Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Columnistas

Corrupción rampante de los dos últimos alcaldes continúa con el gobierno de Beatriz

Corrupción rampante de los dos últimos alcaldes continúa con el gobierno de Beatriz

Por Fernando Moreno

*Veedor, administrador de empresas U. del Tolima


La historia del Líbano cuenta desde los tiempos de Humberto Santamaría como el último alcalde con capacidad de gestión y que dejó proyectos realizados para que Antonio Giraldo ejecutara en su periodo de gobierno.

Luego Antonio aumentó la planta de personal de la empresa Emser Esp sin que nadie levantará la voz de rechazo entre los pobladores del municipio. En el siguiente periodo llegó Germán Castellanos con la idea de privatizar el alumbrado público, al que muchos se opusieron y bajo un trabajo arduo entre aquellos que participamos de la crítica y la oposición a ese proyecto de Acuerdo, logramos que el Concejo lo tumbara, gracias a la argumentación y el voto negativo del concejal Armando Navarro para evitar el negocio del alcalde de turno. Eso le costó la entrega de la EMSER por parte de los liberales.

Luego volvió Toño para nombrar en la EMSER a Grimaldos quien por arte de magia, desapareció el superávit que tenía la misma, argumentando que no había plata para funcionamiento, se inventó la actualización tarifaria para meterle la mano a los bolsillos de los usuarios; asunto que le costó la cabeza, porque los ciudadanos nos organizamos frente a la entrada del palacio municipal en un plantón que duró muchos días y que le costó la cabeza al gerente.

Ahora, vuelve y juega los intentos mañosos de Beatriz Valencia con el cuento de adquirir un empréstito para la compra de maquinaria amarilla desconociendo los requisitos consagrados en el artículo 279 del decreto 1333 de 1986 para la aprobación de empréstitos, porque la compra de esa maquinaria no se clasifica como una inversión sino como un gasto, y en ese sentido obligaba a las veedurías a demandar el Acuerdo ante el Tribunal para que fuera derogado, (desde luego si el Concejo lo hubiera aprobado), todo por cuenta de la incapacidad de gestión del actual gobierno que no gestiona una panela para hacer una agua de panela; ¿Hasta dónde hemos llegado?

Los concejales codiciosos, esos que aprobaron en la comisión de presupuesto y que llevan varios periodos haciendo lo mismo, se reúnen con el exalcalde contratista de la EMSER para hacer el loby y apalancar la aprobación del Acuerdo pero no se detienen a pensar que efectivamente el Líbano si necesita empréstitos de inversión, por ejemplo para reducir la nómina de la EMSER e indemnizar al personal en el objeto de reducción de planta, inversiones en educación, en salud, saneamiento ambiental, debido a los problemas ocasionados en la calle 3 entre carreras 13 y 16, donde las aguas negras se devuelven por lo sifones creando un problema de salud pública y a la que no le dan solución alguna. Pero la codicia de los concejales solo se puede comparar con la codicia de la Alcaldesa; no tiene límites y la incompetencia en la gestión por parte de la Alcaldesa debería estar llamando a la movilización del pueblo para revocar su mandato. Una buena para nada.

  • Además: 

Todo porque la gente pensó que Beatriz era la solución y así evitaría que la alcaldía no fuera a funcionar desde la casa de al frente de la Defensa Civil. Esto demuestra que quienes votaron por Bety, son malos electores y votaron bajo la emoción y no bajo la razón. Como de costumbre, el pueblo tiene lo que se merece.

Por lo menos los concejales que votaron sí deben agradecerles a los que votaron no, pues lo salvaron de prevaricar. Para la próxima que no se les olvide que el Prevaricato es un delito y como tal tiene consecuencias disciplinarias y penales.

Siguenos en WhatsApp

Artículos Relacionados