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“Sí hay liderazgos jóvenes, pero tienen fastidio a los partidos”: Franklin Ruiz

“Sí hay liderazgos jóvenes, pero tienen fastidio a los partidos”: Franklin Ruiz

Franklin Ruiz, joven de 29 años que llega a dirigir los hilos del Polo Democrático en Ibagué.

Por: Juan Sebastián Giraldo


El Polo Democrático Alternativo ha pasado por altas y bajas durante los últimos años tanto en el Tolima como en Ibagué. Por eso era urgente inyectarle vitalidad.   El 28 de enero de este año, con la idea de una renovación generacional se escogió la nueva dirección del Polo Ibagué, y fue Franklin Ruiz quien terminó elegido como presidente.

Franklin tiene 29 años, pero ya es un hombre curtido en los avatares políticos, se puede decir que es un hombre de mil batallas. Inicio su militancia política en el 2014, es decir tenía 20 años y ese inicio de político rebelde lo inicio en la Universidad del Tolima, época en la que recuerda, se sentía atraído por ideales anarquistas, mismos que lo llevaron a hacer parte de distintas luchas en favor de la protección del agua, el medio ambiente y la educación pública.   

En 2019 fue la primera vez que lo invitaron a hacer parte de un partido político e incluso lanzarse al Concejo, invitación que rechazó porque, en sus palabras, solo lo querían utilizar para sumarle votos a otro candidato. Sus ideales anarquistas lo mantuvieron alejado de los partidos políticos constituidos, pero en 2020 aceptó unirse a Fuerza Común, una de las tendencias del Polo Democrático, con la cual se identificó, pues dos de sus pilares eran la defensa del agua y los derechos a los campesinos.

En Fuerza Común continúa ejerciendo el activismo, pero también empieza a asistir a congresos políticos y todos los espacios en los que estuviera presente el ejercicio de la política. Ahí quedó atrapado, y ahí sigue, y afirma que de ahí no lo sacan. Su estreno de frente en la política electoral la hace en la campaña de Martha Alfonso a la Cámara de Representantes y la de Gustavo Petro a la presidencia, con la convicción de que la política era un ejercicio a dignificar.

Hoy en día se erige como uno de los jóvenes visibles en la política local y tiene en la mira aspirar al Concejo Municipal de Ibagué en estas elecciones. Acepta que estar en campaña es extenuante y desalentador, principalmente, por la abundancia de ‘lagartos’ en busca de favores políticos. Afirma que está en un punto más maduro de su vida, lo que le permite ver la política y a los políticos de una manera mucho más critica que antes.

En diálogo con El Cronista.co, Franklin Rojas, presidente del Polo Democrático en Ibagué, cuenta lo que conlleva inmiscuirse en el ejercicio de la política, la obsolescencia de los partidos y el porqué de la escasez de caras jóvenes en las contiendas electorales.

El Cronista.co: ¿Cuál ha sido su aprendizaje después de tres años haciendo  parte de un partido político?

Franklin Ruiz: Con el tiempo he ido aprendiendo de las dinámicas de la política, las dinámicas dentro de los partidos y los acuerdos entre sus integrantes. En la campaña de Martha (Alfonso) y la de Petro aprendí que más allá de tener un discurso político muy estructurado o ideológico, uno debe entender el juego de la política.

EC: ¿Qué es lo peor de estar en campaña?

FR: Reunirse todos los días con personas diferentes, frecuentemente encontrar gente que ofrece ‘sus servicios’ a cambio de dinero, un contrato o un puesto. Pero lo más triste son las personas que dicen estar por la línea de Petro, pero que incurren en las mismas prácticas de los políticos de derecha: pedir plata, puestos, contratos. Muchos dentro de la misma izquierda no están por criterio sino por beneficio.

EC: ¿Para usted que le apasiona la política qué es lo fundamental en este ejercicio?

FR: Para mí la ética será fundamental en mi ejercicio político. A pesar de que haya unos compromisos con el partido, la ética siempre estará presente, debo ser coherente con lo que he construido durante más 10 años en los movimientos sociales. Legitimidad, credibilidad y coherencia política.

EC: ¿Qué tanto podrán pesar los compromisos adquiridos con el partido en su ejercicio político?

FR: Tengo compromisos, pero quiero ser coherente, si a mí el Polo me cohíbe o no me deja montar posturas contrarias a las hegemónicas o si me impone a ‘X’ candidato, ¡ni mierda!, porque para mí el partido no es una iglesia, el partido es un ejercicio democrático de consensos y debates, y si no es así me voy del partido, no tengo líos con eso.

EC: ¿Cree que algunos jóvenes ven a los partidos como iglesias?

FR: Sí, en algunos casos. Por ejemplo, en la Colombia Humana hay gente importante, muy valiosa, pero que no hacen ejercicios críticos dentro de sus partidos. Ellos hacen lo que Jaramillo o Marco Emilio diga, no hay ejercicios democráticos y reflexivos al interior del partido. Son jóvenes muy buenos, pero muy pasionales. El problema es que les han enseñado que no pueden ser críticos con sus partidos.

EC: ¿Es cosa de la izquierda únicamente?

FR: No, pero de la derecha no voy a hablar porque ellos tienen sus propias prácticas neoliberales, que por más que sean jóvenes o viejos van a seguir imperando. El problema es que en la izquierda tampoco veo una solución. Hago parte de un partido de izquierda y he militado en la izquierda, pero estando en ese escenario político partidario me he dado cuenta de que hay otra herencia gamonal, de terratenientes, de familias que siguen reproduciendo las mismas dinámicas que la derecha. Hay personajes que quieren mantener una hegemonía en el departamento y por eso no dan paso a otros liderazgos.

EC: Si no es en la derecha ni en la izquierda, ¿dónde pueden entrar esos nuevos liderazgos?

FR: Hay un bloque emergente que está disputándole el poder a la derecha y la izquierda oficialista. Un grupo sin herencia política, plata o estructuras, pero con trabajo arduo y la creencia de que la política debe ser para otra cosa. Un bloque que en Ibagué representa Martha Alfonso, de pronto un poco también Renzo García o Jaime Tocora, que es otro sector alternativo, el sector que ha estado con la gente y que no es el hijo de tal papá, que su mamá fue alcalde de tal municipio, o que su tío fue político o gobernador 'x' veces.

EC: ¿Con qué dificultades se encuentran estos liderazgos jóvenes a la hora de llegar a un partido?

FR: Cuando entran hay resistencia. Dentro de los partidos hay gente que se cree dueña de los mismos, gente que lleva años y gente que piensa que porque es cercana a Petro ya pueden decidir quién va y quién no, entonces tras de que a los jóvenes no les gusta la política partidaria, cuando entran encuentran unas prácticas horribles. En los partidos de izquierda también son homofóbicos, machistas, anticuados, xenófobos y tienen unos referentes políticos obsoletos de los años 70.

EC: ¿Qué otros problemas ha observado?

FR: El otro problema es que esos liderazgos en algún momento se gradúan y adquieren responsabilidades. No es lo mismo ser activista cuando se es estudiante que cuando se tiene esposa e hijos. Hay presión por conseguir dinero y en medio de esa crisis, la derecha se come esos liderazgos. Buenos amigos míos, grandes líderes sociales, y cuando me los encuentro como que les da vergüenza hablarme de esas cosas, pero en el fondo los comprendo, tienen deudas y la derecha ofrece puesticos y los va metiendo. Muchos liderazgos de izquierda están en la inmunda y el poder de la derecha se los come.

EC: ¿Por qué a los jóvenes no les gusta la política partidaria antes siquiera de entrar a un partido?

FR: Somos una generación que está mamada de la política partidista porque hemos visto el fracaso de la derecha, pero también gobiernos de izquierda malos. En el Polo me señalan a Samuel Moreno, Enrique Peñaloza, Angelino Garzón, gente que ha salido de la izquierda y la ha dejado mal a nivel nacional.  La juventud siente fastidio por los partidos y tiene toda la razón, son los que han gobernado y son los que tienen a este país en la mierda. Eso hace que la gente que creyó en algún momento que la izquierda era la solución ahora piensen que ni con la izquierda se puede.

EC: Y en el Tolima, ¿cómo analiza ese comportamiento?

FR: En el Tolima hemos tenido una clase dirigente que ha sido mezquina y revanchista, que si usted no es de mi afinidad no hacemos nada. Ellos priman por encima de los intereses de la población, sus diferencias políticas. Hay que pensar más allá del barretismo y del jaramillismo porque no hay un proyecto colectivo que en medio de las diferencias políticas logre poner a la gente por encima de los intereses de turno.

EC: Finalmente, ¿Cuáles son sus expectativas de cara al Concejo Municipal?

FR: Si no me lo creo yo, no se lo va a creer mi equipo de campaña ni mis votantes. Tenemos el apoyo de un senador de Fuerza Común, Alberto Benavides, eso es muy importante de cara a las elecciones. Los más experimentados del Polo también me han tendido la mano y están prestos a ayudar.

Hay temas elementales por los que velar, se le debe prestar atención al crecimiento de la ciudad alrededor del agua, aquí no se puede seguir extendiendo de una manera irresponsable como se está haciendo, las constructoras no pueden seguir vendiendo apartamentos con promesas de agua, el agua tiene que ser un bien común. Agua, movilidad, empleo y la descentralización de la ciudad, son los temas que más me preocupan.

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