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¡Estrategias mentales de altura, otra manera de afrontar el Covid-19!
El aislamiento preventivo obligatorio que se vive por estos días, sin lugar a dudas, ha mostrado la mejor y la peor cara de nuestra sociedad.
Campesinos que hacen todo lo posible por llevar sus productos a las ciudades; médicos que, a pesar de sus condiciones laborales, siguen siendo héroes; profesores, que, sin estudiantes en el aula, continúan con su majestuosa labor; voluntarios, que sin nada a cambio se arriesgan en momentos críticos, y fuerza pública que arriesga su vida para proteger a otros.
Simultáneo a esto, colegios sin infraestructura tecnológica para ofrecer clases virtuales, hospitales sin insumos para hacer frente a un virus mortal, funcionarios públicos corruptos, hechos de intolerancia, el desempleo, el hambre, servicios públicos costosos, el aislamiento físico entre seres queridos, el confinamiento. En fin, una serie de situaciones que se perciben en el entorno, y que afectan en gran medida, el estado mental de muchos.
Como consecuencia de ello, por estos días deambula la incertidumbre, el estrés, la ansiedad, la depresión y muchos otros estados psicológicos que no favorecen una vida tranquila que permita enfrentar de la mejor manera esta situación.
Existen varias estrategias mentales empleadas en muchos deportes, que pueden ayudar enormemente a palear mejor esta pandemia. Una de ellas es la fortaleza mental, que es aplicada en actividades físicas, sobre todo en aquellas de mucha exigencia como el montañismo. De acuerdo a mi experiencia en esta actividad –a la que me dedico empíricamente desde los 18 años– existe una manera eficaz desde lo mental para afrontar momentos difíciles en la alta montaña, y que ahora puede ayudar a sobrellevar mejor estos días.
La fortaleza mental es una de esas habilidades psicológicas que ayuda a controlarnos ante situaciones estresantes, y a sobreponernos a eventos adversos. Las personas con fortaleza mental muestran un control completo de emociones ante situaciones estresantes (Hernández, 2010). Sin lugar a dudas, es imprescindible para lograr objetivos complejos en lo deportivo, e incluso, en la vida diaria.
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En la práctica del montañismo son muchas las situaciones estresantes que se pueden vivir. Desde un accidente, un extravío en el camino, hasta la muerte de un ser querido en tu cordada; pero siempre, con el objetivo centrado en alcanzar cumbre y descender sanos y salvos. Para lograrlo, es importantísimo hacer gala de nuestra fortaleza mental, que desde la psicología deportiva se fundamenta en: compromiso, concentración, autoconfianza, resiliencia y motivación.
También, se requiere de una adecuada planificación, – para afrontar varios días aislados de nuestra zona de confort – así como de paciencia para intentar en varias oportunidades una cumbre, y ni hablar del trabajo en equipo y toma de decisiones, las cuales maximizan las posibilidades de alcanzar los objetivos, en contraste del trabajo individual en una exigencia extrema frente a condiciones climáticas adversas.
Así que, la actual pandemia y todo lo que se deriva de ella, representa el panorama perfecto para aplicar nuestra fortaleza mental. Podemos, por ejemplo, hacer uso de esta cualidad mental, focalizando nuestra atención en lo que puede ser sano para nosotros, discriminando el tiempo y calidad de la televisión y uso de redes sociales, así como, focalizarnos en el objetivo primordial que es preservar la vida por encima de muchas cosas, que, para lograrlo, debemos hacer uso de todas las medidas preventivas, y no descuidarlas hasta cuando nos digan que ya todo esto terminó.
Entre tanto, el compromiso consigo mismo y con los demás, está en el dormir bien por estos días, en una alimentación sana, en el hacer ejercicio y en el fortalecimiento de lo espiritual; pero también, en hacer lo necesario para no alterar la dinámica familiar, en tanto que, nuestras emociones de ira, miedo y tristeza, sin una regulación adecuada por estos días, puede desencadenar comportamientos innecesarios.
Así mismo, la autoconfianza, tan importante en estos momentos, está estrechamente ligada a la resiliencia, ya que debemos estar convencidos plenamente de que esta crisis sanitaria no nos desestabilizará en nuestro terreno, por el contrario, la debemos transformar en una oportunidad que nos genere fortalezas para encarar el presente, y por qué no, el futuro.
Debemos, además, pensar en los estímulos que nos motivan, pues se convierten en el motor para transitar sin incertidumbre en este momento. La familia, el deporte, los propósitos de vida, las pasiones, entre muchos otros motivos – depende de cada quien – se deben constituir en fuentes estimulantes para no perder el foco por estos días.
De igual manera, planificar todo lo que realicemos, cualquier mala decisión puede ser fatal para nuestra salud física y mental, y la de quienes nos rodean. Por ejemplo, planear muy bien el aprovisionamiento para no tener que salir de casa más de la cuenta e innecesariamente; planificar de manera eficiente los gastos, y pensar en nuevas maneras de generar recursos económicos.
Sin lugar a dudas, planear bien nos acerca a los objetivos personales en esta crisis; sumada a la paciencia, constituyen dos piezas clave para alcanzarlos, pues esta última nos enseña a aceptar la incomodidad del encierro, a esperar por mejores momentos, e incluso a aceptar la situación mientras intentamos distraernos mediante actividades que nos agraden. Recordemos que, actualmente mantener el control, es difícil, por lo que, es normal experimentar sensaciones desagradables.
Todas estas estrategias psicológicas, constituyen una pieza indispensable en aras de lograr un bienestar integral. Sin embargo, para lograrlo, se hace necesario trabajar en equipo. Es un momento que amerita estar unidos, sincronizados con otros en un solo núcleo familiar, interactuando, así sea mediante la virtualidad, y persiguiendo juntos los mismos objetivos en torno al confinamiento. Trabajar mancomunadamente, es además, ayudar a otros.
En definitiva, transitar por caminos difíciles, tanto en la montaña, como en esta crisis sanitaria, nos debe movilizar a hacer lo necesario para afrontarlos de la mejor manera. Es encontrar las estrategias psicológicas que mejor se ajusten a nosotros, sobre todo, la fortaleza mental; así como en el montañismo, es encontrar el camino hacia lo que se pretende alcanzar, y a su vez, intentar, pese a las dificultades, equilibrar nuestro rumbo hacia una vida mejor.
Psicólogo y docente. Director de TransformActiva.
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