Crónicas
Federico Ochoa, el estudiante de la UT que hará una electiva en Oxford
La cita era a las 3:00 p.m. en Quincho, el café que queda cerca de la Universidad del Tolima (UT). Llegó a los pocos minutos. Dijo que acababa de almorzar porque había tenido clase toda la mañana. Ese día terminaba con las actividades de su último semestre de medicina.
Llegó vestido con el uniforme de medicina de la UT. Oscuro con zapatillas claras. Se veía cansado. Sus ojos estaban hundidos en unas ojeras oscuras como su ropa. El final de semestre ha estado un poco duro, dijo.
La primera pregunta fue por el lugar en donde había nacido: en Ibagué, hace 23 años. Todo lo que llevo de vida lo he vivido acá, dice. Luego entré a estudiar en la Universidad del Tolima en 2012. Se ve tranquilo al hablar luego de una semana llena de entrevistas.
En mi familia no hay ningún médico o algo similar. Mi papá y mi mamá trabajan en la administración financiera. Si Federico no hubiese estudiado medicina habría estudiado economía por herencia. Pero uno no puede manejar muchas cosas, la forma en que se comporta la gente al comprar, dice. Las matemáticas siempre me gustaron, pero todo lo demás es impredecible, termina de decir.
La medicina le nació de esa curiosidad de ver cómo entran las personas enfermas a una cirugía y salen aliviadas. Es un trabajo muy interesante el del médico, dice, se puede ayudar a muchas personas y conocer muchas cosas de la vida. También es muy gratificante ayudar a las personas en sus problemas. Uno ve que muchas veces puede que lleguen con problemas pequeños, una gripe, que puede que para uno sea poco pero para otra persona puede arruinarle varios días de vida.
La parte laboral también ayudó a tomar la decisión de irse por medicina. Un médico nunca puede ser reemplazado por otro profesional. Puede que no paguen lo que debería, pero es un poco más estable que otras profesiones. La parte que más me ha gustado de la medicina es la cirugía y en eso piensa especializarse en un futuro cercano.
Sobre la oportunidad de estudiar una electiva en Oxford, la universidad con la mejor facultad de medicina del mundo, dice que nunca creyó que sería el escogido. Fue el único colombiano escogido para viajar a una de las más prestigiosas universidades del mundo. Ellos buscan escoger personas de diferentes culturas, dice Federico, quien a cada momento se ve más cansado.
Tuve la fortuna de salir de un muy buen colegio, que me dio las mejores bases para mejorar el inglés, dice. La Universidad también me ayudó mucho. Es la Universidad de donde nací y me gusta estudiar aquí. Tengo que agradecerle a varias personas. El rector Omar Mejía me ayudó con la carta de recomendación, la parte administrativa me ayudó con el papeleo. A la Universidad de Oxford envié tres opciones de electiva: una cirugía general, una de cirugía ortopédica y una de cirugía plástica. Ellos allá miran la disponibilidad y dentro de poco me dan la respuesta sobre qué tipo de rotación clínica voy a poder hacer.
Sobre el proceso que hizo dice que solamente buscó opciones por internet e intentó. Y lo logró. De las 6 semanas que estará cursando la electiva en esta universidad espera que le den otra perspectiva de su profesión. Siempre es bueno hacer un hacer el cambio, ir otro lugar a ver cómo se entiende la medicina en otras universidades, dice Federico.
Buscó en la Oficina de Relaciones Internacionales Universidad del Tolima y se dio cuenta de que habían muchas opciones que la gente no conoce. Dice que la universidad tiene muchos problemas, falta de comunicación. En la facultad de medicina también. A veces se ve que las cosas no se hacen con la pasión que debería.
En la Universidad de Oxford tendrá mucho por hacer y pocas ayudas. Tenemos un restaurante dentro del hospital a donde vamos con un precio especial, algunos descuentos en los tiquetes de transporte, no es mucho pero en algo ayudará, dice. También quedan cerca el hospital y las residencias donde voy a vivir. Pienso utilizar bicicleta siempre que sea posible.
A futuro piensa, primero terminar la carrera en la UT, hacer las prácticas y comenzar el rural (una especie de servicio social obligatorio que deben cumplir los estudiantes de medicina) y luego miraré. Necesito ahorrar para especializarme, en Colombia son muy costosas y el sistema de residencias es muy precario. No es justo que porque uno trabaja gratis para un hospital mientras se paga una matrícula altísima. Me gustaría ir a hacerlo fuera del país, ojalá en España.
De lo que sí estoy seguro es que quiero trabajar en Ibagué. Quiero a la ciudad y me gustaría aportarle con lo que pueda. La ciudad me dio la oportunidad de estudiar y quiero devolverle un poco de eso.
A los estudiantes que viene atrás hay que decirle que sí se puede lograr grandes cosas. Las personas piensan que porque Ibagué es una ciudad pequeña y la UT es una universidad mediana no se pueden lograr grandes cosas desde aquí. Y sí se puede. Acá hay mucho potencial, muchas personas que sacan adelante sus cosas con sacrificio.
Federico ya había terminado semestre. Mientras contestaba las preguntas le entró una llamada. Alguien lo invitaba a salir en la noche con unos amigos. Dijo que sí, pero que ahora definían bien. Comentó que luego de la conversación iría a jugar fútbol en cancha sintética. Él juega en el centro, como volante. Ahí si uno no corre no se nota tanto, dijo mientras se despedía.
Textos y fotos. Camilo Jiménez
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