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El voto de la alcaldesa: ¿firme con el Centro Democrático o cola de ratón? ¡Si no salto al Vacío!

El voto de la alcaldesa: ¿firme con el Centro Democrático o cola de ratón? ¡Si no salto al Vacío!

Por José Baruth Tafur G.

*Abogado. Especialista en Marketing Político y Estrategias de Campaña

Maestrante Comunicación Política


¿La alcaldesa Johana Aranda tendrá coherencia y su voto como ciudadana a la Cámara será por la lista del Centro Democrático? ¿Y alguien esperaba otra cosa? Es como si un hincha del Tolima confesara que sufre con el Deportes Tolima: ¡obvio, sufrimos! ¡Quienes le dieron el aval principal, la esperan para construir su futuro! ¿Qué pensaría el presidente Uribe si no fuera así?

Porque claro, en tiempos donde la incoherencia es la moneda corriente, ¡el colmo sería que no lo hiciera! Se volvería cola de ratón y estaría sujeta a los intereses oscuros de quien hurtó la ciudad y dejó un puente fantasma. Lo mínimo que uno espera de cualquier político es coherencia con el partido que está construyendo, sumado a ello la demostración de independencia, que se verá opacada si sigue recibiendo las cuotas de quien saqueó Ibagué. Pero la coherencia en este país se convirtió en un lujo. Hoy se aplaude que alguien vote en línea con su partido, como si fuera un acto de valentía y no una simple obligación moral.

Porque no nos digamos mentiras: si Aranda no votara por el Centro Democrático, el golpe no solo sería para su futuro y la estructura que está consolidando, sino también para el partido Centro Democrático. ¿Qué pensará toda la base uribista que la eligió con la esperanza de que representara con firmeza esas banderas? Y ahí sí, la incoherencia no sería una anécdota, sino una traición que marcaría un precedente desastroso para el partido en el Tolima.

El titular entonces no debería sorprender, pero sí invita a reflexionar: en un contexto donde la política se ha vuelto un mercado de intereses personales, un simple voto de coherencia parece una rareza. Si esto se presenta como un gran logro, ¿qué tan bajo hemos caído en nuestras expectativas ciudadanas?

El voto como ciudadana de Johana Aranda por el Centro Democrático en las próximas elecciones es lo mínimo que puede hacer para no dinamitar su propia legitimidad, su independencia y su coherencia. Porque si con sus verdaderos amigos hubiera sido incoherente, ¿qué confianza quedaría en que respete la voz del ciudadano? Por eso, más que noticia, este anuncio es un recordatorio: la política en Colombia está tan degradada que la coherencia dejó de ser virtud y se volvió milagro.

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