Columnistas
La hoy destartalada Ibagué
Opinión
Por: Henry Rengifo
Espero que no sean muchos los ibaguereños que pongan el grito en el cielo por el titular. Pero de vez en cuando es bueno llamar las cosas por su nombre.
Hay un asunto en Ibagué que refleja, como ninguno otro, el atraso de la ciudad. Sin eufemismos, se debe afirmar que se trata de una situación que produce vergüenza y pena ajena. Ese marco de dejación y deterioro, grafica de manera certera por qué a Ibagué le cuesta convertirse en la tacita de cristal que debería ser. Solo son destellos y nada más.
Hasta hace unos años en las campañas electorales los candidatos a la alcaldía, así fuera de manera demagógica y sin soporte técnico, planteaban alguna solución a tal problemática.
Quizás porque los ibaguereños cansados de los incumplimientos dejaron de exigir, y entonces lo que fue una atractiva fábrica de votos, pasó a convertirse de lado y lado en una pérdida de interés.
Hoy, ninguno de los actuales ilustres nombres que tienen aspiraciones de gobernar la ciudad en los próximos 4 años (2020-2023), se les ha escuchado hablar sobre la necesidad que tiene la ciudad de solucionar de una vez por todas la malla vial, que por lo menos los principales corredores de Ibagué permanezcan en perfecto estado.
Ya es tiempo que se aborde con seriedad esta situación. No puede ser, no puede seguir pasando que cada vez que llega una nueva administración invierte cuantiosos recursos y el mal continúa. Es un barril sin fondo.
La excusa que siempre aflora es la falta de plata para dar una solución definitiva. Resulta que no es tan cierta esta tesis. Si se suma lo invertido para recuperación de malla vial en las últimas seis administraciones, incluida la actual, el monto en promedio podría oscilar entre 250 y 300 mil millones de pesos.
No se necesita ser ingeniero civil y menos experto en vías, se trata es de tener sentido común. Por eso se requiere de un alcalde que ponga en práctica la cultura del mantenimiento vial, pero además de ello que exija calidad en las obras que se realicen. Aquí hay sitios de la ciudad en que se volvió común y normal observar que cada 5 meses están ejecutando obras de pavimentación. No de mantenimiento, que es distinto.
A manera de ejemplo, porque hay muchos, el tramo comprendido de la 60 entre la avenida Mirolindo y la carrera 5a o avenida El Jordán hace 10 meses fue recuperada. Hay que mirar las condiciones de deterioro en que se encuentra hoy. Por qué no se le hizo mantenimiento y de esa forma se había evitado el deterioro que presenta.
El mantenimiento consiste en que hueco que aparece, hueco que se tapa, y así el ahorro es mayor, la plata rinde. Es lo que hacen en ciudades como Medellín, Manizales, Pereira, entre otras.
Cuántos tramos en Ibagué vemos que están en buen estado pero no falta el hueco. Por qué no se tapa a tiempo y con ello además de ahorrarse plata se evitan accidentes y se mejora la movilidad. Lo que hoy y siempre ha ocurrido en Ibagué es dejar que el hueco se agrande y que aparezcan otros.
Mirar también en la actualidad, el tramo de otro corredor importante, el de la avenida El Jordán hasta el hipermercado Éxito. Lamentable.
Y para no mencionar el despelote por falta de responsabilidad y sentido de pertenencia entre el Ibal y secretaría de Infraestructura. Mientras el uno arregla, el otro llega y destapa y ahí queda la zanja como muestra de la ineficiencia.
Por favor, quién de toda esa larga lista de candidatos cree que pararle bolas a la malla vial no es un asunto menor?. Es pensar en la calidad de vida de los ibaguereños, volver la ciudad bonita, atractiva y no como hoy la vemos en muchos de sus lugares, destartalada. Y no es exageración.
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