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Opinión

La lengua es el azote del culo

La lengua es el azote del culo

Con ese cuento de que la política es dinámica mi doc, en la variopinta fauna política de nuestro país es común ver cómo nuestros excelsos gobernantes desandan con facilidad los pasos andados y terminan en el extremo opuesto de sus propias creencias. Es decir, lo que piensan sólo es válido mientras sea conveniente para sus carreras políticas y luego, sin rubor alguno, terminan contradiciéndose.

El 26 de diciembre de 2016, cuando Juan Manuel Santos planeaba una reforma tributaria, el hoy presidente Iván Duque trinó una frase, atribuida supuestamente al actor Bill Murray: “La mejor forma de enseñar a los niños lo que son los impuestos, es comiéndote un 30% de su helado”. Sobre el tema opinaba también Hassan Nassar, el hoy flamante vocero de Casa de Nariño: “Una cosa es pagar el IVA a la canasta familiar con salario de congresista y otra muy distinta hacerlo con el salario mínimo. Imagínense para millones de colombianos que no alcanzan el mínimo”. Pachito Santos, el hoy embajador en Estados Unidos, también criticaba la reforma de su primo presidente: “Antes de crear más impuestos el gobierno debe rendir cuentas sobre gastos del ejecutivo en especial los gastos de publicidad y de nómina”. Hoy, el actual gobierno promueve una reforma en la que amplía la base del IVA a productos de la canasta familiar y gasta millones en publicidad, incluido programa de televisión diario. Y estos antiguos contradictores de cargar con más impuestos a la gente sin empleo y sin plata para hacer mercado, hoy, sin rubores, defienden la idea. La política es dinámica mi doc.

Felipe Zuleta Lleras, hoy defensor a ultranza de Duque, al punto de que no hay cosa que haga el presidente que no merezca aplausos y vítores, trinó el 30 de marzo de 2015: “Tan bonito eso de periodistas con contratos con el gobierno sin contarle a sus lectores que reciben mermelada. Citicos”. Se le olvidó a Zuleta que antes fue crítico y que ahora, cuando su esposa fue nombrada en el cuerpo diplomático, es más duquista que Duque. La lengua es el azote del culo.

Las redes sociales se han convertido en un espacio digno de investigar. Es fácil ver los cambios de bando sin que medie ningún tipo de vergüenza. Por aquí las cosas tampoco es que sean un dechado de posiciones coherentes. Viejos jaramillistas que en campaña criticaban el modelo de Barreto, hoy hacen parte del gobierno y defienden sus actuaciones. Y estoy seguro de que habrá barretistas de que, en caso de que el jefe conservador perdiera las elecciones, terminarán diciendo que siempre han sido liberales y entrarán a engrosar las nóminas oficiales de quienes ganen.

Es cierto que las ideologías no son una cárcel y que es válido cambiar de posición. Pero la verdad es que en Colombia lo hacen como cambiar de corbata, y todo porque no hablan desde sus posiciones racionales sino desde sus (de)posiciones emocionales, que, por lo general, van atadas a sus intereses económicos.

Debajo de todo este manojo de contradicciones constantes: la gente. La gente que vota y que termina aceptando, también sin ruborizarse, lo que digan los jefes, porque los jefes son jefes, y aquí se depende de ellos. Dependen los contratistas, los burócratas y las comunidades que necesitan inversiones en sus barrios. Dependen los que viven de las cuentas electorales y hasta los empresarios que dejaron de ser una voz independiente para sumarse al coro de los áulicos de los gobiernos de turno.

Sí. Mientras en el mundo los electores castigan los bandazos de los políticos, aquí les seguimos la fiesta. Ya saben. La política es dinámica, mi doc.

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