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Opinión

La Mujer y la Economía del Cuidado

La Mujer y la Economía del Cuidado

Por Martha Alfonso - Representante a la Cámara por el Tolima


El pasado 22 de julio se conmemoró el Día Internacional del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado; en ese marco, vale la pena reflexionar sobre la situación de las mujeres colombianas en relación con este tipo de trabajo que sigue sin reconocerse adecuadamente en la sociedad colombiana.

De acuerdo con el Boletín sobre Economía del Cuidado, publicado por el DANE, mientras que, del total de horas trabajadas por las mujeres, el 65% de éstas corresponden a trabajo de cuidado y doméstico no remunerado y el 35% corresponde a labores remuneradas, en el caso de los hombres, el 76% de las horas trabajadas corresponden a actividades remuneradas y solo el 23.3% son de actividades no remuneradas.

Como se deduce de estas cifras, el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado sigue teniendo rostro de mujer y, además, las mujeres trabajan más, pero se les reconoce MENOS su trabajo.

Al revisar el comportamiento de las horas anuales trabajadas por hombres y mujeres según la situación en el mercado laboral, encontramos que las brechas son escandalosas; en el caso de la población fuera de la fuerza de trabajo (es decir aquellas personas que no están trabajando ni están buscando empleo), la gran mayoría de horas de Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado son ejercidas por mujeres (24.219 millones de horas), mientras que los hombres que están fuera de la fuerza de trabajo apenas aportan 3.255 millones de horas. Lo anterior quiere decir que, cuando están fuera del mercado laboral, las labores de cuidado recaen en los hombros de las mujeres y no de los hombres.

Lo mismo ocurre en el caso de la población que está desempleada: cuando las mujeres están buscando trabajo siguen asumiendo la mayor parte de la carga de horas de trabajo de cuidado no remunerado en sus hogares, lo cual tiene implicaciones negativas para ellas, pues esto normalmente dificulta que puedan dedicar más tiempo a buscar un empleo con condiciones dignas.

Y peor aún: incluso las mujeres que tienen un trabajo formal en el mercado laboral, trabajan 8.070 millones de horas adicionales en labores domésticas y de cuidado no remunerado en sus hogares, mientras que los hombres que tienen un trabajo en el mercado apenas aportan la mitad de estas horas. Lo anterior quiere decir que, cuando una mujer consigue un empleo remunerado, de todas maneras, sigue asumiendo mayoritariamente las labores de cuidado y trabajo doméstico en su hogar. En suma, llegan de trabajar a seguir trabajando en sus hogares.

Finalmente, el DANE muestra que las mujeres en promedio en Colombia, entre 2022 y 2023 trabajaron 73 horas semanales, combinando Trabajo Remunerado y Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado; lo anterior implica que en Colombia las mujeres trabajan entre 12 y 13 horas diarias.

Esta realidad hay que cambiarla. De allí la importancia de las reformas sociales que están en curso, como la recientemente aprobada reforma pensional, que por primera vez reconoce el trabajo de cuidado no remunerado por crianza de los hijos, y que permitirá una reducción en las semanas de cotización mínimas para acceder a una pensión por parte de las mujeres (50 semanas por cada hijo, y hasta por 3 hijos); de igual forma, las medidas afirmativas para las mujeres contempladas en el primer debate de la reforma laboral. El trabajo de las mujeres sostiene la reproducción social. Ha llegado la hora de retribuirlo.

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