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Opinión

El gobierno Petro: Fabricante del exilio colombiano

El gobierno Petro: Fabricante del exilio colombiano

Por: Felipe Ferro
*Diputado a la Asamblea Departamental del Tolima. Centro Democrático


Cerca de dos millones de colombianos han abandonado el país bajo este mandato, muchos de ellos con un solo destino en mente: cualquier lugar que no sea Colombia. Compran tiquetes de ida, sin retorno, dejando atrás familias, historias y raíces, en un éxodo que desgarra el alma de la nación.

El informe Perspectiva de la migración internacional 2024 de la OCDE lo confirma: Colombia se posicionó como el segundo país con más solicitudes de asilo en el mundo en 2023, superado únicamente por Venezuela, el emblema del fracaso socialista.

Más de 202.957 colombianos pidieron refugio en otras naciones, un aumento del 130 % en comparación con 2022 que fue de 87.917. Estados Unidos y España, con 128.129 y 53.040 solicitudes respectivamente, son los principales destinos de quienes ya no encuentran futuro bajo las ruinas que deja este gobierno.

¿Cómo llegamos a esto? La respuesta es evidente. Petro ha convertido a Colombia en un infierno cotidiano: la economía se estanca, mientras la ciudadanía soporta una avalancha de impuestos destinados a alimentar una corrupción rampante que roba a manos llenas.

La salud, antes orgullo nacional, se encuentra al borde del colapso; la seguridad es un lujo inexistente en un país donde el crimen reina impune; y las oportunidades para el progreso son apenas un espejismo. En resumen, Petro ha diseñado un escenario perfecto para el éxodo: un país que expulsa a su gente como si fuera un enemigo de sus propios ciudadanos.

Pero no se trata solo de cifras. Cada colombiano que se va representa un testimonio desgarrador de desesperanza. Familias enteras que renuncian al calor de su tierra natal, jóvenes que entierran sus sueños en un boleto sin regreso, madres y padres que buscan en otros países la seguridad que aquí les fue negada. Este éxodo masivo es una condena moral para un gobierno que, lejos de proteger a su gente, la empuja al abismo del exilio.

Es inaceptable que mientras Petro se aferra a discursos demagógicos y promesas vacías, millones de colombianos eligen huir. La nación se desangra en su economía, en su sistema de salud, en su seguridad... pero sobre todo en su gente. Esta migración forzada es el grito colectivo de una población que ha perdido toda esperanza bajo un gobierno que solo ofrece caos y miseria.

Petro no es el presidente de la "potencia mundial de la vida". Es el artífice de una Colombia en fuga, un líder incapaz que ha desterrado a su propio pueblo. La pregunta ya no es cuántos más se irán, sino si aún queda tiempo para salvar a los que se quedan.

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