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El Espinal, su arte y cultura

El Espinal, su arte y cultura

Por: Edgardo Ramírez Polanía


El Espinal ha tenido expresión cultural desde antes de la colonización española a través de la danza, los ritos y sus ciclos agrícolas, la alfarería y las 17 figuras mitológicas, que rompieron los siglos y permanecen con su tradición y sus costumbres hasta las actuales expresiones culturales de refinamiento y contenido.

La cultura como manera de perfeccionar el carácter de los individuos, es usufructuaria del primer balbuceo mágico de sus ancestros, del primer vagido de las leyendas, los mitos y los cantos de los antepasados tolimenses, que sirvieron de base a las expresiones del espíritu que disfrutamos y que son esenciales para ser felices o tratar de serlo, con las artes de la música, la danza, los símbolos, los libros y la pintura que se perfeccionaron a través de los siglos.

La mitología terrígena ha sido desde los antepasados asunto de importancia con las figuras de El Mohán, El Poira, La Madre Monte, La Llorona, El Mandingas, La Candileja, La Lavandera, La Mula Retinta, El Pájaro Silbador  y otra figuras alegóricas de los ríos, las borrascas, tormentas, amoríos y tragedias, con sus deidades Dulima o Ibanasca, Guimbales, Mola y Chilacó, fueron seres creados desde siempre, por visiones y magias ancestrales como categorías del espíritu Pijao, que expresan valores culturales entre el hombre y la naturaleza que con el paso del tiempo se convirtieron  en bronce e historia.

El Espinal ha sido cuna de compositores y era costumbre que existiera en las casas un tiple o una guitarra y se formaban músicos autodidactas y por esa circunstancia, era visitada por destacados compositores como Alberto Castilla, quien fue el autor en esa ciudad del Bunde Tolimense el 28 de septiembre de 1914, y es el himno musical del Tolima. Tanto es así, que alguien dijo: “Si la capital tolimense es conocida como “Ciudad Musical de Colombia”, El Espinal debería catalogarse como “Ciudad Musical del Tolima”,

Como efeméride a la composición en esa ciudad de El Bunde Tolimense, se celebra el día 28 de septiembre, el Festival Nacional del Bunde “Gonzalo Sánchez”, que ha tenido 37 celebraciones con participación de artistas de otros departamentos, que exaltan la música de la región.  Los músicos profesionales dicen que el Bunde como danza no existe y tampoco su definición musical en el diccionario y por tal razón, la composición es única y posee dos letras independientes de Timoleón Velásquez y Cesáreo Rocha.

Los literatos e historiadores no han estado exentos en el discurrir cultural de El Espinal donde existían bibliotecas con obras clásicas en algunas residencias y existen escritores que perduran con sus obras, como Nicanor Velásquez Ortiz, Jaime Tello Quijano, Gilberto García Betancur, Juan Ramón Vera, José Omar García, Pedro Nell Rojas, que se destacan por su autenticidad y exactitud en los argumentos, con un lenguaje estético y de jerarquía satisfactoria en los diferentes géneros literarios.


El abogado y periodista de varios años de Univisión, Fernando Escobar Giraldo, visitó hace pocos días la ciudad de El Espinal e hizo un documental sobre algunos aspectos de la cultura y manifestó su admiración por nuestra música y costumbres. Destacó la obra del escultor terrígeno Augusto Cervera, autor del monumento a La Tambora, quien ha elaborado, las réplicas de las 17 figuras que existen en el parque mitológico en tamaño natural y otras de su ocurrencia en su improvisado taller, sin haber asistido un día a ninguna clase de escultura y ha sido merecedor de varios reconocimientos.

Las fiestas de San Juan y San Pedro, son una muestra de esa cultura, que se celebran el 24 y 29 de junio, con reinados populares, cabalgatas y corridas de toros, como costumbre española. Sin embargo, las comparsas de los “matachines”, vestidos con hojas de palma real, el diablo, el caimán, la vaca loca, el muerto cargando al vivo, sus danzas y disfraces autóctonos, tienen sus raíces en nuestra tradición y fueron llevadas a la escultura y la pintura como formas de expresión cultural.

Las costumbres ancestrales han venido perdiendo cierto contenido autóctono, por la falta de un sentido cultural y la insensatez en los viejos programas de enseñanza vinculados al sentido confesional y la balandronada en el orden educativo, que quedaron atrás cuando se nacionalizó el colegio San Isidoro-La Salle y surgió La Institución Educativa San Isidoro, con un acendrado interés por los valores humanistas, que hizo el acceso libre de la educación para llegar a todos los sectores sociales, que han servido para el progreso en las áreas de la ciencias de sus ex alumnos y el progreso de El Espinal.

En la Casa de la Cultura se dictan clases de música, artes plásticas, danza folclórica, teatro, baile, y artes escénicas. Falta que el alcalde Wilson Gutiérrez, impulse el arte pictórico y la escultura y el registro en el Centro de Historia,  para que no queden en el olvido las costumbres, tradiciones y expresiones culturales. Ante el deterioro de las 17 figuras del parque mitológico, el Alcalde tiene la facultad legal de ordenar su restauración, debido a que están en un espacio público y se desconoce hace décadas el paradero del autor a quien el municipio le ordenó la elaboración de las figuras mitológicas que afectan el valor estético del espacio público.

El Espinal progresa económica y culturalmente porque desde que existió la educación básica para todos, hoy existen 36 colegios e Institutos técnicos y 3 instituciones de educación superior:  el Instituto Tolimense de Formación Profesional, Universidad Cooperativa, Instituto Técnico Nacional de Comercio y centros de investigación agrícola, donde pueden educarse las personas del centro y sur del departamento, por la diversidad de carreras profesionales que lo hacen un lugar obligado para visitar por su arte, su cultura, su música y su gastronomía.

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