Columnistas
Violencia política contra la representante Martha Alfonso
Por Lorena Solano
*Comunicadora Social- Periodista.
La congresista Martha Alfonso ganó por voto de opinión, no por maquinarias, y ha demostrado con hechos su compromiso con el Tolima y el país. Compararla constantemente con Renzo García—sin el mismo rasero de análisis— y presentar su candidatura como un “robo de votos” es un discurso patriarcal que deslegitima a una mujer que ha superado las expectativas del sistema político tradicional.
Como periodista y feminista, me preocupa que medios como el portal denominado El Hormiguero perpetúen un sesgo que le teme a las mujeres con voz, poder y gestión. Esto no es competencia sana, es una forma de atrancar a quien no se somete.
Este tipo de cobertura mediática no solo es tendenciosa, sino que constituye un claro ejemplo de violencia política de género, lo repito porque no se nos debe pasar por alto. La nota no analiza con rigor ni ecuanimidad el papel de Martha Alfonso como lideresa política, sino que se enfoca en reducir su liderazgo a una amenaza para un hombre: Renzo García.
Martha Alfonso no llegó al Congreso por favores ni por herencias políticas. Hoy, tras haber sido reconocida como una de las representantes más destacadas del país, su gestión en comisiones clave y su posicionamiento a nivel nacional la convierten en una figura de peso para el Tolima y para el progresismo. Consolidó algo histórico para el Tolima, una curul con verdadera representación con hechos demostrables.
Intentar invalidarla, cuestionando su legitimidad, como si no tuviera derecho a disputar escenarios políticos ganados por mérito. Presentarla como “una jugada peligrosa” o como quien “roba votos” es un claro acto de violencia política de género, borrando su trabajo y de atribuirle intenciones maquiavélicas, mientras a Renzo se le ensalza como el “auténtico”, “el de la base”. Y no me voy contra él, pero el hecho que salgan este tipo de notas lo dejan muy mal parado…
Es claro que esto responde a un patrón muy conocido de cómo se trata a las mujeres que rompen el techo de cristal en política: se les llama frías, tecnócratas, ajenas a la base, o incluso traidoras, cuando en realidad están transformando las formas de hacer política con propuestas y resultados concretos.
- También: El Tolima no puede seguir sin ellas
Desde una perspectiva feminista y desde la comunicación y el periodismo con enfoque de género, es inaceptable que medios como el aludido sigan replicando estos marcos que perpetúan la idea de que las mujeres deben “pedir permiso” para liderar. Martha no le “roba” nada a nadie: ejerce su derecho a representar, disputar y construir desde lo público, no tiene por qué pedirle permiso a Renzo para darle continuidad a su trabajo político.
Lo que realmente parece molestar aquí no es una supuesta división de la izquierda, sino que una mujer preparada, con logros visibles y voz propia, esté pisando fuerte en el escenario político regional. Eso es lo que incomoda. Y eso, precisamente, es violencia política.
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