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Opinión

Petro, un líder desconectado: mientras Colombia arde, ignora la amenaza de Hamás

Petro, un líder desconectado: mientras Colombia arde, ignora la amenaza de Hamás

Por Felipe Ferro - Presidente de la Asamblea del Tolima


En tiempos tumultuosos y convulsos, es fundamental contar con líderes que sean capaces de navegar las aguas internacionales con sabiduría y responsabilidad. La figura del presidente de una nación debería ser un faro de luz, una voz de razón en medio de la tormenta, alguien que actúe en pro del bienestar de su país y el mundo en general.

Lamentablemente, en el caso del presidente Petro, esta figura no existe. Sus declaraciones recientes, o mejor dicho, su falta de declaraciones, en relación al atroz ataque del grupo terrorista Hamás en contra de Israel, nos dejan perplejos y preocupados.

La pasividad de Petro ante este acto de violencia indiscriminada es más que alarmante; es inaceptable. La negativa del presidente a condenar los nefastos actos de Hamás, que resultaron en la muerte de cerca de 1.200 personas, incluyendo niños, y el secuestro de 150 personas más, es un error de dimensiones catastróficas.

No es una cuestión de política o ideología; es una cuestión de humanidad. Todos los colombianos condenamos estas atrocidades y lo mínimo que esperábamos era que el presidente también lo hiciera.

Incluso el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, ha declarado que las acciones del movimiento islamista Hamás no representan al pueblo palestino. Esto debería servir como un recordatorio importante para Petro. Apoyar a Hamás no es apoyar al pueblo palestino, y esta distinción es esencial.

Petro ha ido más allá de la indiferencia, adentrándose peligrosamente en la justificación del terrorismo. En su cuenta de Twitter, el presidente ha emitido declaraciones que no solo evitan condenar a Hamás, sino que parecen respaldar sus acciones. Esto no solo es inaceptable, sino que aviva el antisemitismo, y amenaza la paz de la comunidad judía en Colombia. Como líder de una nación, Petro debe ser consciente de la responsabilidad que conlleva su posición y actuar con la sensatez que se esperaría de un dignatario.

Lo más grave de todo esto es que en ese cruel ataque de Hamás a Israel murieron dos ciudadanos colombianos. Desde el gobierno colombiano, en cabeza de Petro, no se emitió una condena vehemente que representara el sentir del país. Peor aún, no se repudió a ese grupo terrorista por tan lamentable suceso. Colombia tiene una responsabilidad con sus ciudadanos y sus familias. La falta de una respuesta adecuada es una afrenta a la memoria de quienes perdieron la vida en ese acto de violencia sin sentido.

Es lamentable que el presidente Petro muestre tan poca capacidad de autocrítica. Debería reconocer que los calificativos que utilizó para referirse a Israel fueron incorrectos y poco constructivos. Revictimizar al pueblo judío, y compararlo con los Nazis, sus antiguos verdugos, más que un error es una canallada que quedará marcada en la historia. Además, Petro está exponiendo a Colombia a la ruptura de relaciones binacionales con Israel.

En un contundente mensaje el ministro de relaciones exteriores de esa nación anunció que se detendrán las exportaciones de seguridad a Colombia. Esto es algo de suma gravedad para la seguridad nacional, si se tiene en cuenta que del país hebreo proviene el fusil de mayor uso de nuestro ejército, misiles de uso estratégico y sistemas de inteligencia.

Pero mientras el presidente se centra en cuestiones internacionales, Colombia está lidiando con problemas internos que exigen su atención urgente. Atentados, secuestros, ataques a la fuerza pública y extorsiones están fuera de control. En medio de este caos, Petro ha visitado más a Venezuela que al Catatumbo o el Cauca, regiones que viven una ola de violencia desde hace tiempo. Su respuesta ha sido una retórica carente de acciones concretas, lo cual es una muestra de desconexión con la realidad del país que no podemos ignorar.

En resumen, el presidente Petro debe rectificar su posición ante la crisis en Oriente Medio. No podemos permitir que Colombia se vea arrastrada por una postura irresponsable que compromete la paz y la seguridad en el contexto internacional. Petro debe actuar con sabiduría, empatía y responsabilidad, no solo por el bien de Colombia, sino también por el bien de la comunidad internacional. En medio de las amenazas a la paz y la seguridad mundiales, necesitamos líderes que estén a la altura del desafío, y Petro, demuestra que no lo está.

 

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