“El que remienda no estrena”, con esa frase el ingeniero Luis Fernando Díaz de la veeduría VAPI, pone el dedo en la llaga de lo que sucede con la interminable y polémica obra del acueducto complementario de Ibagué.

En un fuerte documento, el ingeniero Díaz asevera que esta obra es “una colcha de retazos que empieza a descoserse sin haber sido inaugurada”. Esta declaración se da a raíz de la ruptura que sufrió, este fin de semana uno de los últimos tramos construidos de la línea de conducción del llamado acueducto complementario o alterno de Ibagué.

¿Y los entes de control?

Anota VAPI que esta ruptura se suma a otros daños menores pero significativos presentados días antes, y  advierte que “más allá de ser una crónica de eventos anunciados por la veeduría ciudadana VAPI,  debe  considerarse  como  una campanada de alerta que debería de movilizar la atención de todos los órganos de control”.

Señala que esa atención de los entes de control debe darse ante una profusa lista de anomalías que se han presentado a lo largo de la ejecución de esta obra que ya cumple más de dos décadas de construcción.

Inauditas improvisaciones

“Este sistema de suministro de agua complementaria para Ibagué, ha venido siendo construido por tramos, durante un larguísimo periodo de tiempo (más de 20 años), con diseños modificados una y otra vez, con inauditas improvisaciones, como carecer de las licencias y permisos ambientales obligatorios, con falsedades a diestra y siniestra (falsa entrega por la administración Jaramillo- Girón, falsa realización de pruebas hidráulicas en diciembre de 2023)”, asegura VAPI.

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Recuerda esta veeduría que “Para la construcción de la primera etapa o fase de la línea de conducción, se utilizaron los tubos de un negociado, que determinó que esa tubería permaneciera a la intemperie durante más de diez años, lo cual no solo consumió parte de su vida útil, sino que de manera inevitable se produjeran afectaciones a la integridad de esa tubería”.

Negligencia

Hace, además, serios cuestionamientos donde pone en evidencia la negligencia del IBAL. “Cada uno de los tramos construidos con antelación, durante más de 20 años, han sido entregados y recibidos a satisfacción por el IBAL, sin haber realizado las obligatorias pruebas de su funcionalidad (hidráulicas, hidrostáticas, estanqueidad, etc.), lo cual determina que no se tiene certeza sobre la verdadera calidad e integridad de las obras que se han venido recibiendo de tanto en tanto”.

Colcha de retazos

Determina VAPI que “Cada uno de los tramos entregados y recibidos, obedecen a contratos y contratistas diferentes, con interventores y supervisores diferentes y a diversas modificaciones de diseños, lo cual quiere decir, que, en la práctica, no existen garantías legales ni reales, que le aseguren a la ciudad, que los recursos invertidos, lo fueron correctamente y que los defectos que se susciten, serán reparados con las garantías suscritas. No; por el contrario, la reparación y recuperación de la colcha de retazos que es esta obra, tendrá que ser asumida, con recursos aportados por los usuarios del IBAL y los impuestos de los Ibaguereños”.

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¿Quién ronda el IBAL?

La veeduría VAPI dice que el IBAL no tiene quien lo ronde, “porque no ha habido Contraloría General o municipal que hagan su tarea, y aun menos Personería o Procuraduría que hagan lo propio, como tampoco Concejo Municipal que de manera mínimamente seria realice control, las consecuencias de la improvisación, la irresponsabilidad y la corrupción, la tendrá que pagar, una ciudadanía pasiva y anestesiada que hace mucho perdió la capacidad de reaccionar en defensa de su más básico de los derechos, el del agua potable”.

¿Vientos de privatización?

Finalmente en su duro cuestionamiento y radiografía de lo que ha pasado con esta cacareada obra, hace una alerta en el sentido que “se ven aparecer en el horizonte los profetas de la privatización, y detrás de ellos, los oscuros personajes portadores de las valijas conteniendo las multimillonarias ganancias de los desarrollos urbanísticos en tierras de planes parciales. Inocentes ibaguereños, entre rumiantes y batracios”, concluye el ingeniero Luis Fernando Díaz Cabrera, su duro cuestionamiento tanto al IBAL como a los órganos de control.

Preguntas puntuales de VAPI al IBAL

• ¿Cuál era el caudal que transportaba la tubería que explotó en la tarde de este domingo 7 de julio?.

• Si el tubo se desempató o el tubo se estalló?

• Requerir el informe de la Interventoría y del Supervisor de obra al respecto

• Relación detallada de los daños, y quién correrá con los gastos?

• ¿Quién estaba realizando las pruebas de hermeticidad?

• ¿En qué estado se encontraban las válvulas de purga y de ventosa?