Por Óscar Viña Pardo

La gripa terminal no es un término médico, más sí social. Nos da solamente a los hombres en diferentes etapas de la vida y tiene esta enfermedad unas características básicas que la permiten identificar de manera rápida. 

Los síntomas de la gripa o influenza son fiebre, dolor de cabeza, tos, dolor de garganta y dolores musculares. Las diferencias empiezan ahora en el quejido o lamento que hacemos. Decímos desde lo profundo de nuestro corazón:  “me voy a morir, pasen el huellero” y otra vez un buen lamento. Esta acción es fundamental desde lo social.

Uno no sabe si el dolor muscular que se tiene es producto de estar tres o cuatro días en cama echado esperando que le lleven el desayuno, almuerzo o comida. Ahí viene el siguiente tips, que esta en la forma de comer. La inapetencia lleva a su esposa e hijos a pensar que sí estamos enfermos y de gravedad. Por eso cuando se descuidan, acuda de manera rapida a la nevera o alacena y termine de tanquearse. Luego pida aguapanela con limón caliente para que no se atore y ayude con la causa. 

Las dos primeras noches son realmente las más difíciles, usted se prepara para ver la luz al final del túnel, pero luego se acuerda que llevan 70 años constyruyendo el del Tolima y pasa una noche de perros, pero sobrevive y lo peor de todo, le toca ponerse pijama entera. Existe entonces un reconocimiento familiar importante porque se pasó la noche, hubo sonidos guturales fuertes producto del desprendimiento del alma del cuerpo y su regreso.

Los quejidos empiezan a desaparecer, acostumbrado a ser un inútil en estos cinco días, más los de recuperación total permiten a los demás integrantes de la familia a mirarlo nuevamente como todos los días. No tenemos expresiones positivas por parte de ellos que conduzcan a mostrar los guapos que fuimos al salir de una gripe terminal, por el contrario. Usted no ayudó en estos 10 días, entonces le toca estos días hacer cositas mínimas en el hogar.  Ahí viene el último lamento. Ay porque me dio gripa terminal.