Opinión
¿Tiempo perdido?
Por Carlos Alberto Estefan Upegui - Exgobernador del Tolima
Conversar con la contraparte política es tiempo perdido.
Es tal la superficialidad de sus argumentos y su afán por discutir y bravear sin fundamento, que sus adjetivos desobligantes y sus expresiones clasistas y humillativas solo tienen el ánimo de ofender, incomodar y no corresponden a un análisis sensato y con argumentos.
A eso ha llegado la interlocución con aquellos colombianos sugestionados por la mala prensa y persuadidos entre sí por sus juicios viscerales irresponsables, terminado por enrarecer la opinión pública en general.
Y mientras cada quien se va volviendo parte de ese polarizado escenario, la mayoría de manera equivocada y mal informada, el país va avanzando entre mentiras y verdades a medias, en un clima de confusión y falta de pedagogía.
En el Congreso se pactan coaliciones aparentemente ideológicas, asunto que requiere más claridad.
- Puede leer: La justicia y el poder político
El progresismo, por ejemplo, dice literalmente“defender y buscar el desarrollo y el progreso de la sociedad en todos los ámbitos y especialmente en el político-social.”
Y el castrochavismo, término que Álvaro Uribe Vélez y sus seguidores utilizan para promover sus candidatos e influenciar en el electorado colombiano, “se ha caracterizado por una oposición a la política exterior de los Estados Unidos, buscando construir alianzas entre países de América Latina y del Caribe, así como con países de otras latitudes opuestos a los intereses estadounidenses”, que no es exactamente el caso Petro, pues sus buenas relaciones con el país del norte y específicamente con el Presidente Biden indican lo contrario.
Bajo esas premisas y la diversa gama de pensamientos y comportamientos surgidos de la combinación de las dos posiciones anteriores, además de los lineamientos de liberales y conservadores, difícilmente el país podrá ponerse de acuerdo para definir su rumbo, quedando sujeto al resultado de unas votaciones viciadas por el engaño y la falta de claridad.
Ya se aproximan nuevas elecciones en el mes de octubre y las opiniones ya se encuentran polarizadas, como siempre en función de sus propios intereses, no de la colectividad. En ese mundillo “todo es negociable”.
- Lea también: La importancia del Parque Deportivo de Ibagué
Entonces, ¿se trata de una mafia clasista unida?, ¿se trabaja bajo las reformas neoliberales impuestas hace décadas? O simplemente quieren asegurarse de que las denuncias por corrupción continúen prescribiendo, mientras el pueblo clama justicia.
La confianza en la democracia y sus instituciones lamentablemente se ha ido al piso. Ese Pulso de poderes que hemos presenciado en los últimos meses, igual que las discusiones en los corrillos callejeros, en las cafeterías y tertulias, ocasiona un gran desgaste, a la vez de ir cocinándose un caldo de cultivo de odios, rencores y desesperanza.
Sinembargo, Colombia se mueve en la dirección correcta, dijo el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz refiriéndose a las medidas adoptadas por el Presidente Petro, pero a la oposición “inteligente”, que se cree más inteligente que Stiglitz, le cuesta trabajo asimilarlo.
Y así, por mucho que el gobierno procure resolver los problemas de una amplia mayoría social, necesita también de una mayoría política real y confiable, que no la tiene en el Congreso de la República.
En octubre, por lo menos, se miden fuerzas…!!!
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771