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Opinión

La bancarrota del alcalde Hurtado

La bancarrota del alcalde Hurtado

Por Humberto Leyton


Faltando escasamente tres meses y unos días para terminar su nefasto periodo, las ruinas de la administración de Andrés Hurtado, presagian una estruendosa derrota de su candidata Johana Aranda.

La caída del leonino convenio con Infotic ante solicitud de la Procuraduría General de la República y la licitación exprés de la remodelación del parque Centenario, son los últimos actos de una administración que huele a putrefacto y que contamina la campaña de su protegida.

Estos hechos no son aislados y tienen costos políticos que pagarán los defensores y más allegados a la administración del alcalde que ‘vibra’.

Inicialmente, fue el revés que sufrió Hurtado cuando se vio obligado a recular con el negociado de Infotic-SEPT, después de haber sostenido que era imposible echar atrás este convenio, que generó un paro de transporte masivo urbano por cerca de 12 días, el más largo que se haya registrado en el país, y de haber hecho todo lo posible por mantener este oscuro acuerdo con empresas de papel que aspiraban a manejar los recaudos durante 16 años de los pasajes de los usuarios del transporte colectivo, donde iban a manejar una suma cercana a los cuatro billones de pesos. Algunos afirmaban que era la mega-pensión que se llevaba al alcalde Hurtado antes de abandonar su cargo.

Ahora tenemos que el alcalde de las ‘obras’, tuvo que retroceder nuevamente al revocar la licitación exprés por siete mil 600 millones de pesos, para la remodelación del parque Centenario, la que quería otorgar violando claras normas que protegen el patrimonio cultural e histórico de la ciudad, y con obvios sobrecostos en la obra, como es costumbre de la administración Hurtado.

Este otro esperpento, después de las denuncias de organizaciones culturales y colectivos ambientalistas, incluso hasta la propia secretaria de Cultura Municipal, la secretaria de Infraestructura tuvo que retroceder en su intento inicial y además reconocer que las denuncias eran tan graves, que no pudo sostener la citada licitación sastre.

Pero estos no son los únicos pecados de Hurtado, en su haber tiene varios y de diversos tamaños. El endeudamiento de Ibagué por cerca de 300 mil millones en su administración central, sin tener en cuenta a las entidades descentralizadas como el IBAL e Infibague, entre otras. Deudas que pesarán mucho en la administración que lo suceda, eso sí que no vaya a ser su ahijada.

A ello, hay que agregarle los sobrecostos y adiciones presupuestales a todas las obras de la actual administración: escenarios deportivos, centros de salud cerrados, la USI con más de 15 mil millones de déficit, los esguinces permanentes a la ley del alcalde Hurtado,  y hasta las piscinas Olímpicas de la 42 rezadas o embrujadas. En fin, la administración del alcalde vibrador es una tragedia para Ibagué desde cualquier lado que se le mire.

Ante este balance de completa bancarrota, nos hace pensar que las consecuencias no se dejaran esperar; y desde ya, se nota un descuelgue vertiginoso de la candidata del continuismo Johana Aranda, en las intenciones de Hurtado de seguir gobernando en cuerpo ajeno.

¿Aranda, la John Esper Toledo Hurtado?

Los resultados están a la vista. El propio Centro Democrático, que le dio el aval principal a la candidata se encuentra dividido, y un sector importante votará por otros candidatos, entre ellos: José Barreto y Ricardo Ferro. Igual cosa pasa con otras agrupaciones políticas que dicen respaldar a la señora Aranda, que dividirán sus fuerzas para apoyar a candidatos distintos a la escogida del alcalde.

Así las cosas, la señora Aranda corre el riesgo de quedar como John Esper Toledo, cuando encarnó el continuismo de Luis H. Rodríguez en las elecciones de 2015, que perdió frente a Guillermo Jaramillo; pero en esta oportunidad la situación es más clara y evidente.

Los logos y estandartes de partidos y movimientos políticos que cubren la campaña de “Ibagué para todos”, solo los ata los contratos, puestos y prebendas que le pueda dar la administración municipal, igual que en la campaña de Toledo, pero con el ítem que en esta oportunidad, se están desprendiendo antes de contar los votos el 29 de octubre.

Ni Álvaro Uribe pudo controlar la votación de su partido para Aranda, mucho menos lo harán los partidos y movimientos que no tienen Mesías.

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