Opinión
¿Quiénes son los que marchan contra el gobierno del cambio?
Por: Julio César Carrión Castro
Fundamentos de la mentalidad nazi-uribista
Lo hemos dicho: La ideología nazi se estableció cómodamente entre las clases medias y sectores populares alemanes, porque éstas estaban previamente preparadas para ello por una especie de predisposición forjada tradicionalmente por la pedagogía del rigor, de la obediencia acrítica y el odio al otro.
Los investigadores alemanes Alexander y Margarete Mitscherlich al hacer un análisis pormenorizado acerca de los fundamentos del ascenso del nazismo en Alemania, en su libro "Fundamentos del comportamiento colectivo" (Alianza editorial 1973), diáfanamente lo precisaron:
“Nosotros estuvimos muy de acuerdo con un gobierno que supo establecer de nuevo un vínculo entre ideales típicamente alemanes y el sentido de nuestra propia identidad: se nos daba allí la oportunidad de exhibir de manera uniformada nuestro propio valor personal. De repente aparecieron (...) unas jerarquías de autoridad claramente articuladas. La precisión de nuestra obediencia quedó probada de modo conveniente, y a la voluntad casi ilimitada de mostrarnos dignos de las esperanzas del Führer le fue lícito entregarse al desenfreno.”
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Por esas mismas razones ahora nos es lícito inferir que todos esos mecanismos empleados por el uribismo (maniobras parlamentarias y mediáticas, argucias, leguleyadas, amenazas y denuestos) obedecen al acomodamiento de una mafia politiquera y corrupta establecida en el llamado Centro Democrático, que ha sabido aprovecharse de la ya amplia acogida que tiene entre los sectores populares y las clases medias, una mentalidad, supuestamente astuta, heredera de las viejas reglas y consignas paisas de carácter logrero y oportunista, y que pudiéramos sintetizar en la tan socorrida frase :
"Consiga plata mijo, consígala honradamente, y si no puede, consiga plata mijo"
Este tipo de lemas e instrucciones lograron imponerse fijándose como "valores" axiológicos y conductuales; como perspectivas de comportamiento sagaz de las personas, ante la ausencia de una ética ciudadana que no logró nunca establecerse entre amplios sectores populares en Colombia.
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Psicología de masas del uribismo
No, el uribismo no es una enfermedad, no es una patología. Eso disculparía, de alguna manera, sus comportamientos obedientes y sumisos, su complacencia con la mentira y el engaño oficiales, su aterradora complicidad con la corrupción, con la represión y hasta con los crímenes de Estado, así como sus propias acciones delincuenciales, farisaicamente presentadas, casi siempre, como en defensa del bien, de las buenas costumbres, de la "democracia" y de las instituciones.
Se trata sí, de sujetos colectivamente insertos en un opacamiento generalizado de la conciencia, en una masiva "corrosión del carácter", en una servidumbre voluntaria, en una extrema idolatría y subalternidad al poder, que les conduce, irremediablemente, a la pérdida de la capacidad de establecer juicios autónomos y valoraciones éticas, es decir, se trata de sujetos cómodamente inscritos en la "banalización del mal", como lo analizara Hannah Arenndt.
Se trata del acomodamiento cínico y pragmático, por parte de grandes sectores de oportunistas y trepangos, sistemáticamente estupidizados, pero desvergonzadamente conscientes de sus arteros comportamientos...
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