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La Colombia que no se arrodilló al imperio

La Colombia que no se arrodilló al imperio

Por Fernando Moreno

*Administrador de Empresas de la UT.

Veedor ciudadano


No se hace esperar lo que expresen los medios hegemónicos de desinformación sobre el discurso del presidente Petro que habló sobre la conciencia de querer defender la vida, de querer aportar para evitar que el cambio climático llegue al punto de no retorno, de que cese el genocidio en Gaza, de que América del Sur puede remediar la dependencia de los combustibles fósiles por parte de los EEUU, es decir, que podemos vivir en un mundo de paz y de respeto pero con unas nuevas reglas que puedan acabar con la codicia del Estado profundo de los EEUU que se quieren llevar por delante la vida en el planeta y de aquellos que ayudan a contaminar todos los días los mares del mundo; pues por ello también nombró a China en su discurso.

Porque a los colonizadores les llegó la hora de dar algo a cambio de lo que han recibido y han saqueado del sur global, porque la Amazonía suramericana puede salvar a Europa del aumento de las temperaturas en el verano y porque puede seguir siendo el termostato del planeta; porque los vientos y las aguas que bañan el sur de América Latina pueden darle la energía a los esclavistas y genocidas del norte como para que la humanidad entienda  que las sociedades seguirán existiendo siempre y cuando los lazos que se puedan crear a partir de esa nueva realidad se respeten. Ya no en la ONU y más bien en una nueva organización de Naciones sin veto.

El pecado para el modelo neoliberal decadente en el discurso del mandatario de los colombiano, es que piense, y que con su valor intelectual escudriña los posibles escenarios de libertad que hoy clama el pueblo latinoamericano para surgir adelante y transformar el pensamiento de las naciones que se arrodillan a los intereses del imperio, porque ya no queremos seguir imitando el modelo neoliberal que nos implantó la Casa Blanca y que no nos deja salir del hueco en que nos profundizó.

Porque el discurso de Petro sacó a muchos de ver los reality shows para ver personas muy famosas porque son conocidas y son conocidas por ser muy famosas; pues así es imposible ver los nombres en los cambios de las cosas.

Es cierto, la humanidad está despertando porque en el discurso del presidente  Petro nos invita a emprender el nuevo camino de leer, de mirar, de hablar, de querer la naturaleza, defender la vida, protestar y desobedecer. Por ello, podemos ver la votación mayoritaria en la ONU que reconoce a Palestina como un Estado y al que se resiste con el veto, los EEUU por la orden impartida desde siempre el estado profundo y sus judíos jázaros que quieren lo que ellos llamaron en la campaña a la presidencia de los demócratas, la limpieza étnica y que les costó el voto de castigo por parte de los ciudadanos gringos; no crean que fue por los milagros que iba a hacer Trump como presidente y como petrolero que es.

Hay que dejar atrás el discurso de derechas para poder entender el lenguaje de ellos "los opresores", porque ese mismo fue penetrando las mentes como un veneno, que los pone a celebrar la descertificación, en la expedición de un castigo por parte de Trump y que al final es un castigo en contra de Petro; todo porque atacó directamente el tráfico de drogas a los EEUU por México y que deja una reducción en el flujo de dinero que llegan a los paraísos fiscales del mar Caribe y de los EEUU.

Petro nos da una lección clara del porqué el fanatismo es tan dañino que la derecha los puso a obedecer y a creer el cuento de que el país va mal. Eso sí, ninguno da respuesta en qué vamos mal.

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