Por: Alejandro Hernández

El 6 de noviembre del 2022 le cambió por completo la vida al ya retirado general Fernando Murillo. Se encontraba en México dictando una conferencia sobre lucha contra el narcotráfico, cuando se enteró que su nombre sonaba para candidato a la Alcaldía de Ibagué. Lo llamaron viejos amigos, y 2 días después, el 8 de noviembre, arribó a la ciudad.

Hacía 2 meses el general Murillo había puesto fin a sus 36 años de exitosa carrera en la Policía Nacional. Hizo parte de los 53 altos mandos que dejaron las fuerzas militares tras la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia.

Admite que fue una decisión difícil la de apartarse de la institución a la que dedicó sus mejores años. Sin embargo, aprovechó esa oportunidad para recuperar el tiempo perdido con su familia, para reencontrarse con viejos amigos y, en medio de conversaciones, aceptar el reto de aspirar a dirigir los rumbos de la capital tolimense.

El general Murillo recibió al equipo de El Cronista.co en su sede de campaña, que es la misma vivienda que compró en el barrio Piedra Pintada con el subsidio por su servicio en la Policía. Las 147 distinciones, entre medallas, monedas y estrellas, que engalanan su oficina, hablan de su destacada carrera. Entre ellas, se destaca la Cruz de Bolívar, la mayor distinción a la que puede aspirar un colombiano.

Murillo se formó como subteniente en la Escuela de Oficiales General Santander en Bogotá. Quiso seguir los pasos de su padre, el suboficial  Álvaro Murillo. A finales de los 80 y principios de los 90 hizo parte de Grupos de Búsqueda contra el Narcotráfico. Fue en esa misma época que regresó al Tolima para combatir a las Farc.

El momento más difícil lo vivió el 23 de noviembre del 2000, cuando en medio de un operativo para rescatar del secuestro al entonces alcalde de Santa Isabel, fue víctima de una emboscada y recibió 5 impactos de bala. “La adrenalina no me dejó sentir miedo”, asegura Murillo.

En el 2011 se creó el comando de la Policía Metropolitana de Ibagué, y Murillo fue el primero en dirigirlo. De esa época lo recuerdan los ibaguereños como alguien cercano a la ciudadanía. Después dirigió la Interpol y la Dijín a nivel nacional. También dirigió el operativo de captura de alias Otoniel, máximo jefe del Clan del Golfo.

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Con semejante hoja de vida, Murillo sonó en su momento para director Nacional de la Policía. Por el contrario, el presidente Petro prefirió a un oficial con menos experiencia, lo que de alguna manera molestó a Murillo y lo llevó a poner fin a su carrera.

Así aterrizó el general en la política. Propone un gobierno alejado de los clanes políticos y la clase política tradicional; aunque no se atreve a mencionar directamente a los Jaramillo o los Barreto, quienes han dirigido los rumbos del Tolima e Ibagué en las últimas décadas. Dice que prefiere no hacerlo para evitar confrontaciones que nada aportan a la ciudad.

También reveló que ya recibió el ofrecimiento de 14 sectores políticos para que sea su candidato. Sin embargo, el general prefirió una campaña independiente. A su movimiento lo llamó Ibagué Siempre Adelante. Espera a finales de mayo entregar 100.000 firmas para ser candidato independiente. De todo esto, y más, habló en entrevista con El Cronista.co.

El Cronista.co: ¿Por qué un general de la Policía termina en la política?

General Murillo: Durante mis 36 años de carrera acompañé a los alcaldes, gobernadores, ministros y hasta presidentes, trabajo que nos enseñó la responsabilidad que tenemos en las elecciones, y luego de atender el llamado de amigos, empresarios y otras personas, me ofrecieron acompañarme en un proyecto político y esto llamó mi atención.

“Ibagué tiene una gran cantidad de problemas, que son los mismos de cuando fui comandante de la Policía Metropolitana, y esto fue hace 11 años”.

EC: ¿Quiénes le hicieron ese llamado y qué le dijeron para convencerlo?

GM: Ya hemos hablado con 650 personas: líderes políticos, candidatos a la Alcaldía y Gobernación, empresarios, académicos, líderes comunitarios y personas del común. Hablando con ellos me sorprendí porque la ciudad tiene una gran cantidad de problemas, que son los mismos de cuando fui comandante de la Policía Metropolitana, y esto fue hace 11 años. Eso me motivó a querer retribuirle a esta ciudad tan bonita con mi experiencia como policía y general.

“En Ibagué fue donde crecí, en Ibagué hice mi bachillerato, en el Tolima tuve la oportunidad de formar un bello hogar, como policía estuve en varios grados sirviéndole a Ibagué y al Tolima”

 EC: Pero usted no es ibaguereño ni tolimense, ¿Verdad?

GM: No, pero en Ibagué fue donde crecí, en Ibagué hice mi bachillerato, en el Tolima tuve la oportunidad de formar un bello hogar, como policía estuve en varios grados sirviéndole a Ibagué y al Tolima. Dirigí la Sijín del Tolima y fui el primer comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué. En esa oportunidad pude caminar el municipio de oriente a occidente y dialogar con la gente, por eso la ciudad me conoce y sabe quién es el general Murillo.

“Yo no quiero ser el alcalde de Ibagué, quiero ser es un gerente para la ciudad. A Ibagué le falta un gerente que direccione esta ciudad”

EC: ¿Por qué llamó a su movimiento ‘Ibagué Siempre Adelante’?

GM: Yo no quiero ser el alcalde de Ibagué, quiero ser es un gerente para la ciudad. A Ibagué le falta un gerente que direccione esta ciudad integrando todo lo que tenemos, todos los actores, que todos pensemos que la ciudad debe tener un norte, una visión a futuro. Por eso nuestro movimiento se llama Ibagué Siempre Adelante, porque queremos construir y direccionar. Estoy lejos de tener ambiciones en lo político o personal, lo que me interesa es servirle a la ciudad.

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EC: ¿Cuál es la diferencia entre un gerente y un alcalde?

GM: Un alcalde hace parte del sistema actual de la política tradicional y no podemos callar que la política tradicional, al igual que las instituciones del Estado, carecen de confianza entre la ciudadanía. Incluso por la Policía hay más desconfianza que admiración. Esa confianza hay que volverla a construir, decirle a la gente que somos los seres humanos los que enlodamos la institucionalidad. Eso lo recuperamos con ejemplo, con transparencia, porque hay mucha corrupción, no solo en Ibagué, sino también en todo el país.

“Estamos preparados para dirigir la ciudad, sin mirar atrás, solo hacia adelante”.

EC: ¿No teme que su hoja de vida termine enlodada por esa política tradicional?

GM: No, porque este es un proyecto familiar, y eso me da un blindaje espiritual y moral. Nadie va a subir la familia a un carro para tirarla por un barranco. Lo que estoy haciendo es entregarles mi hoja de vida a los ibaguereños, quienes conocen lo que son mis principios y valores. Fueron 36 años manejando recursos, siendo ordenador del gasto, soy administrador de empresas especializado en negocios internacionales. Con esto quiero decir que estamos preparados para dirigir la ciudad, sin mirar atrás, solo hacia adelante.

EC: ¿En su regreso cómo encontró la ciudad?

GM: Nunca la dejé de lado, siempre estaba pendiente de ella. Lo que voy a decir no es lo que dice el general Murillo, es lo que me dice la gente en la calle o las veredas. Cuando hablo con un vendedor informal o con un empresario el formato es el mismo, a todos les preocupa las vías, la seguridad, el acueducto, el desempleo, la falta de oportunidades para las mujeres. No hemos sabido aprovechar nuestras riquezas, estamos sentados en una mina de oro, somos unos bendecidos. Nos falta unirnos para sacar adelante la ciudad.

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EC: ¿Los culpables de todo eso son los políticos tradicionales?

GM: Yo no vine a calificar a nadie, vengo es a mirar hacia adelante. Son los ciudadanos los que saben mejor que nadie, las causas de los problemas. Si seguimos señalando a personas, a organizaciones, le seguimos haciendo daño a la ciudad. Ahora lo que necesitamos todos es sentarnos para trabajar por la Ibagué que queremos.

“Hay que acabar con los 185 expendios de droga que hay en Ibagué. Para eso necesitamos una administración que conozca lo que es la seguridad”.

EC: Se refirió usted a la inseguridad. ¿Cómo se soluciona eso, con mano dura?

GM: No, para nada. Lo que pasa aquí es que no hay organizaciones de crimen organizado, lo que tenemos es una delincuencia común que, a través del microtráfico, genera percepción de inseguridad, con el hurto a celulares, residencias, vehículos. Eso hay que atacarlo primero con prevención, que los ciudadanos se involucren en los frentes de seguridad; además que los policías atiendan de manera inmediata a los ciudadanos. También necesitamos tecnología, pero no solo cámaras en los postes. Y lo tercero, hay que acabar con los 185 expendios de droga que hay en Ibagué. Para eso necesitamos una administración que conozca lo que es la seguridad.

EC: ¿Ha pensado en tener una fórmula a la Gobernación del Tolima?

GM: No, porque considero que con cualquier persona que llegue a la Gobernación nos tenemos que sentar a pensar la ciudad y el departamento que necesitamos. Hay que integrarnos para programas y proyectos, sin distinciones políticas.

“Por encima del general Murillo no hay nadie, no tengo a ninguna persona o partido político detrás manejándome”

EC: ¿Con qué sectores políticos o sociales está dispuesto a sellar alianzas?

GM: Ya han llegado 14 movimientos políticos ofreciendo el aval, pero hemos sido claros diciéndoles que vamos a tener un proceso independiente, por firmas. Es decir, por encima del general Murillo no hay nadie, no tengo a ninguna persona o partido político detrás manejándome. Están abiertas las puertas para todos los que crean en nuestro proyecto político independiente. Tampoco vamos a montar estructura para Concejo. A los concejales los elije la ciudad, y es a la ciudad a la que le deben responder.

“La política es el arte de servir, el problema son los politiqueros. Bienvenidos los proyectos de los concejales, pero no voy a tener compromisos politiqueros con nadie”

EC: ¿Y si llega un concejal a pedirle cuotas burocráticas a cambio de votarle a favor los proyectos?

GM: Si hoy estoy haciendo sin ningún peso un proceso político que me decían que costaba $10.000 millones, y si no estoy tomando acuerdos ni compromisos con nadie, porque eso es venderle el alma al diablo, esto me va a permitir llegar a gerenciar la ciudad con un equipo técnico que también tenga claro que estar en esa alta dignidad no es para buscar plata ni politiquería. La política es bonita, es el arte de servir, el problema son los politiqueros. Bienvenidos los proyectos de los concejales, pero no voy a tener compromisos politiqueros con nadie.

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EC: ¿Uno de los ejes de su campaña será la lucha contra esa corrupción?

GM: Es lo que he hecho toda mi vida. Donde he trabajado he utilizado sistemas para identificar dónde están los problemas de corrupción y los he llevado a instancias penales y administrativas. Esa seguirá siendo mi meta como servidor público. Desde lo público vamos a acabar con la corrupción.

EC: De ser elegido alcalde va a tener que trabajar con el gobierno del presidente Petro, y quedó en el aire que su salida no fue en buenos términos. ¿Qué piensa hacer?

GM: Para nosotros los generales no es raro que un gobierno decida cuál va a ser su nueva cúpula, y también pasa que una persona menos antigua reciba la cúpula, y por eso pedí mi retiro, muy tranquilo...

EC: ¿No le dolió esa decisión?

GM: Claro que sí, son 36 años portando el uniforme, pero eso no me llevó a generar odios. Esa decisión del presidente Petro la hubiera podido tomar cualquier otro gobierno. No lo tomo a manera personal, fuimos 53 generales los que salimos, lo cual nunca antes se había visto, pero personalmente lo entiendo. Eso me sirvió para estar hoy acá feliz, tranquilo, reencontrándome con muchos amigos que quieren sacar adelante a Ibagué.

“Nuestra prioridad será el ciudadano, el cemento pasará a un segundo plano. Por eso lo mío no serán  las promesas, sino los compromisos”

EC: ¿Cuándo se empezarán a escuchar las promesas del general Murillo?

GM: Uno de los grandes problemas de la política tradicional fue dedicarse a pensar en cemento y olvidarse de la gente. Vengo a construir ciudad con los jóvenes, las mujeres, las poblaciones vulnerables, los indígenas, los empresarios, los académicos. Nuestra prioridad será el ciudadano, el cemento pasará a un segundo plano. Por eso lo mío no serán  las promesas, sino los compromisos. Los van a conocer cuando terminemos de construir nuestro plan de gobierno.