Por: Humberto Leyton

Así sea a la carrera, escribimos estas líneas llenas de recuerdos y nostalgia de toda una vida atrapada en esas notas musicales del son, la salsa y en general, de la música del Caribe.

Crecimos y nos educamos en la universidad de la vida, de los hombres y mujeres que no tuvieron miedo de enfrentar el rigor de la calle donde los primeros cantos fueron los de la Sonora Matancera en noches de bohemia, acompañados de tangos, boleros y rancheras, entre otros.
 
Nuestros oídos a pesar de percibir notas de música culta, bambucos y torbellinos, se inclinaron por el sonido de las trompetas, el piano, las congas, las timbas, los clarinetes, el bajo, la batería o el cencerro, entre otros instrumentos, que le ponen sonoridad a ese ritmo que penetra como una droga adictiva en todo nuestro cuerpo, en toda nuestra existencia.

Con ese candente hierro fuimos marcados por esa música incomparable de la Sonora Matancera, y por voces como la de Celia Cruz, Daniel Santos, Miguelito Valdés, Alberto Beltrán, Celio Gonzáles, Carlos Argentino Torres, Damaso Pérez Prado, Ismael Miranda, Toña La Negra, Bobby Capó, Vicentico Valdéz, Leo Marini, Olga Chorens, entre otros.

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El repertorio de esta inigualable agrupación musical es infinito, entre géneros tropicales está el guaguancó, guaracha, bolero, merecumbé, mambo y cumbia, con más de mil 500 canciones registradas, donde se pueden destacar al azar algunas de ellas como: Burundanga, Las Muchachas, El Gavilán, Voy Buscando un amor, Sopa en Botella, El Preso, Angustia, Liberación, Goza Negra, El 19, Vieja Deuda, El Corneta, Mi Caela, El Vaquero, Besito de Coco, Yo no soy guapo, Tristeza Marina, El Yerbero Moderno, Luces de Nueva York, La Mamá y la Hija, La Esquina del Movimiento, Sin Pensar en ti, El Carnaval, Madre Ruma, Soterito, En el juego de la vida, Me voy Pa La Habana, Fichas Negras, Yo no soy guapo, Y no me Engañes más, Aunque me cueste la vida, Soñando contigo, etc.

La Sonora Matancera tiene su origen en la ciudad de Matanzas (Cuba), el 12 de enero de 1924, según sus historiadores “Originalmente la agrupación se conoció con el nombre de Tuna Liberal y surgió como un conjunto musical que se encargaba de amenizar las reuniones y asambleas de un partido político local. Debido al auge del género musical conocido como ‘Son’, los intérpretes de instrumentos de cuerda eran muy solicitados y Valentín Cané, fundador de la Sonora, estaba en constante búsqueda de estos músicos para consolidar su proyecto musical. En 1926 la agrupación se cambió al nombre de Septeto Soprano y posteriormente en 1927 cambia nuevamente de nombre al de Estudiantina Sonora Matancera”.

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En nuestro sentir, este conjunto musical representó, representa y representará todo ese legado de la musical tropical que marca un hito en la historia cultural de los pueblos y de la humanidad. La Sonora no solo representa el son cubano o la salsa neoyorquina, sino el sentir y palpitar musical de corazones y espíritus libertarios sin prejuicios políticos que reconocen el buen arte, la buena música tanto de izquierda como de derecha. A las obras maestras de los creadores no se le puede poner sesgos ni tintes políticos.

La música solo tiene dos definiciones: la buena música y la mala música. Y la de la Sonora Matancera es de las mejores.

¡Un siglo más de vida para la Sonara Matancera!