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Crónicas

La historia del "Aguapanelazo" y los habitantes de calle de Ibagué

La historia del "Aguapanelazo"  y los habitantes de calle de Ibagué

En Ibagué varios grupos de jóvenes invierten las noches de sus fines de semana en repartir un pan y aguapanela a las personas que más lo necesitan. "El Aguapanelazo" es uno de esos grupos y esta es su historia.

Todos los hemos visto. Duermen donde pueden, donde los coge el sueño, que no siempre es en la noche. Casi siempre están vestidos con ropas oscuras, percudidas por el trajín de la vida. Son las personas que viven en la calle y que en más de una ocasión nos han pedido una moneda para comprar un pan.

"El Aguapanelazo" es uno de los grupos que reparten aguapanela y pan entre los habitantes de calle en Ibagué. No fueron los primeros ni ahora son los únicos. Eso los alegra porque entre más personas ayuden más pan habrá. Salen en las noches de los fines de semana, cuando todos el resto de la ciudad está durmiendo o desvelándose en fiestas.

La ruta principal siempre ha iniciando desde la Catedral, yendo por toda la 3ª hasta la Plaza de la 14ª. Entran a la plaza de las 14ª, recorren las calles, escrutan rincones en busca de siluetas humanas. Salen por toda la Primera hasta llegar al Parque Galarza. Despiertan las personas que tratan de dormir protegiéndose del frío con periódicos. Les ofrecen un pan, un vaso de aguapanela y algo de charla si así lo quieren.

"El Aguapanelazo" nació hace más de 4 años. Cuando Jhonatan Acuña vio que un habitante de la calle le pidió unas monedas para un pan pensó que si bien no podría multiplicar panes sí podría reunir varios amigos, cada quien repartiendo un pan. Fue una iniciativa de consolación con la Pastoral Juvenil, luego se involucraron jóvenes universitarios

La iniciativa del "Aguapanelazo" fue algo que nació en Ibagué y que se ha ido expandiendo por varias ciudades: Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cúcuta. Hace poco nació un "Aguapanelazo" en Argentina. Se llama "Aguapanelazo Buenos Aires". Uno de ellos se fue para el país gaucho y allí creó la nueva cede. Todas son independientes, pero buscan el mismo fin: Dar una mano. 

Vínculos fraternos

No es solo un acto de satisfacer la necesidad física de comer, sino también crear un vínculo con la persona que tiene que dormir en los andenes. La idea es hacerlos sentir que no son la basura del mundo sino que siguen contando para alguien y que aún hacen parte del mundo, aunque ahora sea de otra forma. Siguen siendo personas que merecen tener una vida digna.

Se creó un grupo directivo de ocho personas, los cuales son los encargados de toda la gestión de la panela, de saber quién es el que va a llevar el pan, los vasos para servir. Ha tenido varias etapas, algunas de furor y otras de afujías. En algún momento la Universidad Cooperativa Sede-Ibagué brindó su apoyo por un tiempo, pero luego siguieron con empuje propio

El nombre del "Aguapanelazo" tiene un significado simbólico para ellos. Es un trinomio de palabras esenciales para el hombre: el agua como eso que es vital, el inicio de la vida; el pan como ese alimento esencial y universal que fue reproducido por Dios; finalmente lazo es el vínculo que quieren crear con las personas que no tiene techo pero sí una personalidad y alma que necesita ser reconocida. Agua-pan-lazo. 

Al inicio se pretendía crear alianzas con la Alcaldía y con varios grupos que se dedican a lo mismo para poderse apoyar mutuamente. Siempre con la esperanza de no quedarse en la entrega del pan y de las aguapanelas sino brindarles también asistencia médica y de rehabilitación.

Se dicen entre ellos que los habitantes de calle no solo necesitan comida, necesitan un amigo, alguien que los escuche y los comprenda. Tienen vacíos emocionales que necesitan ser llenados. Un alimento espiritual.

Se aprenden muchas cosas de ellos. Durante los recorridos se entienden cosas de la vida que nadie explica porque solo las personas que han descendido a los pliegues más oscuro de la vida pueden decirlas.

Muchas veces los habitantes de calle se arrojaron a sí mismo a las calles porque estuvieron condenados por el contexto de exclusión social que existe en Colombia. Muchas otras veces son personas que tuvieron todo en la vida y que por un leve giro del destino o la conciencia se tomó una mala decisión que llevó a otra mala y luego a una peor. Los horrores de la droga pueden tocar a cualquier persona.

Siguen saliendo a repartir su aguapanela con pan. Todos los jueves a las 8:00 p.m. están en La Catedral esperando a que lleguen más y más personas. Quien no pueda aportar siempre es bienvenida su presencia. Los viernes también salen, pero desde la Iglesia San Joaquín, en el barrio El Jardín. De ahí van hasta la invasión La Paz. Es más corto el recorrido pero lo hacen con las mismas ganas. Antes salían también los sábados, cada quince días, pero por cuestiones de logística no han podido volver a salir ese día y se concentraron en los otros dos días.

Los grupos que salen a esta tarea los integran entre 15-20 muchachos de ambos sexos y condiciones sociales, reparten unos 250-300 panes y gastan por noche entres 5-7 panelas, para llenar las cantinas, dice Alejandra Bejarano, una de las dirigentes de estos grupos. Y añade:"Últimamente, y quizá debido a las políticas de la Administración Municipal, de bridarle albergues y reintegrar a sus familias en las distintas ciudades a los indigentes, estos han disminuido".  

Cada que veamos un habitante de la calle podríamos verlo de otra manera. Puede alguien que conocimos hace muchos años y que la vida golpeó. Podría ser un familiar en unos años, podríamos ser nosotros. Mientras tanto ellos siguen invirtiendo sus noches, dando un consuelo y un paliativos en tiempos de amargura.

Ellos saben que la aguapanela a la madrugada refresca el estómago y lo templa hasta que llegue el siguiente día en que puedan seguir consiguiéndose su comida diaria.

Si alguien se quiere vincular con "El Aguapanelazo",  puede llamar a Alejandra al 321 2540197 o buscar en Facebook Aguapanelazo Ibagué.

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