lugar en desigualdad, entre 142 países? Perdone polarizo con 13,6 millones de pobres y otros 4,14 millones de colombianos en pobreza extrema ¡perdón polarizo! Es que lo de la lucha de clases no es una retórica, es una realidad palpable, visible; ¿Acaso el statu quo no toma partido, no lucha, cuando siente que sus intereses están siendo atacados? Es que eso es lo que está en juego, la perpetuación del orden injusto o su trasformación, trasformación que se resume en cambio, en reforma o a veces, dependiendo de las circunstancias políticas, en revolución.

(Puede leer: La Colombia de bien

Por respeto a quienes son esclavos del orden, a quienes son olvidados y censurados por este sistema; hay que llamar a polarizar, polarizar el discurso con argumentos, llenar de ánimo a quien se considere secuestrado por la pobreza y la desigualdad. Que el populismo se tome las propuestas: educación universal, sistema de salud eficiente, tierras para el pequeño campesino etc. Si ese es el populismo, si esa es la polarización a la que ustedes le temen, bienvenidas sean en la construcción de país.

Alguna vez, Carlos Gaviria señaló que un conservador es aquel que no es capaz de pensar que las cosas pueden ocurrir por primera vez, en última instancia, que las cosas no pueden cambiar. Señores antipolarización: no disfracen su conservadurismo con el ropaje de las buenas maneras. 

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