Por Marco Emilio Hincapié - Exdiputado del Tolima

El Sistema Estratégico de Transporte Público de Ibagué dejó de ser el proyecto de movilidad e infraestructura más importante de la ciudad y se convirtió en un fortín político y burocrático del “hurtadismo”.

Mientras los ibaguereños siguen soportando un servicio deficiente, el SETP se hunde en una “contratitis” propia de las peores prácticas politiqueras.

De acuerdo con la Secretaría de Transparencia de la Presidencia de la República, desde que se expidió el CONPES del SETP en el año 2021, la empresa Transmusical se ha gastado alrededor de $4.737 millones en contratos de prestación de servicios. Esto resulta preocupante si tenemos en cuenta que el proyecto sigue estancado y no se evidencian avances que redunden en el mejoramiento de la calidad del servicio.

Hoy, después de cuatro años oscuros de Andrés Hurtado, y luego de casi nueve meses de continuismo a través de Jhoana Aranda, la movilidad y el transporte público en Ibagué siguen empeorando: las mismas calles deterioradas, el mismo parque automotor viejo, las mismas rutas desconectadas y una tarifa cada vez más alta para los usuarios.

Sin embargo, lo más preocupante es que la “contratitis” que padece el SETP se ha venido recrudeciendo: a falta de cuatro meses para terminar el año, Aranda ya gastó más en contratos ($1.993 millones) que Hurtado en su último año de gobierno ($1.636 millones). Y seguramente la tendencia siga incrementando en lo que resta de esta administración, máxime cuando la empresa ya se convirtió en un regalo de la alcaldesa a sus aliados del partido Cambio Radical.

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Por todo lo anterior, no podemos dejar de alertar a la ciudadanía sobre los riesgos que corre el SETP en manos de este clan. En casi cinco años de “hurtadismo”, las únicas noticias relacionadas con el proyecto han sido el leonino convenio que se pretendió firmar con INFOTIC en 2023 y el bus eléctrico que parquearon hace pocos días en la plaza de Bolívar. Nada más.

Hoy, más que nunca, los ojos de la ciudadanía deben estar puestos sobre los más $440.000 millones que se tiene proyectado invertir para el mejoramiento del transporte público en Ibagué. No podemos permitir que se repita el desfalco de los Juegos Nacionales 2015, ni que el “hurtadismo” utilice esos recursos en proyectos cuestionados y poco transparentes como, por ejemplo, el puente fantasma de la 60.

Por supuesto, los ibaguereños merecemos ver que nuestra ciudad prospere y se ponga a la altura de otras capitales intermedias que hace tiempo organizaron su sistema de transporte. Como está comprobado en otros lugares del mundo, un trayecto digno y con tarifa justa impacta de manera positiva en la calidad de vida de los ciudadanos.

Solo nos resta pedirle al “hurtadismo” que no solo piense en repartir contratos y pagar favores electorales, sino que, por primera vez, piense en el bienestar de nuestra ciudad.