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Opinión

A Johana Aranda le salieron los tiktoks por la culata

A Johana Aranda le salieron los tiktoks por la culata

Por Juan Sebastian Giraldo
Periodista


TikTok, una aplicación de casa de historia comunista como China, desde hace unos años, se convirtió en la plataforma favorita de líderes populistas, neoliberales y de corriente derechista, quienes encontraron en ella una herramienta sumamente eficaz para alcanzar a grandes masas con sus disparates, conspiraciones y politiquería barata. Ejemplo de ello, los casos exitosos de Javier Milei, en Argentina; Rodolfo Hernández, en Colombia; Nayib Bukele, en El Salvador; y Donald Trump, en Estados Unidos, este último con casi 15 millones de seguidores en la red social.

Esta tendencia no corresponde únicamente a carreras presidenciales o grandes elecciones, sino que también ha sido aprovechada por influencers y políticos de ciudades intermedias, como Ibagué, que en búsqueda de visibilidad deciden sacrificar toda pizca de formalidad, prudencia u objetividad (características socialmente atribuidas a los cargos públicos) para caricaturizar su labor como mandatarios y emular el show mediático de los tiktokers más virales.

Aterrizando en el caso de Ibagué, nos encontramos con una curiosa situación. En días recientes, el descontento de la ciudadanía por el deplorable estado de la malla vial alcanzó un punto tal, que provocó el nacimiento de una contra campaña hacia la alcaldesa Johana Aranda, que, acudiendo a las mismas estrategias que utilizó ella desde su campaña y posteriormente en su mandato, se vale de memes, tiktoks, reels, parodias y montajes para manifestarle las angustiosas necesidades de la ciudad.

De este modo, nos encontramos con Crash, el carismático marsupial del juego Crash Nitro Kart, desconcertado por tener que atravesar los cráteres de la calle 37 con Carrera Quinta; las pancartas hechas meme en el barrio Boquerón pidiéndole a la Alcadesa ir a grabar un tiktok ante su imposibilidad de tapar un hueco; o ciudadanos obligados a tener que salir en patines de roller para sobreponerse a las trochas de sus barrios, en Piedra Pintada.

Este tipo de manifestaciones, cargadas de sátira, han logrado resultados rápidos como el reparcheo de los huecos de la calle 37, tan solo un día después de que Crash pasara por allí. En medio de la viralidad de estos contenidos, por supuesto, se ha abierto el espacio para la polémica y las opiniones divididas, entre las cuales, algunas consideran se le “está dando muy duro” a Aranda; sin embargo, ninguno de los dos ámbitos en cuestión pasan por exageración, ni el mal estado de la malla vial de la ciudad, ni el apodo de “la alcaldesa tiktokera”.

Respecto al último apartado, basta con revisar la cuenta de TikTok de la Alcaldesa, la cual posee la para nada despreciable cifra de 49.700 seguidores, más del doble de los que actualmente tiene el perfil oficial de la Alcaldía de Ibagué en esta plataforma (22.900), y considerablemente más que cualquier medio de comunicación de la ciudad, donde ni Ecos del Combeima con 35 mil, ni El Olfato con 26 mil, ni El Cronista.co con 18 mil se le acercan siquiera.

Aunado a ello, no está de más agregar que Johana Aranda, en 2024, publicó aproximadamente 230 tiktoks en su cuenta personal, mientras que su equipo de comunicaciones subió alrededor de 320 en la de la Alcaldía, números que delatan una fijación por esta red social comparable casi únicamente con la del presidente Petro y X (Antiguo Twitter).

La situación es tan evidente que, para la muestra de un botón, considero, existe un tiktok que resume gráficamente, de manera perfecta, la actual percepción de la ciudadanía sobre la gestión de la Alcadesa. Se trata de un video de menos de un minuto de duración que cuenta con 150 mil visitas y casi 9 mil likes subido por el influencer ibaguereño, Darwin Álvarez B, el 26 de noviembre de 2024, en donde, a manera de parodia, se retrata a Johana Aranda más preocupada por seguir tendencias de TikTok que por dar respuesta a las necesidades de la ciudad:

@darwinalvarezb

 

♬ sonido original - Darwin Alvarez B

 

Aranda y Hurtado, dos maneras de comunicar, un mismo afán de protagonismo

Habiendo puesto sobre la mesa las anteriores estadísticas, si se quiere, se puede plantear un paralelo con las de su antecesor y mentor político, Andrés Hurtado, quien con poco más de 2 mil seguidores en su cuenta personal de TikTok, no tiene más de 100 videos desde que publicó su primer tiktok en 2021, y con quien, en su mandato, solo se publicaron 63 vídeos en la cuenta oficial de la Alcaldía desde febrero de 2023. Esto, más allá de marcar una amplia ventaja de Aranda en TikTok, nos habla de dos maneras distintas de comunicar.

El exalcalde no solo invirtió en su cuatrienio más de $10 mil millones en pauta publicitaria con medios, sino que también revistió a su equipo de comunicaciones con un amplio presupuesto (cifra que desconozco con exactitud) para realizar propagandas grandilocuentes y cinematográficas de sus obras (rozando casi con lo inverosímil) y llenar de vallas toda la ciudad en las que el nombre de “Andrés Hurtado” y la marca “Ibagué Vibra” resaltaban más que los mismos proyectos, una estrategia que buscó posicionarlo entre los electores como un “súper hombre”, un “súper político”, y un “súper alcalde” que le valió que muchos de sus detractores lo tildaran de “mitómano”. 

Por otro lado, Johana Aranda, a nivel comunicativo, tiene dos versiones, una: la de la secretaria de Salud de Hurtado, con un protagonismo no mayor al de cualquier político y sin TikTok, y otra: la Aranda rosa, encampañada y con un equipo detrás desesperado por darle visibilidad a su candidata en sectores a los que no era fácil llegar a través de los medios tradicionales.

Su paso por la Secretaría de Salud es recordado por un buen despliegue a nivel general en la vacunación contra el covid 19 y por haber dicho que los suicidios en Ibagué eran debido a la ausencia de Dios. Ante ese gris panorama, su equipo de campaña decidió apostarle, el 31 de agosto de 2022, a cualquier cosa que les diera visibilidad y quizás atrajera a los jóvenes, entonces le presentaron a un aliado casi tan importante como el mismo Hurtado: TikTok.

Desde un inicio, marcó el estilo de su propaganda: videos con audios en tendencia, muchos hashtags, planos rápidos, menores de edad, abrazos melodramáticos y una Aranda polifacética y de innumerables disfraces que, en su segundo tiktok, ya estaba recogiendo café en zona rural de Ibagué. Del mismo modo, en busca de visitas, su equipo optó por poner a hablar a su mamá, su hija y los pastores cristianos (otros de sus aliados más fieles) e, incluso, a la misma Aranda a contar “5 datos curiosos de la lechona que quizás no sabías”.

@johanaaranda_ Así es un día en zona rural de Ibagué🫶🏻 #ibague #campo #love #campesinos ♬ Love You So - The King Khan & BBQ Show

La estrategia les funcionó tan bien que, una vez inició su mandato, volcaron sus esfuerzos en que toda comunicación de la Alcaldía y de la misma Alcadesa, fuera presentada de una forma pomposa, popular, mediática y entretenida, un show, básicamente, donde Aranda siempre era la protagonista. Entonces, tuvimos “arandaventuras” (término con el que me topé en X) que no informaban nada, pero que tenían la intención de hacerse virales (y lo consiguieron) como: Aranda barriendo una baldosa del centro, Aranda en un taxi anotando huecos en un cuaderno, Aranda subida en un bus, Aranda con gafas y guantes fumigando el dengue, Aranda dirigiendo una orquesta en el Conservatorio, Aranda madrugando para regañar a sus funcionarios y muchos más.

@johanaaranda_ #dengue #fumigacion #ibague #tolima #mosquito ♬ sonido original - Johana Aranda

A pesar de las críticas y bajo los mantras de “Que hablen mal o bien, pero que hablen” y "No hay mala publicidad, solo publicidad", su equipo continuó promoviendo ese tipo de propagandas, hasta que ocurrió lo previsible: implosionó. El 2 de enero de 2025, la alcaldesa publicó un video donde mostraba las oficinas de la Alcaldía vacías, aludiendo que los funcionarios (excepto ella, por supuesto) eran flojos y se habían quedado de parranda de año nuevo, amenazando con echar a todo aquel que no quisiera trabajar tanto como ella. De inmediato, el audiovisual se viralizó a nivel nacional. Con documentos en mano, los usuarios demostraron que se trataba de un show mediático pues la misma Alcaldesa había otorgado vacaciones a sus funcionarios hasta el 7 de enero, mientras que a otros aún no se les había firmado sus contratos de OPS.

@alejafajardousa #paratiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii #typ ♬ sonido original - Alejandra Fajardo

Tras ello, la comunidad ibaguereña, envalentonada por el caso de los supuestos funcionarios perezosos, emprendieron lo que llamo “la contracampaña tiktokera” y de la cual hablaba al inicio de este artículo. Frente a la situación actual, basta esperar:

  1. Cómo resolverá el descontento ciudadano la Alcaldesa y si el empréstito de 150 mil millones que le aprobó el Concejo será suficiente para solucionar el problema de la malla vial de Ibagué.

  2. Cuál será el camino a seguir del equipo de comunicaciones de la Alcaldía y cómo lidiarán con la popularidad de una Alcaldesa, convertida en meme, que cae en picada, en parte, por culpa de ellos mismos.

TikTok sí, pero no así

En los primeros párrafos de esta columna, indiqué la creciente presencia de políticos y personajes de ideología conservadora y neoliberal en TikTok; sin embargo, eso no significa que el problema per se sea la plataforma o que no haya creadores de contenido de ideologías diferentes que también aprovechen el alcance de la app.

En Ibagué, por ejemplo, se han destacado en esta red social: el concejal Andrés Zambrano, los activistas de Green City, la líder juvenil Ángela Rebolledo e, incluso, quien esto escribe, como periodista de El Cronista.co. Así que el problema no es que la alcaldesa Johana Aranda haga tiktoks, sino que esté más preocupada por ser vista e inflar su ego a costa del espectáculo que facilita la aplicación, en lugar de atender las necesidades de la ciudad de una manera honesta y contundente donde prime el bienestar de las personas.

 

@JuanSGiraldoG
@sebastiangiraldoguzman

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