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Juego de Tronos y la necropolítica

Juego de Tronos y la necropolítica

Por Ricardo Oviedo Arévalo

*Sociólogo, historiador, docente


En la afamada saga literaria de ciencia ficción del escritor norteamericano, George RR Martin (1948-  ), llamada la Canción de Hielo y Fuego (1996), el autor nos hace un fantasioso y cruel relato de la vida feudal en un mundo paralelo al nuestro, donde las vidas de todos sus protagonistas penden de un hilo y el asesinato de algunos de sus protagonistas producen giros inesperados en los acontecimientos de esta historia.

En esta obra de ficción, que en últimas, es la lucha del bien contra el mal, del uso de la brutalidad ilimitada de la fuerza por la ambición de llegarse a sentarse en el trono de hierro, símbolo del poder, construido íntegramente con las espadas de los vencidos pertenecientes a linajes tradicionales de los siete reinos, una de esas familias, los Targaryen, mafiosos, ambiciosos, soñadores, brutales, egoístas, conspiradores, saqueadores y ante todo verdaderos jugadores de primera línea de estas intrigas palaciegas, que tiene como trasfondo la herencia  incestuosa de un exclusivo linaje que creó esta dinastía que por siglos gobierna a los siete reinos, los mismos que están compuestos por una gran diversidad de pueblos y culturas, todos ellos tienen sus propios dioses, costumbres e intereses.

Otro de los clanes más destacados, los Lannister, dedicados a la minería del oro y al usufructo del poder, son algunos de los más importantes actores en este Juego de Tronos y que tiene como uno de  sus miembros más relevante a Tyrion Lannister, un enano, extremadamente inteligente y excelente estratega, un gigante en la agudeza y en el análisis de los acontecimientos políticos, en crear alianzas que garanticen la sobrevivencia del reino y en predecir que la violencia indiscriminada  debilita la estadía  del rey en el trono, al perder legitimación frente a sus súbditos, de esta manera, el enano Tyrion, va en contravía del concepto maquiavélico, de que es mejor ser temido que amado.

Estos Targaryen, en la medida que pierden el poder, se vuelven más violentos, Aerys II, llamado el rey loco, planea explotar la capital del reino -Desembarco del Rey- demostrando el odio que encuba contra sus pacíficos y dóciles súbditos, que ya no le obedecen, que cuestionan su retorcido mandato, por lo tanto, resuelve en un acto de desespero y locura, asesinar a la dirigencia más destacada de las otras familias (partidos), sus  enemigos se esconden, otros se exilian, los que se quedan, en este juego perverso,  tejen alianzas en los oscuros rincones de sus castillos, cada muerte es un voto contra su permanencia como rey, cada espada que adorna el trono, ya no es un  símbolo de victoria, al contrario, es una potencial amenaza contra su poder, asesina a sus generales, bufones, aúlicos, espías - jefe de los susurros-, solo la prensa le es fiel, porque ella le debe su existencia.

En su paranoia de combatir las ficticias conspiraciones de sus supuestos enemigos se da cuenta que la muerte ya no es una herramienta para afianzarse en el peligroso trono, sino, que al contrario, lo erosiona, lo oxida y lo debilita, ante el temor de perder su poder, muestra su verdadero rostro de sociópata esquizoide, queriendo posar como un Rey bondadoso, estadista, humilde, campechano, trabajador, sencillo, buen padre y hermano, protector de sus siervos, pero tras esta elaborada máscara, deja ver su odio a la desobediencia y a la traición, aflorando sus bajos instintos de intolerancia, clasismo y exclusión.

Empieza a verse rodeado de enemigos y de conspiradores, los susurros ahora se dirigen contra él, la justicia no se deja corromper, los jueces, sus antiguos aliados, ahora lo acusan, los muertos hablan desde los cementerios y hornos crematorios, sus sicarios, apuntan sus afiladas armas contra él, su temor es que al ser defenestrado se pinche con sus propias espadas o que caiga en un calabozo de sus terribles cárceles, sus hijos ya no son reconocidos como sus legítimos herederos, su temor de ser traicionado por sus amigos es real, ante este panorama se enloquece y tardíamente se da cuenta que el poder y la muerte son una pésima combinación, solo le queda escribir sus retorcidas órdenes en arrugados y viejos papeles, convirtiéndose automáticamente en oscuros susurros mediáticos, el enano Tyron, con una gran coalición llega al poder como una fuerza transformadora.

En oscuras noches el destronado Rey, desde su cárcel dorada, recuerda las sabias palabras del enano Tyrion, un enemigo por más pequeño que sea, puede proyectar una sombra larga, grande y poderosa, tiempo después, su guardia pretoriana lo traiciona, enviándolo al basurero de la historia. Cualquier parecido con la realidad colombiana es pura coincidencia.

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