Colombia es el 2° país más biodiverso y la 12° nación más megadiversa del mundo, ha sido gobernada por las fuerzas políticas tradicionales más grandes como lo es el Partido Conservador y el Partido Liberal, 8 años uribistas, 4 de “el que dijo Uribe”, 4 santistas y nuevamente 4 años de “el que dijo Uribe”.

Siendo así, ¿Por qué sigue siendo un país tan pobre?, ¿Por qué es el 3° país más desigual del mundo según la ONU? (Desigualdad es la inmensa brecha entre pobres y ricos en términos resumidos), ¿Será porque es el país más corrupto del mundo según la U.S. News?. Algo sucede y hay que averiguarlo …

Todos en algún momento hemos escuchado aquellos osados, refiriéndose a los más desafortunados con aseveraciones tales como: el que es pobre, es pobre porque quiere; la mentalidad pobre condena; o incluso el famosísimo pobre el que no trabaja y espera todo regalado. ¿Será que sí es así?.

Para nada, de ser así las personas trabajadoras y/o que están por fuera de los programas sociales no representarían la magnitud de pobreza y pobreza multidimensional, que hoy representan, ni mucho menos los jóvenes y las familias que día a día se reinventan para subsistir sin alcanzar tales logros

Entonces, ¿Somos pobres porque nos han gobernado para ello?, O al menos así lo es para el economista Daron Acemoglu (del MIT) y el politólogo James Robinson (Universidad de Chicago), académicos que en su estudio Why Nations Fail, afirman y demuestran que la pobreza en los países se deben a la debilidad de las instituciones y los problemas que conlleva

Es decir, que los países con Instituciones políticas y económicas que intentan beneficiar al mayor número de personas, que garantizan una justicia igualitaria, educación para la movilización social y para que los jóvenes no delincan, salud como factor de eficiencia en el desarrollo social y política de subjetividad, países donde su estructura permite que el talento, las ideas y la productividad sean recompensadas, son países ricos.

Sin embargo, países con instituciones políticas y económicas corruptas que solo benefician a un grupo reducido de personas, en donde la justicia solo es para la clase baja y media, la educación es un beneficio que solo reciben un puñado de jóvenes, la salud no garantiza el acceso universal (Cobertura es muy distinto a acceso), las leyes benefician únicamente a la élite social y los ciudadanos se quedan sin incentivos para invertir, desarrollar e innovar, son países pobres.

• Puede leer: La gente aguanta hambre y el Gobernador ignora

Y la pregunta que surge es ¿Colombia cumple con alguno de estos?, Absurdamente no sólo cumple con todos, sino que supera los límites de estos. Colombia posee instituciones no sólo corruptas, sino además débiles y con poca credibilidad.

Un congreso que solo busca un beneficio propio (se suben el salario mientras la gente muere de hambre), reformas tributarias que aumentan impuestos en cada Gobierno (los últimos tres gobiernos: Uribe, Santos y Duque), que benefician a los grupos económicos más grandes (Luis Carlos Sarmiento Ángulo, los Santodomingo y Ardila Lülle) y no a la tienda de la esquina, una justicia sesgada e irónicamente injusta (Cartel de la toga y 2 Ex Presidentes en procesos que no avanzan ni los condenan), educación costosa y limitada (Universidad del Tolima es la más costosa entre las públicas del país).

Una salud mercantilizada enfocada a producir ganancias y no servicios de calidad (Ley 100 de 1993, EPS y sus malas atenciones), un país donde se incentivan a los aportantes de campaña, familias y amigos (como en el caso del barretismo en el Tolima) pero no a las pequeñas empresas y los jóvenes con grandes ideas.

Este tipo de situaciones de las muchas que faltan por mencionar, condenan a la sociedad a no progresar y a estancarse en todas sus funciones sociales.

Por esta razón, por la mucha voluntad de progreso y ganas de salir adelante que tenga una persona o familia, si el Estado no le brinda oportunidades, las familias estarán condenadas al fracaso continuo en su necesidad a la movilización social

Por ende, querido lector, no es ley de vida tu desigualdad, simplemente no te han dado la oportunidad.

• Enfermero Tolimense. UT