Opinión

Ibagué y su identidad: una sinfonía inconclusa

Ibagué y su identidad: una sinfonía inconclusa

Por Iván Ramírez Suárez

@jiramirezsuarez

Este alargado fin de semana se realiza en Ibagué una versión más del Festival Nacional de la Música Colombiana, evento folclórico – musical que reúne a intérpretes instrumentales, vocales y a compositores innovadores de la música Andina hace más de 30 años.

Oportuno el evento para destacar la quijotesca labor anual del equipo que integra la Fundación Musical de Colombia, bajo la batuta de la persistente Doris Morera de Castro, quienes no solo han logrado mantener la continuidad y calidad del festival, sino que además lo han consolidado y caracterizado como uno de los certámenes más importantes de esta tradicional música suramericana.

Imposible entender la evidente apatía que sectores de la dirigencia política y estatal han asumido con el certamen cultural desde su creación, al punto máximo que la misma directora de la fundación, hace pocos días, en declaraciones ante los medios de comunicación nacional, hubo de reconocer que en alguna oportunidad al compartir una silla de avión con un reconocido dirigente político ibaguereño que presidía para entonces el Senado de la República (q.e.p.d.), sin sonrojarse, le manifestó que no la apoyaba porque “esa clase de actividades no producían votos”.

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Esta mezquindad apatía, desconocimiento o ausencia de identidad cultural con nuestro terruño, reconocido desde hace mucho tiempo como “Ciudad Musical de Colombia”, hace imposible consolidar nuestra marca a nivel nacional e internacional, a pesar del abundante talento individual y grupal, instrumental y vocal, producto valioso de un tesonero trabajo de un equipo humano empírico y académico que agrupado en Organizaciones No Gubernamentales, instituciones académicas de educación media, universitaria o informal, hacen trabajo diario con niños, jóvenes y adultos.

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Bandas y orquestas sinfónicas, filarmónicas, de música tropical, jazz, rock y regae. Estudiantinas, coros líricos y de música colombiana, grupos de cámara, cantidades de dúos, tríos, cuartetos y bandas populares y papayeras, por nombrar solo una muestra de la inmensa riqueza musical ibaguereña, debería ser convocada no una o dos veces al año para participar de esporádicos eventos, sino hacer parte del inventario lujoso que como patrimonio musical debería exhibir a diario nuestra ciudad a todos sus visitantes.

Sin embargo, este anhelo no se cumple, conforme lo reconocen muchos de los directores e integrantes de estas agrupaciones musicales. “A las festividades del folclor y otros eventos sociales, culturales y públicos contratan a integrantes de las costas pacífica y caribe, boyacenses, pastusos y hasta extranjeros, menos a los artistas ibaguereños”, nos confiesa uno de los directores musicales de mayor experiencia del Tolima. “Como músicos tenemos que volvernos limosneros y politiqueros para poder surgir y subsistir” reconocen la mayoría de los artistas consultados.

Una realidad, que contrasta con eventos importantes como el que se realiza, pero que mantiene a nuestra ciudad con una identidad, convertida en una sinfonía inconclusa.

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