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Rescatando la magia del yoyo, el trompo, la golosa y el jazz

Rescatando la magia del yoyo, el trompo, la golosa y el jazz

Por: Oscar Viña Pardo


No pasaban los cinco años cuando con mi hermano estabamos jugando en la acera de nuestra casa con los carros que teníamos a tres tiros, zarpa. Consistía en pasar todo el anden sin hacer caer el carro, una especie de pista de carreras que permitía ganar al que con uno de los carros pequeños llegará a la meta. 

Y peleabamos de manera sana, buscabamos como pasar el carro del otro haciendolo caer al piso y así tener la pista solo para uno. Ni que hablar de las canicas con sus diferentes variables como “cuadro” o culebrilla, dos de las modalidades que permitía con los vecinos de la cuadra y del colegio tener nuevas aventuras desde ese tiro épico donde uno de los jugadores a una distancia de dos metros podía pegarle a la bola del compañero y quedarse con el botín.

Claro que nos “COLINIABAMOS” cuando perdiamos, o le restregabamos el triunfo a los otros cuando ganabamos, ese es el juego, el que permite a los integrantes del mismo y sus familias hablar desde el compartir, la frustración y desde esos pequeños episodios tener la oportunidad de tener respuestas mas resilentes a la vida cotidiana. 

Los tiempos fueron cambiando, y las nuevas generaciones tienen ahora a los dispositivos electrónicos como los elementos de entretrenimiento primario y la interacción con el otro pasó a un segundo plano, porque no hay posibilidades de reclamar, de decir colino, de llorar, de reir, todo se sistetiza en una simple pantalla que entretiene y emboba a los que están jugando con ella.  

Pero este 2024 debe tener como propósito en la nueva generación de padres  el reconectar con la magia de la infancia a través de actividades lúdicas que han resistido el paso del tiempo. Entre estos juegos, el yoyo, el trompo y la golosa, las canicas, el jaz, y el ponchado se destacan como íconos de diversión sencilla y duradera.

El yoyo, ese simple juguete que entretiene a la familia, es una expresión artística que combina destreza manual y creatividad. jóvenes y adultos redescubren la emoción de realizarucos impresionantes, fomentando habilidades motoras finas y coordinación. La simplicidad del yoyo se convierte en un recordatorio de que la diversión no necesita ser complicada.

El trompo, preferiblemente de madera es una actividad que va más allá del juego casual. Competencias de trompo están emergiendo en comunidades locales, donde jugadores de todas las edades compiten en habilidades de giro y equilibrio, formas y acciones mientras el trompo gira sobre la cuerda. Este juego no solo fomenta la competencia amistosa, sino que también promueve la paciencia y la concentración, habilidades valiosas en un mundo cada vez más acelerado.

Aunque la golosa es uno de los juegos que más visibilización tiene, porque está en los colegios, centros comerciales y barrio. Jugar con los padres, tíos y abuelos se convierte en un momento mágico porque no requiere de mayores destrezas, salvo el sacar ese niño que hay en cada uno de nosotros. 

El retorno a los juegos tradicionales no solo se trata de divertirse; también ofrece beneficios significativos. Estos juegos fomentan la socialización cara a cara, creando conexiones más profundas entre amigos y familiares. Además, participar en actividades físicas simples pero entretenidas contribuye al bienestar mental y emocional, ofreciendo una pausa necesaria de las demandas digitales y el estrés cotidiano. Esta en usted, esta en mi.

 

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