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El relevo generacional

El relevo generacional

Por Raúl Monroy Molina


Los dichos o refranes son frases tradicionales de origen popular, convertidos en veredictos por coincidencias con casos de la vida, que les dan plena validez. Sin embargo, se han enquistado tanto en los cerebros que son utilizados para justificar acciones indecorosas.

Uno de los rescatables con más vigencia en la actualidad, enuncia: “Todo tiempo pasado fue mejor” que usamos para referirnos a los cambios trascendentales con el paso del tiempo de las sanas costumbres, tratos respetuosos, valores inculcados en el hogar y tradiciones que parecían imperecederas.

No obstante, el relevo generacional, ha estado en total desacuerdo con la anterior sentencia, alegando que los tiempos son diferentes, que el avance de la civilización trae consigo la tecnología, el ajuste de la normatividad legal a la época y una infinidad de transformaciones radicales.

Como consecuencia, ahora vemos una sociedad esclava del avance tecnológico evidenciado en el sometimiento a los  teléfonos celulares, artefactos que convirtieron a todos los seres humanos en autómatas que van por las calles completamente abstraídos, mientras que cualquier otra actividad que requiera priorización, esta relegada a un segundo plano, sin contar con la Inteligencia Artificial que ya llegó al internet y que promete la automatización de muchas tareas, restándole actividad física al ser humano.

Cabe resaltar, además, que como resultado del avance de los tiempos hubo que implementar nuevas figuras en la Constitución, como la protección de los Derechos Fundamentales a colectividades que de deberes no quieren saber nada, porque son ellos los que ahora excluyen.

Así mismo mientras las anteriores generaciones usaban como estrategia el baile, la pinta, la caballerosidad y aptitudes en el arte para atraer las miradas, hoy las opciones son el ruido estruendoso de una moto sin silenciador, las peripecias acrobáticas que ponen en riesgo la vida y en resumen el ímpetu mal utilizado de una juventud desenfrenada que intimida y agrede a padres, maestros, y adultos mayores, algunos bajo efecto de sustancias psicoactivas y otros interpretando erróneamente la protección del Derecho constitucional al “libre desarrollo de la personalidad”, todos estos, evidenciando la triste carencia de mínimas pautas de crianza.

En esa misma línea, es necesario referirnos a la innegable e inminente extinción de una gastronomía exquisita, cuya preparación se ha transmitido de generación en generación, pero la descendencia actual, no está interesada en esa clase de legados.

Las composiciones musicales románticas y poéticas de otrora, convertidas hoy en mensajes conscientes y directos de pornografía e invitación al consumo de licor, no son la excepción.

Como consecuencia de lo anterior y con la advertencia de que se quedan en el tintero muchas otras comparaciones, existe la plena seguridad, que cada generación defenderá su época y entonces dirá la nueva: “No todo tiempo pasado fue mejor, lo mejor está por llegar”

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