Editoriales
El rescate de la clínica El Limonar, más allá de la pandemia
El discurso pronunciado en la noche del 27 de octubre del año pasado, en su sede de campaña celebrando el triunfo obtenido como nuevo gobernador del Tolima, Ricardo Orozco, tocó las fibras de miles de tolimenses: el problema de la salud.
Partiendo de una experiencia personal, en tono sentido, se lamentó de que su esposa no pudiera acompañarlo en ese momento de su vida (el triunfo en las elecciones de ese día, el más destacado en su vida política), por haberse sentido mal debido a un problema renal que la afectaba.
En ese momento, palabras más palabras menos, el actual mandatario de los tolimenses dijo que la salud sería una de sus preocupaciones fundamentales, y prometió que trabajaría incansablemente por mejorar los servicios que se prestan en el departamento. "He sufrido en carne propia la carencia de una unidad renal bien estructurada y dotada técnicamente, y en mi mandato, este tema como la salud en general, tendrán especial atención de mi gobierno", dijo.
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Este discurso, como cosa rara en los políticos, tuvo su concreción en la práctica. Este viernes 8 de mayo de 2020, el gobernador Orozco dio apertura a la primera fase del rescate de la clínica El Limonar, donde según el gobierno, se invirtieron seis mil 100 millones de pesos, pero lo más importante, fue que el mandatario anunció que: "Esta obra no la desarrollamos pensando en la pandemia del coronavirus, sino mucho más allá, en la salud del los tolimenses en el futuro".
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Y de inmediato, anunció una nueva inversión para la recuperación total de este centro asistencial de de 21 mil millones de pesos por parte de la administración departamental y de ocho mil 400 millones por parte del hospital Federico Lleras, para un total de 29 mil 400 millones de pesos, con el fin de hacerle los acabados y no dejarla en obra negra, como es costumbre en estos casos.
Esto nos hace pensar, que si en poco más de cuatro meses de su gobierno abrió, así sea en forma parcial los servicios de esta sede del Federico Lleras, podremos aspirar a que antes de terminar la administración Orozco, este proyecto trascendental para la salud de todos los tolimenses quede concluido.
Sin caer en lambonearías, sino en el simple y llano reconocimiento, tenemos que reconocer esta iniciativa como la más destacada en estos tiempos de pandemia, máxime cuando se anuncia que el proyecto sobrepasará la crisis del coronavirus y que volveremos a recuperar uno de los centros asistenciales de importancia para Ibagué y el Tolima. Ha actuado con visión el gobernador Orozco, en una época donde la salud junto a la educación y conservación del medio ambiente será lo fundamental.
El tema de la salud pública es medular y trasversal a cualquier gobierno o administración, si se tiene en cuenta que la vida está por encima de cualquier consideración económica, de conveniencia o de cálculo político o económico alguno.
La vida es sagrada, con valores éticos, morales y religiosos intrínsecos e irrenunciables. Así lo ha preconizado y entendido el gobernador Orozco, y con sus acciones está siendo fiel a su pensamiento.
Nada mejor que surjan gobernantes como este del Tolima, que entiendan la salud como un derecho fundamental de todos los ciudadanos y no como un negocio como lo plasma la perversa y fatídica ley 100.
No es el momento de mezquindades políticas ni de pasar cuentas de cobro trasnochadas. Es el tiempo de la grandeza, generosidad, de reconocer y apoyar iniciativas como la del gobernador Orozco en temas de salud, y demás medidas que beneficien a los sectores vulnerables de la población.
Pero además, la labor del mandatario seccional, aparte de mostrar coherencia entre el discurso y las obras, también ha demostrado, hasta el momento, ser un demócrata, un conservador que se sale de los moldes tradicionales de su partido, que busca la unidad respetando el disenso, los acuerdos sobre puntos fundamentales, como dijera Álvaro Gómez Hurtado, antes que el enfrentamiento estéril e improductivo.
En nuestro caso la tenemos clara, y no solo respaldamos la rehabilitación de la clínica El Limonar, sino todo aquello de su programa de gobierno que propenda por el desarrollo y el bienestar del pueblo tolimense.
Nos despojamos de sectarismos y dogmatismos, y nos sumaremos a todo lo que nos una en propósitos comunes de bienestar y progreso para el territorio Pijao.
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