La historia de los tres niños campesinos de Boyacá que todos los días iban hasta la casa de sus vecinos a 4 horas de su casa para recargar el celular y poder recibir clases, impactó a la sociedad en general. 

Los influencer de la región se pusieron a la tarea de conseguir recursos económicos para la compra de paneles solares, computador, televisor, entre otros elementos, e instalarlos en el hogar. 

Las gracias de esa mamá y las sonrisas de los niños me conmovieron, me volvieron a restregar esa Colombia que amo y anhelo, la solidaria. La que da luces de pensar en un mediano plazo en equidad e igualdad. 

Pero la otra cara de la moneda no nos deja dormir. El senador Iván Marulanda en diálogo con el Cronista.co informó que la Contraloría General de la República calcula para este año la corrupción en 50 billones de pesos, 50 billones representan las tres últimas reformas tributarias. 

La encuesta de Gallup con corte a abril 2020 es contundente. La ciudadanía cree que en tiempos de pandemia la corrupción hace más daño que la Covid19. La ONG Transparencia Internacional nos ubica en el puesto 98 de 180 países en materia de percepción de corrupción y acá viene la perla. De las 4 mil 417 personas condenadas por corrupción en el 2019, más de la mitad pagan sus condenas en casa por cárcel. 

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Es decir que el dinero de los impuestos de los empresarios, de la gente del común y hasta de la misma clase política se va a un barril sin fondo donde nunca habrá posibilidad de colmar todas las expectativas de algunos de los que lideran el país.   

Más que pensar en plebicistos para sacar del puesto a los unos o a los otros, o en bajar el salario de los parlamentarios, el país debe empezar a replantear el cómo atacar este flagelo de manera radical.  

El clúster del dinero fácil tiene tantos actores que no permite ver la luz al final del túnel. Se requiere de cambios drásticos dentro del Congreso, cambios radicales que nos permitan tener independencia judicial, cooperación internacional, contratos "tipo" en diferentes sectores productivos; vigilar y financiar desde el mismo Estado las campañas políticas y reformar nuestro Congreso dejando sin escudos a nuestros líderes, por nombrar algunos de los postulados de firmas internacionales que lideran en América Latina esta travesía. 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.