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Crónicas

El atleta que sueña con Tokio 2020

El atleta que sueña con Tokio 2020

El deporte por el que siempre sintió atracción fue el fútbol.  En el Colegio Técnico Industrial de su natal Líbano, donde estudió el bachillerato, esta disciplina copó toda su atención. Haiden Romero, su entrenador en esa época, llegó a creer que en Jeisson se avistaba un buen jugador de fútbol, pero a los pocos días, en una clase de educación física el fútbol desapareció para darle paso al atletismo. 

Recuerda que estaba en el grado 11 y durante una prueba de exigencia física, el resultado fue tan bueno que a partir de ese día se olvidó del fútbol, no porque le faltaran condiciones, pues las tenía de sobra.  La decisión obedeció a que uno de sus grandes mentores, el profesor Luis Gabriel Villegas con el resultado del test de Cooper en la mano, le sentenció el futuro halagador que le esperaba en el atletismo.

Como ya lo había hecho con algunos atletas, el profesor Villegas aquí también acertó. Jeisson sería entonces el encargado de continuar ese legado de otros grandes atletas libanenses que también habían hecho historia y refrendado en pistas y en carreteras de Colombia y el mundo, que el Líbano también es tierra de excelentes atletas. En ese momento empezaba a surgir la marchista Arabelly Orjuela, también un descubrimiento del profe Villegas. 

Los referentes.

Entonces, Jeisson hace memoria de los nombres que en el Líbano fueron sus referentes. Recuerda con especial regocijo a Ricaurte Oviedo, campeón suramericano y campeón nacional de 10 mil metros; a Jairo Chizabas, también fondista de grandes figuraciones y quien esto escribe le recuerda que el Líbano ha sido una cantera permanente de atletas. Y le trae a la memoria nombres como el de Carlos Ávila quien en los años 70 fue uno de los mejores atletas del país, y que, en el departamento del Valle, donde pasó la mayor parte de su vida se convirtió en leyenda. 

Jeisson no la ha tenido fácil. Mantenerse ha sido una tarea heroica, ha tenido que sortear momentos difíciles que han puesto en riesgo su continuidad, pero gracias al apoyo de la familia, en especial de sus padres, Jesús Suárez y Lina Bocanegra, y a la férrea pasión con que asume los retos y las ganas de salir adelante, ha logrado llegar a la cúspide. Hoy Jeisson es el mejor atleta de Colombia en pruebas de fondo y va por más. 

Sin duda, entre las tantas dificultades que ha enfrentado, la más dura fue la muerte de su hermano gemelo Jaime. Tenía 17 años, perdió la vida en un accidente en el 2007. “Era mi amigo, mi confidente, mi parcero, fue un golpe duro, que aún me produce mucha tristeza, pero al mismo tiempo me da la fortaleza, me llena de motivos para seguir en el deporte, todos mis triunfos se los dedico a su memoria”, dice con la entereza de un luchador o en su caso, de un auténtico atleta.

Los tiempos duros.

En toda carrera, antes de la partida y en la llegada, siempre en su mente dibuja la imagen de su hermano, imagen que lo llena de coraje para enfrentar con ímpetu y así devorar con determinación los kilómetros que le pongan.  

Recuerda los tiempos del inicio. Fueron duros, las dificultades económicas hacían mella, pero el deseo de salir adelante, de ayudar a sus padres y hermanos, hizo que la consagración por la práctica del deporte lo volviera su proyecto de vida. 

Entonces, fue el deporte la tabla de salvación, a través del atletismo se le abrieron todas las oportunidades.  “En ese comienzo de tantas dificultades tengo que agradecer a mis padres por el apoyo que me han dado y la formación que me impartieron; al profe Villegas, a los directivos de la Mina el Gran Porvenir que me tendieron la mano en el momento que más lo necesitaba”. Pero por supuesto que en esa gratitud no puede dejar por fuera a su esposa, también libanense, Ingrid Junca, quien se ha convertido en su más potente motor.

Del Tolima al Valle

Pero para poder contar con un mejor apoyo, tuvo que abandonar la Liga de Atletismo del Tolima y pasarse a la del Valle. Allí empezó a correr al lado de los mejores del país, su nivel técnico creció y aparecieron las competencias. 

Su carrera de éxitos se inició en el 2007 en Chaparral. En la categoría infantil, con 15 años de edad gana su primera competencia en esta población del sur del Tolima. Mientras Jeisson cruzaba de primero, veía coronarse en la categoría mayores a su mayor referente: Diego Colorado. Diez años después, es decir 2017, los dos representaban a Colombia en el medio maratón de los XVIII Juegos Bolivarianos. Ese día, sábado 24 de noviembre, Jeisson gana para Colombia la medalla de oro. 

A sus 28 años, Jeisson ha ganado las más importantes carreras que se organizan en el país. Ganó la Copa Nacional de Montaña 2014, la Carrera de Girardot 2015, las medias maratones de Ibagué 2015 y 2017, Buga 2016, Yopal 2016 y Villavicencio 2017. Se impuso en la 15k de Temuco (Chile) y la media maratón de Panamá, y la Carrera Atlética Internacional Maratón de Panamá.

La mejor marca

Jeisson ostenta su mejor marca personal para la distancia de 21k en 1 h 4 m 23 s, alcanzada en Bucaramanga.

Recuerda que después de ganar en Chaparral, se puso como objetivo entrenar fuerte porque quería competir al lado de Diego Colorado y de paso ganarle y convertirse en el número uno. Y ese sueño se cumplió 10 años más tarde al ganar la medalla de oro en unos Juegos Bolivarianos donde precisamente el atleta Colorado era amo y señor de esta prueba, pues la había ganado durante tres ocasiones consecutivas.

Para rematar con otro triunfo memorable, gana para Colombia en 2018 en Barranquilla la medalla de oro en la maratón de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe. Y el 2019 lo cierra con otro resonante logro: medalla de oro en los XXI Juegos Nacionales que recién han finalizado en el departamento de Bolívar. 

Hoy, acompañado de su mejor aliada: la disciplina, está dedicado a prepararse como lo exigen los que están ávidos de logros. Y qué mejor hacerlo con la guía y las enseñanzas de Juan Carlos Cardona, el más experimentado entrenador del país, al tiempo de contar con el apoyo de una entidad como el Fondo de Pensiones Porvenir.  A sus 28 años, es la tranquilidad que necesitaba y por eso desde hace dos años está concentrado en el municipio de La Ceja, Antioquia, con su meta de ser el mejor colombiano de todos los tiempos y estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

Siempre estaré muy agradecido con Dios por haberme permitido llegar al mejor equipo de atletismo de Colombia, que es Atletas con Porvenir y al apoyo que he recibido de la Liga del Valle. Siempre dispuesto a darlo todo. Mi causa siempre es dejar en alto a mi pueblo Líbano, mi familia y el país. Mi meta es Tokio 2020 y estoy seguro que la voy a alcanzar” cuenta con entusiasmo.

 

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