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Ibagué: pan y circo 2025

Ibagué: pan y circo 2025

La desordenada, caótica y sucia carrera tercera es el fiel reflejo de lo que representa el desarrollo de Ibagué. Esta vía que es el símbolo de la ciudad se encuentra convertida, desde hace algunos años, en un mercado persa y en un palacio del colesterol donde prácticamente es imposible caminar.

El orden y el desarrollo que prometió en su campaña la alcaldesa Johana Aranda, está patentado en el incremento a la invasión del espacio público y de sus centros históricos como la Plaza de Bolívar, el parque Manuel Murillo Toro y la plazoleta Darío Echandía, la Concha Acústica Garzón y Collazo, entre otros. De tal manera que sus constantes predicas, como fiel cristina fundamentalista que es, quedan en el vacío y en la demagogia.

Si la mandataria de los ibaguereños en su primer año de administración no pudo solucionar este problema del espacio público, que con simples medidas de policía y algunos proyectos de ordenamiento de la ciudad los hubiera podido arreglar, no nos puede venir a decir ahora que su principal logro es haber unido a la ciudadanía en apoyo a su gestión de gobierno. Eso no es verdad y la funcionaria miente y engaña al fiel estilo de su patrón, el exalcalde Andrés Hurtado.  

Los graves problemas de la ciudad siguen intactos: el acueducto complementario que inauguró hace más de tres meses, se convirtió no en “la obra del siglo”, como pomposamente la llamaron, sino en la estafa del siglo donde se malgastaron 250 mil millones de pesos, según informe de la propia gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Tolima (IBAL), Erika Palma. El 31 de diciembre, varios sectores de la ciudad estuvieron sin el servicio de agua. Y a ello, se agrega la inoperancia del tan mentado tanque de la Fiscalía que continúa sin funcionar por falta de las conexiones con el tanque del sur que lo surtiría y las derivadas para alimentar sectores de la comuna 9, por ejemplo.

Sin haber inaugurado el acueducto complementario, en la alcaldía de Guillermo Alfonso Jaramillo, y la gerencia en el IBAL, a cargo de Alberto Girón, lloviera, tronara o hiciera sol, el servicio de agua se prestó en forma continua porque se sabía operar el acueducto de La Pola; hoy está convertido en una república independiente de Hurtado y en la caja menor de su familia.

Los problemas de movilidad siguen intactos, los trancones, el desorden y la indisciplina reina por todas partes, pese a que la administración anterior como la actual han gastado una millonada en la rehabilitación del sistema semafórico, esta inversión no se observa en hechos concretos; pero el despilfarro campea. Recientemente el concejal Jorge Bolívar señaló que el Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) de Ibagué no tiene avances, pero sí se han gastado más de dos mil millones en OPS, y además se prepara una contratación direccionada por más de 40 mil millones de pesos, para paradero y pavimentación de vías de buses estilo puente de la 60.

Y ni que hablar del sistema de seguridad de la ciudad. La delincuencia se ha incrementado en todo sentido, y para parar los homicidios en las fiestas decembrinas, sacaron el rocambolesco decreto No. 0925 del 27 de diciembre, que después tuvieron que modificar donde sus considerandos no guardan una clara relación con el resuelve que prohibía la venta de bebidas embriagantes por sectores y en determinados horarios. El 31 de diciembre que era uno de los días de prohibición que contemplaba la norma, por fortuna, no se registraron hechos graves que lamentar.

Y en cuanto a contratación se refiere, la administración de la señora Aranda sigue la misma ruta de su jefe Andrés Hurtado. Los pliegos de licitación son confeccionados en la misma sastrería del exalcalde donde lo normal son los sobrecostos exagerados, el aparente direccionamiento de las licitaciones, y las marrullas jurídicas que no pueden faltar.

Para solo señalar el último caso: la entrega del CAPA, una obra que tenía inicialmente un costo de cinco mil millones de pesos, ahora tendrá un incremento en adiciones de más de dos mil millones, para su conclusión total, incluyendo equipos.

Estas son denuncias y hechos irrefutables que la alcaldesa Aranda no puede esconder con sus palabras en sus ya cansonas declaraciones que con frecuencia hace en las redes sociales.

La única obra de gobierno de la administración “Ibagué para todos”, eslogan por ciento plagiado, como ya quedó demostrado, para suplir la falta de entrega de obras verdaderamente importantes para la ciudad, se ha dedicado a realizar conciertos y espectáculos gratis a la usanza del “pan y circo” de los antiguos romanos, para distraer la atención a los verdaderos problemas de la ciudad.  

Atentos deben estar en los próximos meses los ibaguereños y por supuesto los entes de control, si es que en esta oportunidad si lo van a estar, sobre los $150 mil millones que le aprobó el Concejo Municipal. 

Lo cierto es que de acuerdo con lo que se observa, el año que recién inicia será más de lo mismo. Ojalá nos equivoquemos en esa apreciación.

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