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Uribismo, 'predialazo' y posverdad

Uribismo, 'predialazo' y posverdad

Por: Humberto Leyton

Amparados en una causa justa y real: el incremento exagerado en el impuesto al predial, en algunos casos, más los supuestos actos dolosos en la elaboración de los estudios de actualización, rezagados desde hace ocho años, los medios que impulsaron las protestas con evidentes intereses personales y políticos, registraron una información matizada de verdades a medias, mentiras y manipulación vulgar en ciertos episodios.

Esconder la verdad de los hechos reales o falsear la objetividad, equilibrio, confrontación de fuentes y veracidad, es desvirtuar la información, acomodándola al pensamiento calculado y político de quienes orientan este movimiento. Esto es desnaturalizar el periodismo para convertirlo en un instrumento perverso de intereses particulares de ciertos grupos mafiosos que perdieron el poder de la administración local de Ibagué hace más de dos años. (Puede leer: ¿'El predialazo' o la resurrección de Luis H.?)

Eso de presentar noticias incompletas e interesadas en utilizar las fallas y desafueros del predial para sacarle dividendos políticos, y orientarlas solo contra el alcalde Jaramillo a sabiendas que directo responsable de esta situación es el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), quien debe responder por los yerros que se hayan cometido, es manipulación de la información. No queremos decir con esto, que desconozcamos la responsabilidad que tenga la Administración Municipal, especialmente los secretarios de Hacienda y Planeación en la aplicación de este tributo.   

Pero presentar una noticia descontextualizada y sin rigor del llamado 'predialazo', donde no se permite la controversia, la confrontación de fuentes e incluso se presentan testimonios de dudosa veracidad como las grabaciones con voces distorsionadas de supuestos contratistas del IGAC que denunciaban irregularidades, sin permitir el derecho a la defensa y la réplica, constituyen, al menos, violaciones flagrantes a la ética periodística.   

A ello, se agrega la dosis de suspenso que le añadieron los directores de noticias de la Cariñosa (RCN) y Ondas de Ibagué, denunciando hipotéticas amenazas en su contra donde hacen aparecer como responsable de estas intimidaciones al alcalde Jaramillo, es una forma de revictimizarse para despertar  solidaridad y apoyo de la opinión a su causa. Nos resistimos a creer este hecho, por el contrario, consideramos que forman parte del show mediático de estos medios con el fin de crear temor y zozobra en la ciudadanía, y que tiene como fin desprestigiar al mandatario local y hacer campaña a costa de la administración local.  

En este sentido y para clarificar la situación, nos declaramos de acuerdo con lo que plantea el abogado y columnista de prensa Iván Ramírez, que la Fiscalía investigue todos los presumibles actos de corrección que se hayan registrado en la elaboración de los estudios de la actualización catastral que han denunciado los noticieros a los que hacemos referencia, incluyendo las presuntas amenazas, pero también, que se investigue a los periodistas y familiares que recibieron millonarios contratos de asesorías y publicidad. Sería bueno saber si la cantidad de millones de pesos investidos en la administración de Luis H. cumplieron su objetivo, o si, por el contrario, fueron para comprar el silencio de esa corrupta administración.

Algo que nos llama poderosamente la atención es que todos los dirigentes visibles del 'predialazo', fueron benefactores principales de la administración anterior, empezando por los tres concejales que fungen como protagonistas y comentaristas de planta de la Cariñosa: Jorge Bolívar, Carlos Portela y Humberto Quintero, se agrega algunos exfuncionario de esa administración, y se une a ellos Ricardo Ferro del CD y Miguel Barreto (conservador), como los únicos políticos en campaña que han aprovechado esta situación para sacarle votos; además de poderosos empresarios que se benefician con la no actualización del predial, entre ellos, el que donó el lote para el llamado complejo acuático, el abogado Wilson Leal y Germán Agudelo, entre otros.     

Otra situación dentro de la manipulación que se registra en el 'predialazo', es que se tapa el hecho que el problema es a nivel nacional, que no es solo Ibagué el que lo está sufriendo, también ciudades como Bogotá, Barranquilla, Tunja, entra otras, lo mismo que algunos municipios del Tolima como Espinal, Melgar y Honda.

Dentro de este escenario informativo de verdades a medias, se silencia la responsabilidad que tuvo Luis H. en la situación que estamos viviendo, al no actualizar el catastro como era su deber y dejarle el chicharrón al que lo sucediera.  ¿Por qué no se a anuncian demandas por prevaricato contra este exalcalde por haber omitido su responsabilidad?

Tampoco se dice nada de los que llaman a la cordura y la calma en los micrófonos, mientras en las manifestaciones incitan al linchamiento como el caso del periodista Edgar Antonio Valderrama, cuando el día de la marcha contra el predial, Mauricio Vargas en forma irresponsable provocó a los asistentes para que agredieran al conocido periodista. Gracias a la intervención oportuna de la policía los hechos no pasaron a mayores, de lo contrario, quién sabe qué hubiese pasado.

Toda esta situación se desarrolla dentro de una estrategia de comunicaciones conocida como la posverdad, donde se mezcla, en este caso, la política uribista, que tiene en el fondo las riendas de este movimiento del 'predialazo', con Rubén Darío Correa a la cabeza, director de noticas de la Cariñosa, y aspirante a ser alcalde de Ibagué por el Centro Democrático, como es de conocimiento público.  

La posverdad es una conocida estrategia comunicacional que ha utilizado el uribismo a lo largo de su existencia, que consiste en motivar una mentira partiendo de un hecho objetivo, aprovechando el descontento de la gente por algo. Persigue la distorsión deliberada de la verdad como en el caso del NO, donde la gente voto más motivada por emociones que por la verdad. "Estábamos buscando que la gente votara enverracada", dijo Juan Carlos Vélez, gerente de esa campaña al desnudar el engaño, donde se escondió el contenido verdadero de los Acuerdos de Paz.

Algo similar está aconteciendo en Ibagué con el llamado 'predialazo', donde partiendo de un hecho objetivo, con verdades a medias, insultos, promoviendo el odio, incluso las mentiras, se trata de formar una matriz informativa manipulada para crear y modelar opinión pública e influir en las actitudes sociales de los ciudadanos, donde los hechos reales pasan a un segundo lugar dándole primacía a las emociones, sentimientos y creencias personales.

La posverdad en una palabra, es la falsificación de la verdad. Y en política, "(...) es la rebelión de la mentira o la prostitución en manos de los insaciables del poder, es, en últimas, una conspiración contra la decencia en política, que muestra de cuerpo entero a quienes se lucran de su uso (...)", dijo el historiador e intelectual antioqueño Rodrigo Llano Isaza, en reciente conferencia que dicto en Medellín sobre Periodismo y Política. Y precisamente el 'predialazo' es un coctel de uribismo, barretismo y posverdad.   

 

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