Opinión
G.A. Jaramillo, el tolimense que aspira a la alcaldía de Bogotá
Por: Humberto Leyton
Como tolimense, registramos con inmensa alegría que un paisano comience a figurar entre los candidatos más cotizados entre quienes aspiran a ganar la alcaldía de Bogotá. Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, dejó huella y una grata sensación de la labor cumplida cuando se desempeñó como secretario de Gobierno y luego de Salud, en la administración de Gustavo Petro, cuando este se desempeñó como alcalde de la capital de la república.
Pero no vamos a referirnos a sus logros en esas posiciones, sino a tratar de hacer un perfil de lo que representa el dirigente de la Colombia Humana dentro de los cuadros políticos de los diversos partidos que el Tolima ha tenido en la época contemporánea en el firmamento nacional.
Sin duda alguna, es Guillermo Alfonso Jaramillo, uno de los dirigentes tolimenses que más se ha destacado a nivel nacional, desde cuando fue senador promoviendo debates como el premonitorio antes de la desaparición de Armero, cuando denunció con pruebas, la tragedia que se avecinaba en 1985, y que ni el presidente Belisario Betancur ni su ministro de Minas Iván Duque Escobar, le prestaron atención y esta actitud gubernamental le dejó al país un saldo de más de 23 mil muertos.
G.A. Jaramillo, ha estado vinculado a la actividad política del departamento desde muy joven y ha ocupado diversos cargos de elección popular como diputado a la Asamblea del Tolima, Congresista, Gobernador del Tolima y Alcalde de Ibagué, donde no ha pasado desapercibido y siempre ha sido protagonista de primer orden en el acontecer administrativo y político, no solo de la región sino la nación.
Esta figuración, le ha granjeado problemas de diverso orden. Fue acusado de guerrillero por haber planteado la necesidad de la paz, proceso del que salió libre, luego lo señalaron de paramilitar y después de haber sido investigado también salió el fallo a su favor, y así, sucesivamente, ha enfrentado diversos procesos. Nunca le han probado un delito.
El último es el de alumbrado navideño, que obedece más a un escándalo mediático impulsado por medios viudos de la pauta publicitaria en su administración, utilizado por sus adversarios políticos que a hechos reales. De este contrato no se pagó un solo peso, y por tanto, según los penalistas entendidos, no hubo dolo. No hubo delito.
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Igualmente, el exfiscal y exprocurador general de la nación, Alfonso Gómez Méndez, en su momento, hizo una vehemente defensa del exalcalde de Ibagué.
Sin embargo, estos contratiempos en la vida política del dirigente tolimense, no le restan importancia para que su nombre sea tenido en cuenta, incluso por sus contradictores políticos, para ocupar cargos de representación popular. Por ejemplo, tuvimos conocimiento que en una reunión sostenida por algunos líderes del partido conservador y del Centro Democrático, el nombre de G.A. Jaramillo fue tenido en cuenta como único candidato capaz de ganarle las elecciones a la candidata conservadora Adriana Magali Matiz, patrocinada por la casa del senador Óscar Barreto. Ya el dirigente de la Colombia Humana, había manifestado sus aspiraciones por la Alcaldía de Bogotá; pero no deja de tener importancia este hecho, que pone de relieve el reconocimiento que se le tiene al tolimense que quiere ser alcalde de Bogotá.
Y para disipar dudas que tienen algunos críticos sobre la labor que cumplió la alcaldía de Jaramillo, tenemos que recordarle que su administración fue la única que tomó en serio el acueducto complementario de Ibagué, le hizo una inversión de cerca de 100 mil millones de pesos, y lo dejo a 800 metros de su terminación, pero el papagayo que tenemos de alcalde, le invirtió 24 mil millones de pesos más y no ha podido concluirlo; de otra parte los escenarios deportivos de los malogrados Juegos Nacionales 2015, duró dos años desempantanándolos de los líos jurídicos en que los dejó el nefasto alcalde Luis H. Rodríguez, rescató cerca de 50 mil millones de pesos por concepto de pago de pólizas de garantías y siniestros de las obras, y pudo concluir tres escenarios: el estadio alterno de fútbol, el estadio de atletismo y el patinódromo, cuyo costo ascendió en su conjunto a 34 mil 500 millones de pesos.
Dejó financiadas y en construcción las obras de urbanismo del parque deportivo, la construcción del coliseo de combate y para licitación el coliseo mayor, y obras de la 42. El gobierno Jaramillo con recursos propios invirtió 90 mil millones en obras deportivas.
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Pero a ello hay que agregarle, la terminación del museo panóptico de Ibagué, el convenio por cerca de 200 mil millones de pesos para 28 megacolegios de jornada única, de los cuales se han entregado 10, pese a la auto-adjudicación que se hace Hurtado de estas obras; también hay que contar los cuatro puentes vehiculares que construyó en el sector rural, los cinco centro poblados pavimentados y todos los puestos de salud de la zona rural de en funcionamiento.
Se debe añadir el saneamiento que hizo la administración Jaramillo al hospital San Francisco y la Usi, en los que se invirtieron apreciables recursos.
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Desde luego que se podrá criticar aspecto malos de la Administración Jaramillo, no todo fue color de rosa, pero haciendo un balance integral de su gobierno, de lejos fue mejor al de muchos alcaldes anteriores, y supera en creces a la del actual mandatario charlatán que tenemos los ibaguereños.
Sería mezquino desconocer los méritos y logros que tiene una persona como G.A. Jaramillo; además de ignorar la importancia que desde hace años tiene a nivel nacional como referente de la política tolimense. Independientemente, de la escuela política que represente, y la actitud o militancia partidista que se pueda esgrimir frente al exalcalde de Ibagué, hay que valorar el compromiso que asumió de aspirar a regir los destinos de la capital del país.
G. A. Jaramillo, tiene tal personalidad y carácter, que la mayoría de campañas políticas las ha realizado sólo, acompañado de un grupo de amigos, en la mayoría de ocasiones diferentes, y que recuerde no ha perdido de una, al menos en el Tolima. Esperemos a ver cómo le va en Bogotá. Tiene las suficientes capacidades y la entereza para desempeñar el cargo que lucha.
Como tolimenses, le deseamos éxitos al paisano.
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