Al caer la noche y frente a un parque de la pequeña ciudad de Vitoria capital del estado de Espirito Santo en la región Sudeste de Brasil, un joven anzoateguno se sitúa con su pequeño negocio de hamburguesas artesanales, en una singular bicicleta la que llama: “Manchitos Food Bike”.

Se trata de Germán Eduardo Ramírez Uribe, un hombre de 28 años de edad, de tez trigueña, quien se define como una persona servicial, sencillo, hablador y  simpático, que llegó a este país hace seis años con el fin de estudiar ingeniería civil.

Sin embargo, al darse cuenta que el estudio en Brasil se pagaba por mensualidades y a un alto costo, decidió empezar a trabajar como docente de español, también se percató que lo suyo no era la ingeniería civil y que estaba desperdiciándose como chef, por ello, ingresó al Instituto Gastronómico de América en esa ciudad dónde con la orientación de chefs argentinos se graduó con los más altos honores en las especialidades de alta cocina y gastronomía.

Con el apoyo económico de sus padres y las bases en cocina de su madre Olga Marina Uribe, Germán Eduardo Ramírez comenzó laborando en restaurantes de categoría, luego pasó a ser jefe de una casa de carnes, igualmente en otro restaurante se encargó de mudar el menú el cual tan sólo había 8 mesas y al ser reformado lo dejó con 22.

Pensando en surgir y avanzar aún más, decidió trabajar por su propia cuenta con su esposa Fabiana Boghi, quien se encargaba de la parte administrativa, para iniciar el proyecto “Manchitos Food Bike”, donde atiende a un gran número de estudiantes, parejas jóvenes que residen en ese sector, al igual que padres de familia que llevan a sus pequeños hijos a jugar al parque y que deciden deleitarse con las ricas hamburguesas que este chef prepara.

Cuenta Ramírez que uno de los deleites es preparar las “costillitas de res, de razas nobles” como así se denomina y que con una deliciosa cerveza artesanall, es quizá, una de las más solicitadas por quienes frecuentan su negocio.

De la bicicleta, dice que fue una inspiración holandesa y que, a través de un joven brasileño, logró adaptarla para convertirla en un restaurante móvil.

“Sin embargo las aspiraciones que tenemos con mi esposa es comprar un furgón, para dar más amplitud al negocio debido a la demanda que ha tenido la venta de hamburguesas”, señala este chef de Anzoátegui (Tolima).

“Pese a que las ganancias son buenas, debemos cubrir gastos pagando proveedores y otras obligaciones, dice Germán Eduardo, sin embargo, pensamos ampliar la cobertura con el furgón”.

Manifiesta que al llegar un desprevenido ciudadano a probar lo que prepara, le da a conocer sus hamburguesas y luego se sienta con el visitante  un instante para conocer la opinión del mismo, pues es una forma de “atrapar” la clientela cautivando más personas y conociendo sus gustos de paladar.

Su trabajo va de miércoles a domingo de siete de la noche a 11 de la noche, porque son los días de mayor afluencia en ese sector.

Su amor por la cocina es grande relata, además cuando le preguntan de qué ciudad viene de Colombia, él dice orgullosamente de Ibagué, cuyo equipo Deportes Tolima es el actual campeón del fútbol colombiano y aquel que le ganó al Corinthians en un torneo de la copa libertadores de América.

Pese a la crisis que se vivió en el Brasil entre el 2014 al 2016, la cual dejó a unos 13 millones de habitantes sin trabajo, logró sobrevivir como muchos jóvenes y seguir adelante en esta noble causa.

“Mis aspiraciones son enormes y es llegar a tener un restaurante, en dónde se pueda dar a conocer la comida colombiana, sin embargo, me acuerdo que la comida rápida es una buena opción para muchos, dado a la premura del tiempo, que agobia a la gente en ciudades como esta”,

Con nostalgia dice que “me da sentimiento de no haber podido impulsar este proyecto en mi país, lastimosamente allí no encontré oportunidades y Brasil me abrió las puertas como chef para lograr esto que va creciendo día tras día”.