Opinión
Los electos sub: ¿incubando otro líder eterno?
Antes de llamar la atención sobre la normalización que de la concentración de poder y su obvia autocracia están haciendo varios medios y periodistas en Ibagué y el Tolima, dando en avalar al señor Oscar Barreto y lo que él representa de exclusión y privilegios económicos respaldados con los dineros del Estado, surge una pregunta ciudadana: ¿Qué tan independiente e imparcial va a ser la prensa tolimense en los próximos cuatro años, si la mayoría, por no decir todos, reciben pauta publicitaria de Cortolima, el Ibal o la Universidad del Tolima, por solo citar algunas de las entidades públicas que el señor Barreto está cooptando en abierto descaro?
La normalización es el arma pedagógica y comunicacional, con la que los más déspotas gobiernos limpian su imagen social.
La concentración de poder y la obvia autocracia que este conlleva, no es norma ni normal, así la prensa tolimense nos la edulcore cada día de anécdota política.
Todo lo contrario, el Tolima ha pagado con sangre y lágrimas, en por lo menos 100 años de su historia reciente, esta pasiva aceptación social de los autócratas que lo saquearon: ejércitos de Cristo Rey, pájaros, chulavitas, manos negras, rojo ata, paramilitares y más recientemente bandas criminales.
Aún no es claro (y la prensa tolimense en general, muellemente mira hacia otro lado) cómo y cuándo inició tal concentración de poder el señor Barreto, al punto de arremeter contra un comandante de Policía hasta lograr su destierro del Tolima.
Que sea un privilegiado por sus inversiones y finanzas de familia, es un problema de él, al igual el que se haya dedicado en sus mandatos a girar el dinero del Estado solo para acrecentar la plusvalía de las inversiones y finanzas de sus pares de estrato que conforman el partido de los gremios, fuera de ser un asunto que la Fiscalía General de la Nación debería estar investigando, también es asunto de él y de lo excluyente de su discurso político.
El trasunto es cómo y con quién(es) está cooptando las instituciones del Estado en el Tolima e Ibagué, para su lucro personal y el de su partido de los gremios.
En apenas seis meses de 2002, otro entonces cuestionado exgobernador, gracias igualmente a una prensa corporativa silente y áulica, pasó de ser un don nadie jinete a un poderoso político, que el año entrante deberá enfrentar a la Corte Penal Internacional por, entre muchas, bajo su poder concentrado y talante autócrata, ordenar a su policía secreta en esos años el seguimiento a defensores de DDHH en Europa.
Muchos recordamos con terror, como el señor Barreto en esos años de embrujo autoritario, se jactaba públicamente de ser el más uribista de los gobernadores de entonces.
Como líder eterno e inteligencia superior fue bautizado por sus adeptos, el otrora jinete vuelto capo de la política nacional.
Por este mismo camino trasega el Tolima, según se desprende de la foto aparecida apenas dos días después de las elecciones en algunos medios, donde los electos subgobernador señor Orozco y subalcalde señor Hurtado, lo son en su condición prefija sub, pues en la misma se observa cómo el señor Barreto les impone una especie de consigliere (del latinconsiliarus) en uno más de sus familiares, a los dos señores presuntamente recién electos con el voto popular.
Que el señor Barreto se autoproclame líder eterno con su familia, con sus íntimos o con su partido de los gremios, es un asunto de su discapacidad intelectual, pero que de ahí ya vayamos en imposición de consigliere sin aún posesionarse los sub, sus sub, es un asunto que la prensa de Ibagué y el Tolima debe tomar muy en serio, pues estaríamos ad portas de la caricatura de una dictadura en cuerpo ajeno en el gobierno de Ibagué y en el del Tolima.
Un primer paso para que en nosotros los lectores, radioyentes y televidentes nos genere confianza el papel fundamental de la prensa ibaguereña y tolimense, sería que en un acto de servicio público y para una sociedad mejor informada, soliciten a los sub recién electos, a su consigliere y al señor Barreto (su líder, por ahora finito como todos), la entrega de sus declaraciones de renta de los últimos cinco años.
No es mucho, pero por lo menos por algo se empieza para que en el futuro cuando alguno de los vástagos de los sub o de su líder, surja como poderoso empresario del reciclaje o por adjudicar zonas francas, sepamos que lo hizo solo por la tal economía naranja y no por otras economías.
Nota de El Cronista
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