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Volver a la "Anormalidad"

Volver a la "Anormalidad"

Luego de luchar por combatir el SARS-CoV-2 o nuevo corona virus, causante de la Covid-19, del que se especula haber sido creado artificialmente como arma biológica, o tratarse de un virus sintético que se les escapó a los investigadores y se dispersó por el mundo; versiones desmentidas por científicos que afirman poder probar que es natural, nos alistamos a retornar supuestamente a la "normalidad". 

Ir al trabajo y volver a las actividades cotidianas. Ojalá en ese momento todos vacunados sin temor de enfermarnos. Entre tanto, avanza el llamado "confinamiento inteligente" hasta suspender definitivamente el encierro. Sin embargo, en verdad, lo que estamos haciendo es retroceder a ese mundo convulsionado, estresante, competitivo, que llamamos "normal", donde lo "normal" es el ensordecedor pito de los carros, el insoportable ruido y música de los bares por encima de los decibeles permitidos, los escándalos de borrachos, prostitutas, y drogadictos. Atracadores por montón en las calles; menores de edad fuera de casa hasta horas de la madrugada; contaminación ambiental y aglomeraciones en los hospitales, en los supermercados, bancos y establecimientos comerciales; mucho más, en el transporte masivo.

La proliferación desbordada de motos y sus altos indices de accidentalidad y muerte. Donde la gente protesta mientras los vándalos hacen de las suyas; y los bancos siguen cobrando tasas que rayan en la usura sin siquiera haberse condolido en el momento que debieron ser solidarios. Donde son comunes las formas rústicas de comunicación, creyendo que los ingenieros de sistemas no hacen falta a pesar de los avances de la cibernética mundial.

Donde es costumbre no lavarse las manos cuando se llega de la calle; ni compartir en familia y prodigar amor y cariño a los hijos en casa; ni aplicar las debidas precauciones sanitarias. Actitudes y comportamientos que lamentablemente son corrientes pero que jamás podríamos llamar "normales", en un escenario de personas arrogantes, egoístas, provocadoras y agresivas, para quienes priman la codicia, la riqueza y el poder. Mejor sería revisar nuestra forma de vida y prepararnos mental y físicamente para hacer un frente común contra la propagación de estos males y librar una batalla con decisiones concertadas, inteligentes y de gran alcance. Además, de priorizar la salud, hacer valer el bienestar colectivo y el compromiso de cada quien por los demás.

Volver a ver a los adultos mayores como parte importante de nuestro entorno y recapacitar sobre nuestra vulnerabilidad a los episodios de la naturaleza y su complejas expresiones de grandeza y superioridad. 

Más complejo aún, tener que llegar a la conclusión que sea necesario retomar ese camino descrito como "anormal" o por lo menos, común, para reactivar la economía, volver a generar empleo y dinamizar los mercados, como si fuese una carrera en contra vía.

Es entonces, cuando suena paradójico añorar la "tranquilidad" que nos proporcionó el Corona virus.
No así, el escenario doloroso de la realidad, de quienes lo perdieron todo, ni mucho menos de quienes sufrieron los padecimientos de la enfermedad y tuvieron lastimosamente que morir.

  • Por: Carlos Alberto Estefan Upegui, Exgobernador del Tolima

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