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En Melgar, el descaro de la corrupción

En Melgar, el descaro de la corrupción

Por José Baruth Tafur G.

*Abogado. Especialista en Marketing Político y Estrategias de Campaña

¿Quién paga esas campañas deslumbrantes? ¿De dónde sale el dinero de quien no se hace cargo de la muerte de mascotas?  ¿De dónde sale el dinero del de amarillo? ¿Cuánta plata está debiendo?  Empeñado esta quien utiliza carpas monumentales, equipos de sonido de última generación, regalos al por mayor y promesas que podrían competir con cuentos de hadas. Pero esa pompa escandalosa no surge de la generosidad del aire puro, sino más adelante del bolsillo… del bolsillo del pueblo de Melgar

Y lo peor: muchas de estas campañas reciben respaldo económico de personas salpicadas por investigaciones graves. En Ibagué, por ejemplo, el exalcalde Andrés Hurtado enfrenta investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito y otros procesos por peculado, interés indebido en contratos y uso indebido de bienes públicos. El estilo de vida ostentoso que adoptó—incluyendo viajes, una mansión en Reservas del Campestre y una campaña adelantada con perros, ponchos y cachuchas de lujo—desencadenó estas averiguaciones.

La campaña ostentosa en Melgar, ¿a costa de qué? Mientras se inflan carpas y altavoces a todo volumen, los derechos fundamentales de la población quedan en segundo plano, el pueblo de Melgar estaría sumergido en escándalos de posible corrupción, el pueblo aguantando necesidades, mientras quien se rodea de investigados tendrá que devolver el favor; dónde quedara el turismo, la seguridad, los centros culturales, la salud de nuestro pueblo, nuestras vías, nuestros caminos… todo se sacrifica en aras del derroche electoral. Y en última instancia, esa factura la paga la ciudadanía. Un ciclo perverso: dinero posiblemente mal habido se transforma en espectáculo electoral, y luego en más influencia para quienes deben servir al pueblo, no explotarlo.

¿Qué nos deja esto en Melgar? un erario como caja de campaña: Cuando los recursos públicos o incluso procedencias cuestionables terminan financiando campañas, el daño va más allá de lo económico: se erosiona la confianza ciudadana en la política.

Este es un llamado a los liberales a unirse, a cerrar filas y no dejar que la corrupción de quien viste de amarillo manche su historia y sus banderas. Hoy el liberalismo tiene una gran oportunidad de transformación, hoy es el día de la unión, la fuerza liberal se reúne y quedará en manos de quienes ven la política como la transformación social, como un compromiso con el pueblo.

Hoy Melgar, mientras algunos despliegan lujos y megáfonos, otros luchan con las necesidades básicas. No podemos permitir que el ruido tape la voz de quienes exigen resultados reales, hagamos conejo a la corrupción.

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