Por: Oscar Viña 

Los Lleras, López, Galán, Gaviria, Pastrana, Santos, Gómez y Rojas son algunos de los apellidos de las familias que por años han gobernado al país.  Algunos de ellos con propuestas sociales y económicas, entendiendo que son lucrativas empresas que deben preservar a través del tiempo mediante herederos muy cercanos.

Los colombianos seducidos por los cantos de sirenas de la de la política seguimos peleando desde el color de un partido, apasionados porque dijo esto y el otro respondió con aquello, dejando enemistades porque piensan diferente y al hablar de su contradictor se tildan entre unos y otros de ignorantes; mientras los jefes de ellos toman “wikey” en los clubes sociales arreglando desde sus maquinarias cómo serán estas próximas elecciones.

Los Barreto, Jaramillo, Martínez, Gómez y Santos, en el Tolima son algunas de las familias que trabajan en la política, algunos de ellos por vocación de servicio, otros porque son un negocio que les permite consolidarse como los amos y señores del departamento, por ende definir el futuro de la región que tiene como una de sus vocaciones el ser caníbales, acabar con los otros a como dé lugar, sin importar nada a cambio, solo el consolidarse como los gamonales en la región.

Se justifica su trabajo en la política como algo lógico, “es lo que toda la vida han hecho y por ende las nuevas generaciones han aprendido” responde la mayoría de personas que se consulta sobre el tema. Otros van más allá. Al ser una empresa familiar los únicos que tienen derecho a ascender son los de la misma familia o los amigos más allegados, que en ocasiones tienen menores destrezas que otros integrantes del mismo grupo político al que pertenecer.

Pero todo está cambiando, ya no son los colores o la ideología la que manda la parada, los gamonales con plata, con mucha plata, desde hace algún tiempo determinan el destino de las regiones, trabajan en el nuevo marketing político por hacerse más ricos a costilla de los más pobres, que siguen pensando que pueden darse transformaciones sociales a partir de discursos donde todos terminan peleando, incluso integrantes de  mismos partidos políticos, que no han entendido que manda quien gana y que esos partidos solo son colores y banderas de adorno donde se escudan quienes quieren seguir gobernando en todos los ámbitos.