Ha sido más la confusión y los comentarios en contra de la "Hipoteca Inversa" anunciada como una novedosa iniciativa a pesar de existir ya en 39 países con sus pros y contras.

Tampoco es propiamente un programa de Gobierno, ni compromete recursos del Estado. Curioso que la promoción la haga el Ministerio de Vivienda, cuando no es para suministrar vivienda sino para comprometer la que se tiene.
"La vivienda se negocia con un fondo de inversión para que este la compre y pague al dueño una mensualidad vitalicia, a plazos o de una sola vez."(Minvivienda).

Es bueno recordar que la garantía hipotecaria existe igualmente,  hace años, tanto que hasta un Banco Hipotecario hubo, y se sigue utilizando con más frecuencia de la que se cree. La diferencia con la hipoteca Inversa o Reconvertida, es que mientras la tradicional se usa para comprar o remodelar una vivienda, la segunda sirve para garantizar un préstamo en efectivo para mejorar la caja o para libre inversión; y además, no limita su acceso por edad.

El avalúo lo realiza un tercero y al fallecer se liquida el negocio para pagarle al banco. 

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El cálculo de la perspectiva de vida, el avalúo, la tasa de interés y demás costos de la operación, más el monto a recibir son la clave para que cada quién decida si le conviene o no hacerlo. Es una determinación voluntaria. Es una alternativa para los que tengan una o más casas y no haya podido arrendar o vender.

O para quien desee gastarse sus ahorros en vida. Podría serle útil también a quienes deseen invertir en un buen negocio donde la relación beneficio costo haga viable el endeudamiento, o para hacer un viaje o un gasto extra de salud, etc. Es una fuente de liquidez, inclusive para saldar otros créditos que posea a tasas superiores. Así mismo, podrá seguir ocupando el inmueble para evitarse pagar un arriendo.

Obvio que los herederos se muestren interesados en que el viejo se mantenga solvente, porque más tardarán en regresar del funeral cuando ya estén repartiéndose la herencia; sino antes.

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Que sea un producto financiero caro o no, que el banco gane mucho, que el inmueble sea difícil de recuperar, son las mismas consideraciones que deben hacerse ante cualquier producto financiero. Más aún, en Colombia donde los bancos llevan todas las de ganar.

Bien es cierto, como lo decía alguien en estos días:
"Esto no es caridad, no es ayuda, no es benevolencia con el cliente desesperado ante la mala situación económica de los pobres viejitos".

Se trata de un producto financiero regulado por la Superfinanciera, para mejorar liquidez. Ingenuo creer lo contrario. Consideración que, repito, aplica para todo, incluso para quitarse de encima las tarjetas de crédito. Lo que si hay que luchar es por una regulación justa.

Porque, también es cierto, que cuando uno "está jodido" y lo que le queda de vida no es mucho, se "restea" como en el juego de naipes.