Columnistas
Empresarizar el campo
A propósito de "reinventarnos", palabra de moda, particularmente en la aplicación de toda la gama de alternativas virtuales, también hay que pensar en terminar tareas inconclusas.
James A. Robinson en Especial para El Espectador el 13 de diciembre de 2014, publicó un artículo sobre “¿Cómo modernizar a Colombia?”.
Planteaba que es más importante preocuparse por el acceso equitativo a la educación de buena calidad, que por la distribución de la tierra.
En uno de mis escritos recientes manifesté que cualquier esfuerzo dirigido al sector agropecuario debía priorizar siempre el bienestar campesino y su participación proporcional en el lucro de los proyectos emprendidos con su trabajo, planteándolo como una verdadera sinergia de los tres factores principales de producción: el capital, el trabajo y la tierra, con enfoque social.
Luego de lo cual el exministro de agricultura de Colombia, Rubén Darío Lizarralde al respecto me escribe y me dice: "Hoy hay que añadir, el conocimiento y el mercado. Así generamos un circulo virtuoso de los factores de producción."
Con lo cual se aproxima bastante a lo que en alguna ocasión expresó el exminhacienda Homes, al advertir que "...en lugar del acceso a la tierra, lo que se debería estar discutiendo en La Habana es el acceso desigual a la educación y al conocimiento. Sin desconocer la importancia histórica y política de llegar a un acuerdo sobre la tierra", sobre todo, para quienes la trabajan, viven en ella pero nunca han sido propietarios. Cierto es que la Reforma Agraria en nuestro país, Ley 135 de 1961 y demás que le anteceden, apuntan a una supuesta distribución de la riqueza representada en la propiedad sobre la tierra, hoy día esta se concentra mas en los bancos y el sector financiero, instituciones que en su mayoría tienen una participación foránea muy representativa.
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Ciertamente, la tendencia del mundo moderno es a ser cada vez menos “primario” y volverse más industrial, menos rural y más urbano, tendencia sobre la cual hace algunos años se viene hablando y que coincide en parte con la de Robinson, en el sentido de que “es mejor que los empresarios se encarguen del desarrollo agropecuario y dejar en las ciudades a los campesinos que han sido desplazados”. Observación que obviamente no comparto, sobre todo cuando el fenómeno del desplazamiento ha obedecido a motivos violentos.
Nuestra visión hoy es la de empresarizar el campo dando oportunidad a los que allí viven, saben del asunto y les gusta; quienes además, necesitan la paz como un insumo indispensable para poder trabajar. Pensemos en ayudarles a ser competitivos dentro del marco de la globalización, lo cual conlleva tanto la necesidad de trasladarles el bienestar de las ciudades, como dotarlos de infraestructura e inversión social, si realmente queremos que nuestro país reverdezca nuevamente. No solo se trata de la asignación de tierras, se necesita capital, tecnología y buena gestión.
Retos que el país debe asumir, siendo la educación, requisito para el éxito.
Consecuentemente, debemos decir entonces, que se trata de una fórmula integral incluyente.
Por: Carlos Alberto Estefan Upegui, Exgobernador del Tolima
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